¿Imanes o qué?

150 10 1
                                    

¿Imanes o qué?

-¿Sabes?- Grité desde la habitación de la hermana de Sebas, quien ya no estaba, pues sólo se quedaba allí uno o dos días.- Tu hermana tiene un gran cuerpo, y estoy segura que lo sabe.- Me miré al espejo que había en el baño, traía puesta la ropa de Alemania. Extraño nombre, por cierto. Y se me ocurrían muchos adjetivos para ese tipo de ropa: reveladora, la pollera era un cinturón, tapaba poco, provocativa... y la lista seguía.

En ese momento, Sebastian entró por la puerta y se me quedó mirando. A diferencia de Jay, el no parecía tener ese brillo de... ¿lujuria? en sus ojos al mirarme envuelta en esa... ¿ropa? si se le podía decir así a un taparrabos y a un corpiño. Sebas me miraba traviesamente, pero con cierto grado de educación, Jay ni eso... ¿por qué los estaba comparando? Ni siquiera debería estar pensando en... el chico ese.

Me voltee al espejo. Tenía unos tacones altos negros que, junto con la pollera dorada de lentejuelas, me hacían las piernas interminables. La musculosa negra suelta se metía en mi pollera, creando un gran escote. Suerte que llevaba corpiño, o no quedaría absolutamente nada para la imaginación.

-Te queda genial, cierra la boca.- Sonreí al sentir la mano de Sebas en mi cintura, luego depositó un cariñoso beso en mi mejilla que me hizo sonrojar.- ¿Quieres ir a por helado o te duele mucho tu reciente pelea?- Su sonrisa me demostraba que se estaba casi burlando, no de la pelea, sino porque estaba segura que él sabía lo que respondería.

-¿Bromeas? Nunca se está demasiado mal para helado.

-Esa es la Celi que conozco.- Y me apretó contra su cuerpo, sosteniéndome de la cintura. Su labios rozaron los míos, antes de separarse.- Acerca del beso... no quiero que quedemos sólo como amigos. Me gustaría, si quieres, que seamos novios. ¿Qué opinas?- De no ser porque había una pared detrás de él, hubiéramos caído al piso del abrazo que le di.

-¡Claro!- Exclamé con la sonrisa del gato de Alicia en el País de las Maravillas. Y esa vez sí nos besamos.- Ahora, ¡a bailar!- Lo tomé de la mano y nos subimos al auto, rumbo a la fiesta.

Jay POV:

-Bro, no seas tan dramático. Apuesto a que ni las chicas hacen esto. Salgamos de fiesta, ya sabes, chicas, cervezas, música, chicas, cervezas…- Lo interrumpí.

-Dijiste chicas y cervezas dos veces.- Tony asintió.

-¿Qué dices?- No respondí, provocando un bufido por su parte. Se acercó a mí y me tomó de los pies. Comenzó a tirar de ellos hasta que caí de espaldas en el piso, luego siguió arrastrándome hasta lo alto de las escaleras.

-¡Auch! ¿Es que quieres volver a dejarme en coma?- En eso, apareció Stella.

-¡Tony! ¡Quedará de nuevo inconsciente!- Entonces, Stella le arrojó un almohadón del sillón desde la parte más baja de los escalones, para seguir con su vida normalmente. De vuelta, sentí tristeza, quería que Celene volviera. No había pasado por alto que las dos únicas veces que la había tocado los recuerdos habían vuelto a mí. Si quería los recuerdos, tendría que tocarla. Extraño, pero supongo que verdadero. Además, tendría una excusa para hacerlo.

-Espero que no estés pensando en ella.- Dijo Tony, aún sosteniendo mis tobillos.

-¿Y en qué más debería pensar?- Tony bufó, debía creer que yo era un tonto romántico con el corazón roto. Demasiado meloso para él. Si tan sólo supiera lo que es tener a alguien que de vuelta tu mundo.

-Iniciando operación para sacar a Celene de tu cabeza.- Y empezó a tirarme de los tobillos para bajarme por las escaleras. A cada escalón dejaba escapar una expresión y una mueca de dolor. Hermanos.

Just Forget Me {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora