Toma Aire y Di Adiós

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-Es tu vida, no soy quién para decirte lo que hacer. Es sólo un consejo. Habla con Jay. Si te vas porque crees que estaremos enojados contigo, o porque no te necesitamos, o porque nos haces daño, estás equivocada. Jay te lo hará ver. Me encantaría que te quedaras, y que pudiéramos pegar nuestros pedazos todos juntos. Pero si así no lo quieres...- Dejó la frase en el aire.

-Gracias.-Le dije. Tony me sonrió, esa vez de verdad. Se levantó de la cama de un salto, casi renovado, y me tendió una mano.

-Hora de la verdad.- Leyó en mis ojos lo que quería decir.- No lo diré, omitiremos que hubo dos asesinatos. Diremos que... Danny se cayó en un agujero y estaba tan demacrado que no quisimos que nadie sufriera al verlo así.- Asentí.

-Bien, estoy lista.- Tomé a Tony de la mano, y así bajé con él.

Sentamos a Jay y a Stella en el sillón, y comenzamos a hablar. Lo nuestro no fue lo único que se desmintió, eso fue sólo el comienzo. Jay habló de alguien con la misma descripción que mi acosador.

-Lo detuve cuando terminó la fiesta, junto con Stella, porque parecía... extraño. Nos habló de un gordo con olor a alcohol que le pagó para llevar a una chica al bosque, pero que, como la chica se había ido sin su intervención, no tuve que hacer ningún trabajo y aún así cobró el dinero.

-Eso no es lo más importante.- Dijo Jay. Stella tenía las manos entre las de él, para evitar que temblaran tanto.- Dijo que la chica eras tú.- Tony y yo nos miramos. En ese momento desee no haber sido tan cobarde, ojalá hubiera encarado al chico desde un principio, tal vez las cosas no hubieran salido así.

-¿Y no nos fueron a buscar?- Yo no encontraba mi voz, por lo que le dejaba esa parte a Tony.

-Quisimos, claro que sí, pero llegaron primero. Se fueron justo cuando la fiesta empezó, no nos dimos cuenta de su desaparición hasta que todos se fueron a sus casas. Éste chico miraba cada dos por tres el bosque desde adentro de la casa, parecía nervioso. Así que lo obligamos a que nos dijera todo. Se acaba de ir, incluso sigue mojado el suelo del vaso que le tiramos para que reaccionara.- Asentí.

-Esto es fatal.- Stella se quitó los tacones de dos patadas y llevó sus rodillas al pecho, sobre el sillón, y se presionó contra Jay. Él le pasó un brazo por los hombros para consolarla.- Dios, Dany...- Lágrimas rodaron por su rostro, lo escondió en el pecho de Jay.- Debería irme a la cama.- Jay no aflojó el brazo.

-No todavía.- Y el ambiente se puso tenso.- Fui aplazando esto durante mucho tiempo, y terminé dejándolo para el peor momento. Quiero saber por qué me mintieron cuando desperté del coma, por qué me hicieron creer que Celene no existía.- Sentí cómo todos nos tensábamos. Stella fue la primera en hablar, luego de aclararse la garganta.

-Fue idea de Danny. Él creía, como todos, que Celene no iba a volver. Si te lo decíamos sufrirías mucho más que si pensaras que la chica nunca había existido. Así pues...- Se frotó el codo, signo de incomodidad.

-¿Por qué no me dijiste que eras real? ¿Por qué te habías ido? ¿Por qué ni siquiera me fuiste a visitar cuando...?- Puso los codos en las piernas y la cabeza en las manos, mientras negaba.- Tengo muchas preguntas.

-Y te las responderé todas.- Dije, sorprendiéndome al encontrar mi voz ronca.- Creo que... sería mejor si... hablamos en privado.- Me levanté y empecé a subir las escaleras. A mitad de camino me voltee.- ¿Vienes?- Jay asintió, para luego seguirme hasta su habitación. Me sorprendió la seguridad con la que parecía moverme.

-Preferiría... que habláramos en la habitación de Stella.- Me tensé. La habitación de Stella había sido testigo de la mayoría de nuestras travesuras, cuando pudimos ser nosotros mismos. No estaba segura si podría contenerme al estar tan rodeada del pasado, pero tenía que hacerlo. Por Jay. Asentí, metiéndome allí. Cerramos la puerta, para arrojarnos juntos en la cama.

Just Forget Me {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora