Capítulo 10 •Gracias..•

1.2K 152 33
                                    


Coloqué las flores sobre la tumba de mi mamá y después me senté en el pasto. Una sonrisa melancólica se presenció en mi rostro, aún no podía creer que mi madre estuviera bajo tierra y ya no a mi lado.

La vida era demasiado injusta en los aspectos de que tus seres queridos tenían que morir. A veces hubiera preferido morir yo, no me gustaba estar en esta vida sin mi madre, no tenía motivos para seguir adelante, y sobre todo, nadie me decía lo mucho que me quería, como ella lo hacía todos los días.

Sentí como Leyva se sentaba a mi lado, puso su mano sobre mi hombro tratando de darme consuelo, quería alejarme de él, pero en verdad necesitaba a alguien.

—Ella sigue aquí contigo y siempre lo estará, mientras tu lo quieras— Me dijo dulcemente.

—Lo sé..pero no tienes idea de lo mucho que la extraño— No resistí más y comencé a llorar.

Los brazos de Leyva me rodearon, mientras yo lloraba. Pero no solo lloraba por mi mamá, si no por el rechazo que siempre he sentido de parte de mi padre. No tenía familia, y eso dolía demasiado.

Después de un largo momento, mi llanto comenzaba a detenerse. Me sentía bastante sorprendida porque Leyva no me soltó en ningún momento, pero eso no cambiaría el concepto que tenía de él.

—¿Te sientes mejor?— Me preguntó con voz ronca.

Asentí y me aleje de él, me sentía bastante apenada, ¿ahora que debían hacer? ¿Tal vez disculparme?

—Lo..lo siento por esto— Dije apenas audible —Mojé toda tu costosa camisa.

—No te preocupes, lo importante es que estés bien— Me sonrió.

—Creo..creo que deberíamos regresar a tu casa— Me puse de pie y él hizo lo mismo.

—Mi auto lo dejé en el centro, creo que fue una mala idea— Dijo cuando salíamos del panteon, ya que tendríamos que caminar bastante de nuevo.

~•~•~

Llegamos a casa, baje del auto aun con vergüenza, no podía creer que me había atrevido a llorar frente a Leyva. Ahora estaba segura de que se burlaría de mi el resto de su vida.

Lucy se encontraba en el jardín que estaba frente a la casa, al verme me sonrió, así que me acerque a ella.

—Que bueno que llegan— Miré a mi lado al escuchar que hablaba en plurar, pero de nuevo Leyva estaba ahí —Freddy tú novia está esperándote adentro, y ____ hice un pastel, puedes ir a comer un poco.

—¿Yo también puedo comer pastel?— Preguntó Leyva como un niño pequeño.

—Si Freddy, si— Respondió Lucy entre risas.

—¿Vamos?— Asentí y seguí a Leyva —Enseguida voy a la cocina, iré por Helen— Me informó antes de tomar la dirección contrariar a mi.

Entré a la cocina y miré el delicioso pastel, tomé tres platos y en cada uno puse una rebanada de pastel. Helen y Leyva llegaron tomados de la mano, haciéndome sentir incomoda.

—Hola _____— Me dijo Helen sonriente.

—Hola— Respondí su saludo.

—Gracias por servirnos, pero no tenias que hacerlo— Dijo Leyva tomando una rebanada.

—Es mi trabajo atenderlos.

—Pero hoy es tu descanso— Respondió.

—No importa— Levanté mis hombros —Si necesitan algo, estare arriba— Tomé mi plato con pastel.

—¿Por qué no te quedas? Podríamos platicar— Ofreció Helen.

—Créeme que para que _____ quiera platicar contigo, tendrían que pasar cien mil años— Miré a Leyva amenazante.

—No seas grosero Freddy— Lo regaño Helen.

—Es la verdad, ____ es la chica más difícil y terca de este planeta.

¿Qué? ¿Yo terca? Oh no, ahora si me había sacado de mis casillas. Y sin importarme que su novia estuviera presente, me acerque a él y le aventé mi pastel en la cara.

—Te dije que no te metieras conmigo.

Las risas de Helen invadieron el lugar haciendo sonreír satisfecha, por lo tanto Leyva intentaba quitarse el exceso de pastel de sus ojos.

—Me acabas de dar una gran idea para hacer que Freddy cierre su boca cada que diga sus estupideces— Dijo Helen entre risas.

—Si quieres puedo darte más ideas— Tomé asiento en la silla frente a ella.

—Por favor, no sabes cuánto te lo agradecería.

—¿Qué? ¿Ahora las dos se pondrán en contra de mi?— Preguntó inconforme.

—Tu mereces tener a todo el mundo en contra de ti, eres insoportable— Respondí.

—_____, me agradas bastante— Me dijo Helen entre risas.

—Oye señorita, tu debes defender a tu novio— Leyva se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla, haciendo que quedara un poco manchada del pastel.

Después se acerco al fregadero y abrió la llave para lavarse la cara.

—_____— Me llamó Helen y la miré —¿Tienes novio?— Fruncí el ceño mientras negaba —¿Un amigo?

—Si, André, mi mejor amigo— Respondí sonriente al recordarlo.

—¿Qué? ¿Tienes amigos?— Escuché a Leyva decir mientras secaba su cara.

—Cierra la boca si no quieres que te pase algo peor— Amenace.

—Bien, bien, me callo— Tomó asiento alado de su novia.

—¿Te gustaría salir mañana con nosotros? Pensamos ir a unos bolos que están por aquí cerca, puedes invitar a André si quieres.

—No creó que podamos, yo tengo que trabajar.

—Yo me encargo de que mi papá te deje salir con nosotros— Me dijo Leyva.

—Lo pensaré— Hice una mueca.

Ahora si me puse de pie para ir a mi habitación. Esa chica, Helen, me había agradado un poco, y no entendía como alguien tan maravillosa como ella, tuviera de novio al estupido de Leyva.

El sol se había metido por completo, y yo seguía leyendo el libro que había tomado prestado de Leyva, en verdad era muy interesante y comenzaba a ser demasiado triste. Chase estaba enamorado de Anne, pero ella solo lo buscaba cuando su novio no estaba, y Chase a pesar de saber lo que Anne hacia, la seguía queriendo, y estaba conforme con ser la segunda opción de ella.

Dos golpes en la puerta de mi habitación hicieron que saliera de mi mundo de la lectura, cerré el libro y pedí que pasaran, como lo imagine, era Leyva.

—Venía a ver si ya estabas domida— Dijo entrando a mi habitación.

—Pues ya viste que no— Respondí y el rodó los ojos.

—Eres imposible— Caminó de vuelta a la puerta de mi habitación.

—Leyva, espera— Lo llamé, él se detuvo.

Cerré el libro y me debatía contra mi misma en si decir o no aquella palabra que jamás suelo decir, pero creó que Leyva la merecía.

—Gra..— Tomé una bocanada de aire —Gracias..

—¿Me..me dijiste gracias?— Una sonrisa se formo en su rostro.

—Si, pero es la primera y última vez que lo hago— Dije sería.

—¿Y por que me agradeces?— Preguntó curioso.

—Por haberme comprado las flores para mi mamá— Sonreí —Me sentí muy feliz al poder llevarle al fin unas.

—No fue nada _____, y me alegra haberte hecho feliz, espero no sea la ultima vez— Me sonrió una vez más y después salió de mi habitación.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

La Venganza | Freddy Leyva |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora