Una Nueva Novia

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Celene POV:

Él me pegaba, una y otra vez, cada vez más fuerte. Cerca de mí yacían los cuerpos de las pocas personas a las que les había tomado cariño. Yo gritaba, esperando a desmayarme, a que las luces se apagaran y ya no sentir nada. Pero seguía allí, era testigo de todo lo que sucedía... y de su mirada. Eso era lo que más me asustaba, su mirada. Parecía salir el mismísimo fuego del infierno de sus ojos, locos, y al mismo tiempo placer del dolor que me estaba causando. A lo lejos, Clara estaba sentada en la silla que él solía usar. Llevaba su revelador "uniforme" de "trabajo", los brazos estaban cruzados sobre su pecho, no pensaba hacer nada para detenerlo. Simplemente observaba cada movimiento. Más tarde, se dio media vuelta y salió por la puerta. Estaba acostumbrada a que no me defendiera, pero eso no significaba que no tuviera la esperanza de que lo hiciera, o de que no doliera.

-Acábala.- Y con eso, dejó la fábrica.

-¡No! ¡Basta, no! ¡Por favor! ¡Vuelve! ¡Ayuda! Por favor...- Lloraba, gritaba y gemía yo.

-¡Celene! ¡Celene! ¡Despierta!- Me sacudí, volviendo a la realidad. Desperté en una habitación muy familiar, toda sudada. Todo había sido un sueño, nada más que eso. De veras que había sido el peor sueño de todos. Miré a Jay, quien se encontraba completamente desesperado, sentado a horcajadas de mi estómago, sosteniéndome ambas manos por encima de mi cabeza.

-Estas sobre mí.- Gemí con apenas un hilo de voz. Todo el cuerpo de Jay se destensó, dejándose caer en la cama a mi lado. Se apoyó en el codo para poder mirarme.

-¿Estás mejor?- De veras parecía preocupado. Asentí, junto con un escalofrío.- Fue un sueño, sólo eso.- Acercó su mano a mi mejilla, y en el último segundo se detuvo, como si titubeara, pero terminó acariciándome. Me acerqué a él, necesitaba calor y alguien que me consolara.- Tranquila, ahora estás conmigo, no te sucederá nada.- Siguió acariciándome la espalda hasta que, creo, volví a quedarme dormida.

-¿Quieres desayunar?- Abrí los ojos, seguía en el cuarto de Stella. Los recuerdos de la última noche volvieron a por mí, con un dolor de cabeza que debí haber ignorado antes. Emití un gruñido de dolor.- Es la resaca, ayer tomaste bastante. Ven, busquemos una pastilla.- Lo seguí hasta el baño.

-¿Cómo llegué acá? Debería estar en la casa de Sebastian, Jay. Supongo que lo sabes.- Me ignoró.

El chico rebuscó en el espejo, que también era un botiquín, y sacó un frasco con pastillas. No me sorprende que nunca antes le hubiera echado el ojo, estaba muy por encima de nuestras cabezas, tenías que saber que estaba allí para buscarla. Jay llenó un vaso que había dentro del botiquín con agua de la canilla y me lo entregó con la pastilla. Los acepté y tragué la pastilla de una.

-Jayson. Quiero irme con Sebastian.- La puerta -o el espejo -del botiquín se cayó al suelo por la fuerza que había ejercido Jay al cerrarla, comenzando a caer justo sobre nuestras cabezas.

En un rápido momento, antes de que el espejo nos tocara, Jay se arrojó sobre mí y me acorraló contra la pared del baño para protegerme de los cristales. Cerré los ojos de la sorpresa, escuchando cómo el espejito se hacía añicos. Sentía el calor de Jay bastante cerca de mí, y hasta que sus brazos no estuvieron tan tensados y pegados a mi cuerpo como en ese momento, no noté lo fuerte que era.

-Mierda.- Maldijo una vez que los vidrios ya se habían esparcido por todos lados. Se separó un poco de mí y me estudió, tal vez tratando de ver si tenía alguna herida. Sus ojos se detuvieron en mi pie. Al bajar la mirada, descubrí que se me había incrustado, no mucho, un pedacito de espejo que no dolía en absoluto.- Maldición.

-Jay, estoy bien, sólo fue un pedacito.- El chico todo el tiempo mantuvo su semblante oscuro y enojado. Jay me levantó del piso, como si cargara a una sirena, y me llevó hasta la cama. Ni siquiera le importó pasar por encima de los vidrios. Al darse vuelta para entrar al baño, descubrí su espalda cubierta de puntos rojos y cristales. Me llevé las manos a la boca.- Jayson.- El chico se volteó, seguía bastante enojado, y comenzaba a darme miedo.- Estás lastimado.- Susurré.

Just Forget Me {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora