El Extraño

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Me voltee, teniendo que levantar la vista. Una chica de largas piernas, pollera corta, blusa negra y altos tacones se llevó una mano a la cintura, enojada. La reconocí como la chica a la que había sacado Jay afuera, su novia, o lo que creí que era en ese momento. Me puse en puntas de pie.

-Mira, zorrita, quieras o no, Tony es mi amigo, por lo tanto es mío. El amor va antes que la amistad, ¿lo sabías?

-En todo caso sería mío.- Repasé mentalmente lo que había dicho. Ahg, me había confundido.- Me gustaría seguir hablando, pero no me junto con huecas...- Me hizo a un lado de un empujón, provocando lo peor que había dentro de mí.

-Abby, ella es Celene, mi amiga. Celene, ella es Abby, mi novia.- Me quedé con la boca abierta, ¿l-l-la-a n-novi-a? O sea que no era de Jay. Al menos podía estar contenta por alguna razón. Le sonreí muy falsamente, al igual que ella a mí. Luego de eso, como Heidi por el bosque, subí dando saltitos las escaleras.

Me acerqué a la puerta de Jay, que estaba entreabierta. Por curiosa, eché un vistazo antes de entrar. Jay estaba tirado en su cama, jugando a que una pelotita rebotara contra la pared y luego volviera a sus manos, mientras que tenía el celular pegado a su oreja.

-Ni siquiera sé si iré a la fiesta. Sí... te acompaño, nos escapamos juntos.- Risa.- Claro, ni lo notará, si con suerte existo para ella. Ni hablar. Bueno, sí, nos vemos.- Otra risa.- Claro, adiós.- Colgó.

Se me habían ido las ganas de entrar a su habitación, así que no lo hice. Di la vuelta y me arrojé sobre la cama de Tony, tal vez porque era la que más cerca estaba. No lo sé. Alguien tocó la puerta.

-¿Puedo pasar?

-Claro, Tony, es tu habitación.- Entró con una enorme sonrisa, por suerte, no traía a la chica alta consigo. ¿Cómo había dicho que se llamaba? Abby. Sentí la cama hundirse bajo su peso.- Así que ya no eres más mi galanazo.- Suspiré.- Qué pena.- Sonrió, acostándose a mi lado. Tony me abrazó.

-Siempre habrá un lugar para ti.- ¿Tony acababa de decir algo cursi? ¿El Tony mujeriego que yo había conocido? Imposible.

-¿Acabas de ser cursi?- Su abrazo se hizo más angosto, asfixiándome.- To-Tony, me asfixias... Tony...- Dejó de hacer fuerza, por lo que continué burlándome.- Así que el sexy mujeriego de Tony tiene novia.

-¿Piensas que soy sexy?- Me sonrojé al darme cuenta de lo que había dicho.- Sí lo crees, pero no te preocupes, que vas a seguir teniendo un poco de esto.- Se señaló a sí mismo, arrancándome una risa.

-Te consideraba más de los que usan y tiran.- Tony giró su cuello, clavando sus ojos en los míos.- Quiero decir, de los que prefieren estar con todas y a la vez con ninguna.- No parecía contento.- No me estoy explicando bien. Creía que no te gustaba estar atado a una relación.

-¿Crees que estar en una relación es estar atado?- Me llevé una mano a la frente. Estúpida. Entonces, Tony comenzó a reírse, tonto, se burlaba de los enredos de mi lengua. Le pegué en el hombro con fuerza.- Oye, eso dolió. Sólo era una broma.

-Me encantó esta recibida, ¡es mi cumpleaños, tonto!

-Tranquila, pajarito, podemos mejorarla.- Se giró, quedando sobre mí. De pronto, me quedé sin aire. No me malinterpreten. Tony estaba sobre mí, ¿quién no se quedaría sin aire teniendo sobre sí un cuerpo tan perfecto como...? Me estoy yendo de tema.

-¿Pajarito?- Ambos comenzamos a reír, quitando la tensión que se había formado. Tony se dejó caer a mi lado. Se encogió de hombros.

-No lo sé. Cielo, pajarito, tienen una conexión, ¿no crees?

Just Forget Me {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora