Maldita Obsesión {Severus Snape}

*Capítulo 20: Paz

/Laurine Selwyn/

Caminaba junto a Lily, ella me contaba lo bien que la pasaba con James pero también me había pedido no decirle a Severus. En uno de los pasillos estaba Lucius, al llegar con él me despedí de mi amiga y entramos a clases.

Pero el rubio también se encontraba extraño. Pasó una larga y aburrida hora en el salón, escuchando sobre Historia de la Magia.

Al acabar la tortura el lugar comenzó a vaciarse. Mi amigo huyó de inmediato ni siquiera noté cuando. El punto era que solo quedábamos Severus y yo y me puso nerviosa el notar que me miraba atento. Sus ojos eran tan oscuros que solo pude moverme inquieta.

-¿Podemos hablar?- preguntó después de largos segundos en silencio.

-Claro

-Bien, solo quería disculparme por ser un tonto- dijo dejándome helada.

¿Severus Snape se estaba disculpando por su cuenta? Y ni siquiera sabía porque.

-No necesitas hacerlo- conteste extrañada.

-De acuerdo, solo quiero saber si seguiremos siendo amigos, como antes

-Si Sev, no te preocupes por eso- sonreí haciéndolo sentir mejor y ambos salimos del lugar.

Básicamente eso era una oferta de Paz, y la tomé porque desde Navidad y al regreso de las vacaciones se había portado diferente, dejándome de molestar o dejando las bromas de lado, él realmente me agradaba y no estaba de más que fuéramos algo cércanos.

Pero también aprovecharía por otra parte. Me gustaba mucho exasperarlo e intenté  hacerlo un par de veces los días próximos pero él no cedía.

Lily se burló de que ahora estábamos conviviendo sin intentar asesinarnos mutuamente y era literal.

Aquella tarde nos habíamos quedado en la Sala Común de Slytherin a estudiar, bueno, Severus era el que estudiaba animadamente de su libro yo solo estaba molesta porque no podía cepillar mi cabello de tan largo que ahora era.

Pasaron un par de horas y nada cambió, de hecho era bastante gracioso. Ambos estábamos en silencio, no había nadie más. Él leía en uno de los sillones y yo cepillaba mi cabello refunfuñando, de vez en cuando levantaba su mirada y me veía expectante, con el ceño algo fruncido. Necesitaba su ayuda o mi cabello terminaría siendo arrancado por mi desesperación.

-Deja de leer y ven a peinarme- exigí.

-Hasta crees que lo haré, estoy estudiando- retomó su lectura. Pero yo no lo dejaría así, conseguiría lo que quería.

-Por favor Snivellus- dije omitiendo una sonrisa.

-No me llames así- contestó sin emoción alguna.

-Que tal si te digo Sevy, ¿es mejor no?

Me senté en silencio hasta su lado, él lo notó pero no hizo nada al respecto, solo se encontraba confundido por la manera en la que me comportaba.

-No.....no lo sé.

-¿Te gusta entonces? Sevy- asintió y de inmediato volvió a su lectura algo tenso.

Poco a poco me deslicé entre sus brazos y su libro, interponiendome entre ellos, en aquel pequeño espacio que aproveché.

-Laurine....- murmuró mirando mis ojos un poco nervioso.

-¿Ya me vas a hacer caso?- sonreí extendiéndole el cepillo. Rodó los ojos y suspiró con pesadez para después dejar su libro a un lado y realizó lo que le pedí.

Sonreí con inocencia al notar su molestia, pero de igual manera comenzó a cepillar mi cabello ayudándome.