Dulce Primer Beso

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Me sequé las lágrimas con la camiseta de Dany y miré a la luz para que no siguieran saliendo. Tony estaba con los brazos levantados, como si fuera un ladrón y los chicos a mis lados dos policías. Jay apretaba fuertemente los labios y estaba cruzado de brazos, debía decepcionarse por su hermano.

-¡Lo juro!- Blanqueó los ojos y bufó. Después los apretó con fuerza, como si no quisiera admitir lo siguiente.- Solo la quería acariciar... ¡y se ha vuelto como loca!- Asentí, sabía que era verdad, pero en ese momento no sabía cuáles eran sus intenciones, y sospeché lo peor.

-Está bien.- Dijo mi hermano.- Vayan yendo, después los alcanzamos.- Los chicos se retiraron junto con Stella. Dany me acarició el pelo para calmarme. Lo consiguió. Después me llevó al sofá y me sentó en sus piernas. Me secó con sus pulgares las lágrimas y me sonrió para calmarme.- Ya está todo bien, ¿sí? Ellos no te van a hacer daño. Pero si no me crees, aquí estoy yo. No voy a dejar que nada te pase.- Asentí, sabía que decía la verdad, solo que todavía no me acostumbraba a los afectos físicos que no vinieran de mi hermano. Él me sonrió y nos levantamos.

Nos encontramos con los chicos en la heladería.

-¿Qué quieres, preciosa?- Preguntó Jay. Me quedé pensando unos segundos.

-Vainilla y chocolate.- Pido en voz baja al cabo de un rato.

-¿Qué?- Oh, no, olvidé decir por favor, me golpeará.

-Por favor.- Dije con un hilo de voz, encogiéndome por miedo a que me levantara la mano.

-No te escuche, habla fuerte.- Dejé escapar el aire que no sabía que contenía y me enderecé.

-Chocolate con vainilla, por favor.- Jay me sonrió, ¿se reía de mí?- ¿De qué te ríes?- Le pregunto algo enfadada. Él niega con la cabeza.

-Nada.- Le golpeo el hombro, diciéndole que no le creo, pero inmediatamente me arrepiento. ¿Y si se enoja y me golpea? Pero al ver que su rostro sigue con una expresión divertida, mis músculos se destensan.- Es que pides los mismos gustos que yo.- Hizo una pausa.- Cuando tenía seis.- Volví a golpearle el hombro, ya más confiada y segura.- Vamos, no te enojes.- Me dice después de pedir los gustos y al verme con un puchero y de brazos cruzados.- Hasta así pareces una niñita.- Me pellizcó las mejillas como lo hubiera hecho mi abuela... si la hubiera conocido. Hasta de eso me privaban mis tutores. Después me pasó un brazo por los hombros y me incomodó.

-Jayson, el helado.- Dice mi hermano. Sabía que lo había hecho al ver mi cara. Jay se separó de mí y me entregó el helado.

-Para la princesa más linda de todas.- Me entregó el helado y yo me lo quedé mirando con los ojos abiertos.

La última vez que había comido un helado había sido más o menos cuando tenía cinco o siete, no estaba segura. Por eso mis gustos no habían "madurado". Pero eso no sabía Jay, él no sabía que mis tutores no me querían para nada, que nunca me habían llevado a una heladería y que la primera y única vez que me había pedido un helado había sido gracias a Dany y a la única amiga que llegué a tener en la vida. Su nombre era Lottie, pero como todos, se cansó de mí y comenzó a detestarme. Me dolió porque yo era chiquita, pero ya me había acostumbrado al dolor del abandono. Ya me había acostumbrado a que nadie me quisiera. Y cuando le di una probadita a mi helado, me trajo de vuelta todos esos recuerdos que di por enterrados. Todas esas emociones que había sentido cuando mi amiga me había dado la espalda y me había comenzado a tratar peor que nadie. Dicen que del amor al odio hay un solo paso, pues yo lo confirmé cuando la persona a la que más quería, se convirtió en mi peor pesadilla. Después de eso solo confié en mi hermano. Y ahora en Stella, esperaba no estar sobreestimándola ni que me terminara defraudando y dejando sola como todos lo habían hecho.

Just Forget Me {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora