Maldita Obsesión {Severus Snape}

*Capítulo 66: Arrepentimiento

Maratón 5/5

/Laurine Selwyn/

En cuanto pude salí de la estación donde todos se despedían y se reunían de nuevo con sus familias, yo no quería toparme con nadie más, a demás que mis padres me habían pedido volver de inmediato.

Me aferré a mi maleta y caminé para tomar un taxi, detestaba volver al mundo Muggle y lo complicado que volvían las cosas, podía simplemente aparecer en casa pero me lo habían prohibido por lo que debía tomar más de un transporte para llegar y debo decir que esas máquinas con alas no son mis favoritas.

Me pare al borde de la banqueta y miré a ambos lados antes de cruzar pero ni si quiera lo logré pues alguien se interpuso en mi camino.

-¿Qué quieres Evans?- la miré conteniendo mi enojo pero no mi desprecio hacia la que alguna vez fue mi amiga.

-Vengo a disculparme, has terminado con Severus ¿cierto?- preguntó con una extraña mirada.

-Sí y eso a ti no debería importarte.

-Lo sé pero yo....- y de pronto se soltó a llorar frente a mí. La miré confundida, después con un poco de frustración pues no se callaba y comenzábamos a atraer un par de miradas.

-Tranquila- fue lo único que dije.

-No, fui una mala persona Laurine, lo lamento- me abrazo y siguió llorando en mi hombro. Estaba bastante incómoda, aún así daba algunas palmadas en su espalda.

-Todos somos malas personas, hasta la más "dulce" chica como tú- pensé.

Así pasaron los minutos hasta que decidí alejarla, por lo visto ya estaba más calmada.

-Antes de que tú llegaras yo era el centro de atención de Severus- rompió el silencio. -Y eso cambió con el tiempo, por tu culpa. Estaba celosa y no supe qué hacer- se encogió de hombros.

-Pero tú estabas con Potter, ni siquiera le hacías caso a tu amigo- me quejé.

-Lo sé y ni yo entiendo que fue lo que me pasó. Los veía tan felices y eso me hizo desearlo de nuevo- bajó la mirada.

-Supongo que lo conseguiste, terminamos y al parecer Severus siempre será tuyo- rodé los ojos.

-Pero no quería que terminaran, hacían linda pareja y apuesto a que nadie lo quería más que tú, ni siquiera yo- se limpió algunas lágrimas. -Me arrepiento tanto, por eso vine a decirte que debes volver con él- hizo una mueca al final creo que intentó sonreír.

-Oh Lily- reí un poco nerviosa. -Me agrada todo este asunto de "pedir perdón y que viva el amor" pero las cosas no son así- miré a mi maleta que había dejado en el suelo y de nuevo la tomé. -Tengo que irme, ya es muy tarde para todo esto, ¡no voy a volver!- finalice decidida y ella volvió a llorar.

-Pero...

-Adiós Evans, espero no volver a verte- sonreí y crucé la calle de inmediato donde logré parar un taxi y subirme a él para después dirigirme al aeropuerto.

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No era invierno, ni siquiera estaba cerca y aún así podía sentirse el frío, aunque podía ser solo mi imaginación pues mi estado de ánimo no había mejorado con nada del mundo.

Del bolsillo de mi abrigo saque mis llaves y con cuidado las introduje, no quería hacer ruido, no quería que supieran que ya había llegado y mi madre bajara a interrogarme a cerca de cómo me había ido en Hogwarts pues aunque había sido maravilloso en algún momento la historia se centraría en él.

En cuanto pude subí las escaleras y entré a mi habitación, dejando mis cosas cerca de la puerta, pero al alzar mi mirada sonreí.

-¡Lau!- gritaron las tres al mismo tiempo que saltaban sobre mi.

Eran mis mejores amigas, a las que hace dos años había dejado atrás y no nos habíamos comunicado más que un par de veces.

-Carol, Demy, Bella- les devolví el abrazo con euforia. Las chicas tomaron mis cosas y las colocaron en la cama, juntas comenzamos a desempacar mientras charlábamos, había que ponernos al tanto y no podíamos esperar a la hora de los aperitivos.

-Deberías saber que me casaré en un par de meses- sonrió Demy mostrando arrogantemente su anillo en uno de sus dedos.

-¡No puedo creerlo!- reí, ella era de las chicas a las que nunca imaginarias haciendo esa clase de cosas, no era de esperarse.

-¿Qué hay de ti Laurine?, ¿cómo te fue?

-Excelente, ya saben la magia allá no es tan diferente

-¿Que hay de los chicos? ¿Hay hombres guapos por allá?

-Sí que los hay- sonreí recordando a alguno que otro compañero. -Hice un buen amigo, se llama Lucius- comenté mientras sacaba la última ropa que quedaba dentro de mi maleta.

-¿Es rico?- asentí. -¿Podrías presentármelo?

-Lo lamento Carol, pero él se casó hace poco y realmente ama a su chica- reí recordándolos.

-Por cierto Lau, hay alguien que solo estuvo preguntando por ti- me guiñó el ojo.

Sabía de quién se trataba, antes de irme aquella noticia hubiera sido fantástica pero ahora no pude más que articular un simple -Ah-

-¿Cómo que ah?, hablamos de Chad, has estado loca por él desde siempre y estuvo esperándote todo este tiempo, al parecer planea proponerte matrimonio.

-Jamás salí con él- me quejé.

-Si pero ya sabes cómo es su familia, necesitan un heredero de inmediato y planea tenerlo contigo- las tres gritaron de emoción la cual yo no compartía y por lo visto lo notaron.

-¿Qué pasa Laurine?, no me dirás que te enamoraste en Hogwarts- se burló Bella.

-Supongo que una parte de mí se quedó allá- suspiré con pesadez. Ellas solo rieron, había olvidado por completo que esas chicas no eran tan sentimentales, no más allá de lo que solo significarán buenas noticias para sí mismas y riqueza. Antes era igual a ellas solo que ahora me parecían completas extrañas.

-No lo sé Lau, puede que solo haya sido una Maldita Obsesión- se burló.

-Si, puede ser eso- suspiré una vez más y justo después sonreí. Iba a olvidar todo continuar con mi vida sin importar lo que eso implicara.

Ya no importaba Hogwarts, ya no importaba el pasado y sobre todo ya no importaba Severus.