Capítulo 29

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— ¿Lo dices enserio?— dije molesta.

— Muy enserio.

— ¿¡Porque hasta ahora!?

— Porque no soporto la idea de saber que estarás con Tom o con Kurt.

— ¿¡Solo por eso!?

— ¿Porque otra cosa sería?

— No, por ninguna— suspiré— ya tienes todo planeado supongo.

— Claro que si, primero estaremos viviendo un tiempo con los chicos y después tendremos nuestra propia casa.

— Como si todo fuera tan fácil.

— ¿Entonces tú tienes una mejor idea, señorita?— exclamó molesto.

— Por supuesto, es ¡esperarte como siempre a que consigas una casa!

— ¿¡Porque siempre te quejas y nunca me ayudas!?

— Si no te ayudo ¿¡porque quieres que me vaya contigo!?

— Maldita sea ¡porque te amo!

¿Era cierto lo que decía? Hace mucho que no lo escuchaba decir eso y ya me parecía un tanto extraño, mire sus hermosos ojos azules y nuevamente quede hipnotizada como la primera vez.

— ¿No estás mintiendo?

— ¿Porque mentiría?

— Bien te creo— salí del auto.

— ¿Ahora a dónde vas?

— Por mis cosas y será mejor que me ayudes.

Ambos entramos a mi casa y comenzamos a guardar todas mis pertenencias, no era mucho así que terminaríamos rápido. Comenzamos a subir mis maletas y algunas cosas al auto de Roger, estábamos por bajar las últimas cajas hasta que...

— Mamá, papá. Creí que llegarían hasta mañana— dije asustada.

— Queríamos llegar antes ¿Porque llevas eso?

— No se como explicarlo, yo... Me voy.

— ¿Que? Estás loca si crees que te dejaré ir— dijo mi madre molesta.

— De cualquier forma nunca notaron mi presencia, es estúpido que no quieras que me vaya después de todo lo que me has dicho.

— Hija eso fue un error yo estaba cansada y...

— No te creo nada, de verdad me dolió todo lo que dijiste ¡y ni siquiera te importo!— dije entre lágrimas.

— ¡No es verdad! ¡Alfred di algo también es tu hija!

— No permitiremos que te vayas y ¡menos con ese muchacho!

— Lo haré aunque ustedes se opongan, ni si quiera se darán cuenta de mi ausencia— dije mientras me acercaba más y más a la puerta.

— Si cruzas esa puerta, ten en cuenta de que no volverás a ser bienvenida ¡y tendrás que olvidarte de nosotros! — grito mi padre.

Por un momento me quedé paralizada, pero solo pude emular un...

— Lo siento.

Después de decir eso, me dirigí hasta la puerta desviando a mis padres. Mi padre se quedó inmóvil, mientras que mi madre no paraba de llorar. Antes de salir los mire por un momento, me destrozaba verlos así, pero ya no había vuelta atrás, salí lo más rápido posible y subí al auto de Roger.

— Vámonos rápido.

— ¿Te sientes bien? Aún puedes arrepentirte.

— Tranquilo, estoy bien.

Sheer Heart AttackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora