Me dirigí al Ala Oeste con los papeles entre las manos, el hospital se hallaba en completo silencio y mis pasos eran el único sonido dentro de los pasillos, pronto pude escuchar otros a unos metros detrás de mí y los relacioné con el extraño sujeto de hace rato. Había olvidado por un momento su presencia, mejor dicho ¿seguía aquí? Se camuflaba perfectamente entre las sombras, suspiré preocupado.
Me ponía nervioso.
– ¿Qué ocurre? –su voz a mis espaldas hizo que diera un pequeño brinco, pero conseguí ahogar un grito.
–Me sorprendiste –tuve que detenerme.
–Pero tenías en cuenta que siempre estuve aquí, ¿no? –frunció el ceño, parecía harto y fastidiado.
–Sí, pero hablaste de improvisto –saqué el aire que había estado conteniendo–. No me pasa nada –lo miré de reojo–. ¿Y tú? ¿Estarás bien?... me refiero a que pasarás todo el día aquí metido, ¿no te aburrirás?
–Puedo hacer lo que quiera en cualquier momento –otra mirada engreída–. No necesito de tu consentimiento para moverme libremente por el lugar, además puedo esperar el tiempo que sea necesario
–Cierto, cierto... –aquel tipo daba la impresión de que nunca había sonreído–. Perdón por poner en duda tus habilidades –no pareció gustarle la disculpa, me tenía sin cuidado–. De cualquier forma, no alteres nada. Todos verán raro que alguien ajeno al hospital me siga, así que usa tus poderes para desaparecer.
No respondió, simplemente se cruzó los brazos y continuó detrás de mí. Parecía estar esperando que me siguiera quejando, pero no lo hice.
–Y tú solo intenta no ser una molestia, es la primera vez que me integro tanto con un Libro.
–Es la primera vez que conozco sobre los Hijos Divinos –di la vuelta y seguí caminando. En falta de experiencia le tenía ventaja. Esperen, eso no es nada para estar orgulloso.
– ¿Estás nervioso por mi presencia? –siguió detrás. No creía que su hostigamiento fuera del todo intencional, pero me sentía un poco presionado.
–Por supuesto que no –sonreí irónico. Me contuve de hablar violentamente sobre la situación en la que me había metido sin mi consentimiento. Solo quiero seguir con una vida normal. Aunque debía aceptar que me hizo entender algunas cualidades de mi persona tampoco le podía considerar un "guía" en todo esto.
–Pues deberías –se interpuso frente a mí de un solo movimiento.
– ¿Qué te sucede? No deberías interferir con mis acciones. Ni siquiera deberías estar tan cerca, ¿qué es lo que buscas?
–Tu nombre figura en mi Dádiva –soltó de la nada.
– ¿Y eso qué?, es lo normal, ¿por qué más estarías aquí? –sí, me sorprendió, pero debía actuar natural. Comprendía poco de cómo funcionaba esto, pero era claro que era malo, estaba a un paso de ser "Purificado".
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Ashes [Hijos Divinos] |•COMPLETA
Espiritual¿Cómo justificas a un asesino? Así es como comienza esta historia, para justificar a los "Hijos Divinos", los asesinos de criaturas conocidas como "Libros": quiénes provocan catástrofes para alimentarse de los sentimientos negativos de los humanos. ...