Temores

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En la noche todo quedó listo para la reunión de Fersen con Sain-Just.

Fersen salió de su casa, de cerca y haciéndose los mendigos y ebrios, un grupo de cuatro personas armadas vigilaban los movimientos del él detenidamente. Estaba armado con un cuchillo en sus botas, bien escondido, se dirigió hacia el lugar acordado a la hora acordada, esperó, esperó, a las dos horas, siendo casi la medianoche, apareció la persona que estaba con Saint-Just.

Persona 01 – Perdona la demora Francis, mi jefe tenía una reunión de urgencia, pero mañana nos reuniremos a la misma hora, ya los tres, mi nombre es René. Nos vemos mañana, por cierto es muy raro que haya tantas personas en esta calle a esta hora, ten cuidado, hay mucho ladrones por aquí.

Fersen – Está bien, nos vemos mañana, gracias por tus sugerencias.

Esto alarmó a él, si bien no había conversado con nadie de su protección durante todo el tiempo de espera, lo que le dijo era algo para tomar en cuenta, a costa de que todo salga bien, tendría que estar solo o con una persona como máximo. Se retiró rápido, y los demás lo hicieron lentamente para no despertar sospecha.

En la mañana se reunió solo con el Coronel Jarjayes, ya que él es que está organizando todo lo del rescate.

Coronel Jarjayes – La situación es delicada, ahora creo que ya sospechan algo, pero creo que te has arriesgado demasiado, el problema es que quizá te han reconocido o tienen sus dudas. Tendrás que decidir si seguir y tomar muchas precauciones además de que tu vida también corre peligro. Si no detendremos a René y les sacaremos el lugar como sea, es una opción.

Fersen – No, mejor seguimos con lo establecido, si me atrapan, intentaré escapar, y bueno al menos servirá para rescatar a Oscar.

Coronel Jarjayes – No permitiré eso Fersen, eres muy valiente, te confieso que te he subestimado, pensé que solo estabas por la reina, pero lo de ahora confirma que lo que se dice que hiciste en América es poco a lo que eres en persona.

Fersen – Gracias Coronel, lo hago por Oscar, ella es importante para mí, me ha ayudado tanto que es lo mínimo que puedo hacer.

Coronel Jarjayes – Gracias Fersen por tu esfuerzo.

Llegó la noche, Fersen estaba preocupado, lo más seguro que estaba dirigiéndose a una trampa, lo único que hizo fue asegurar los dos cuchillos en los forros de las botas, de tal manera, que si se lo revisan, no lo podrán encontrar. Así también es solo una persona la que estará vigilando, solo que esta persona tuvo que estar un par de horas antes para que no sea extraña su presencia.

Se puso en el sitio donde había quedado con el ayudante del líder, esperó una hora, y llegó para su sorpresa René, nuevamente solo.

René – Hola Francis, disculpa la tardanza, vamos a encontrarnos con nuestro líder.

Fersen – Si, no te preocupes.

Caminaron unas cuadras hasta la calle Rue Sebastien, al otro lado de París, muy distinto de donde pensaban que Oscar estaba. Llegaron hacia un lugar, René se acercó a una puerta vieja y sucia, que hacía mucho tiempo era blanca, tocó unas tres veces, en forma de clave, salió a abrirle una persona, con un gran corte en el rostro, Fersen dio un paso hacia atrás intimidado con el rostro de él, le dijo "tiranía", esa era la palabra clave para que este les dejara pasar.

Entraron al lugar, era amplio tenía sillas, tenía solo una ventana, al parecer era un sitio de reunión y estaban como unas 10 personas, que inmediatamente los quedaron mirando, Fersen sintió todas las miradas sobre él, los nervios lo estaban matando, no sabía qué hacer si algo pasaba. Del fondo del lugar salió Saint-Just con dos personas a sus costados.

Saint-Just – Buenas noches Francis, por fin nos podemos reunir, pasa por acá, para decirte como es tu trabajo y lo que tienes que hacer.

Fersen – Si, está bien.

Lo siguió hasta un pasillo bien al fondo, hasta una pequeña puerta, que estaba con llave. Ven pasa.

Abrió la puerta y había una gran cantidad de cajas de madera.

Saint-Just – Francis, tu trabajo por el día de hoy será llevar esas cajas a la sala donde están todos, les pondrás una caja a cada persona. Lo puedes hacer?

Fersen – Si claro, lo haré en este momento.

Y así lo hizo, contó 17 cajas, cada caja pesaba regular pero era cómoda para llevar, felizmente el ejercicio en el ejército le ayudó, aunque terminó muy agotado. Saint-Just observaba detenidamente sus movimientos y cuando terminó le indicó que vaya a un cuarto aún más adentro de donde estaban. Así lo hizo, fue con él, lo hizo pasar, y cerró la puerta tras él.

Qué pasará?

Continuará...

Perdonen por lo corto del capitulo, no volverá a pasar.

Gracias por sus comentarios, lo que si es necesario que si tienen alguna sugerencia no duden en dármela.

Muchas gracias y hasta la próxima.

Una Nueva EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora