Espejo

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Bueno, les traigo un capitulo nuevo. espero les guste. dejen sus comentarios, ya sean positivos o negativos ante cualquier inquietud duda o consulta. Abrazos :D

Ya han pasado dos meses, anoche le envié un correo a Alice, aunque "enviar" no es la palabra adecuada, ya que no tengo su correo oficial y todos rebotan a mi papelera de reciclaje al menos creo que lo verá y hará llegar el mensaje.

Me levanto como cada mañana, pero hoy algo es diferente, hay algo en el ambiente que me molesta como si algo fuera a ocurrir. No me siento bien, de hecho ya nunca me siento bien. Era hora de iniciar la rutina. Voy al baño, tomo una ducha y dejo correr el agua tibia por mi cuerpo ya helado, después de todo es noviembre y pronto empezará a nevar. Salgo de la ducha y me miro al espejo, mi cara está pálida y blanca, pero no ese blanco de piel blanca, si no un blanco grisáceo como cuando estás enfermo, más que persona parecía un zombie tengo ojeras, mamá siempre me dijo que era bonita creo que me mintió. Un golpe en la puerta me sobresalta.

-Bella ¿estás bien?

-Sí papá - me demoro un poco más y Charlie ya está haciendo guardia, creo que aún piensa que me mataré o algo así. Pero no, lo prometí nada imprudente, yo sí sé dar mi palabra.

-Prepare el desayuno Bells baja antes que se enfríe.

-Sí papá, bajo en un momento. - Después de eso hago el corto recorrido del baño a mi habitación.

No me gustaban los sábados, eso significaba desayunar con Charlie, un Charlie que últimamente estaba más perceptible de lo normal. Me pongo algo rápido y abrigado, me cepillo el cabello aun mojado y bajo las escaleras hasta la cocina donde se encontraba mi padre leyendo el periódico, lo deja a un lado y me siento.

-Prepare huevos, sé que te gustan.

-Sí, gracias. - Me mira con esa cara de "tenemos que hablar" algo importante, pero se toma su tiempo. Charlie nunca guarda mucho tiempo las cosas.

- Bella tenemos que hablar.

- ¿No podemos esperar al menos a que me coma mis huevos?

-No, me puedo hacer viejo esperándote a comer. Estoy preocupado por ti y la verdad ya no sé qué hacer para sacarte de este estado en el que estás últimamente. No comes casi nada, no hablas con nadie y apenas duermes, francamente a tu madre también le preocupa mucho esta nueva actitud tuya.

- Papá estoy bien es solo que...- No pude decir más. No se me ocurría nada.

- ¿Estás bien entonces? - Dijo pensando- Entonces se lo dirás tú a tu madre en la cena de hoy... en persona.

- ¿Qué dices?

-Como oíste, tu madre viene en camino y estará hoy yo creo que antes de la cena, curiosamente su viaje se adelantó.

- ¿Por qué no me dijeron? - Me sentía traicionada esto era una emboscada. Comencé a hiperventilar.

-Bella por favor no sabíamos cómo ibas a reaccionar y la verdad por lo que estoy viendo no muy bien.

Empezaron a caer lágrimas de mis ojos, nunca había llorado frente a Charlie, no al menos que yo recuerde, pero me sentía mal, traicionada, estaba enojada. No sabía si eran lágrimas de tristeza o de rabia. Me levanté de la mesa dispuesta a irme y sentí un ruido muy fuerte, me di la vuelta a mirar. Charlie había golpeado la mesa con la palma abierta.

- ¡TE SIENTAS AHORA MISMO JOVENCITA Y TERMINAS TU DESAYUNO Y SOLO RECIÉN
SI TE LO TERMINAS TODO TE PUEDES LEVANTAR DE ESTA MESA! - Me gritó.

Charlie nunca me había gritado, así que me senté y me comí lentamente mis huevos y mi café, se me hizo un nudo en la garganta. Me comí como pude el desayuno, era más de lo que comía siempre y me dolía el estómago. Cuando al fin termine me levante y me fui a mi habitación. Después de unos minutos no aguante más y tuve que ir a devolver todo mi desayuno al baño, era demasiada comida para mí y mi dieta ya acostumbrada. Me cepillé los dientes y me recluí en mi habitación a llorar, a pensar, a maldecir, en un momento pensé en huir, pero no podía, ya que Charlie se quedó en casa todo el día, creo que para asegurar mi estancia aquí o al menos eso creo.

Después de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora