–Lo sé... tal vez si soy complicado –Edgar reflexionó para sí–. Creo que te aburrí –bajó la mirada–. Me callaré por ahora.
–Te callarás, porque ahora tú me escucharás a mí –con esa afirmación consiguió que el Libro levantara la mirada para reclamar con alguna tonta oración. El Divino le cubrió la boca con la mano–. ¿Entendido?–. Asintió asombrado por el contacto.
–Demasiadas bromas para mi gusto, ¿podrías volver a ser el típico sujeto que da miedo? –hablando contra su mano, desconfiaba por su cambio de actitud.
–Solo que... –pasó de la recomendación–, necesito de un poco de ayuda para hablar, así que tomaré algo fuerte o en su defecto, podemos ir al balcón a fumar. Esto saldrá en el examen, así que es mejor que lo recuerdes todo correctamente –dijo fríamente al soltar sus labios de su palma.
–No tengo nada –se levantó para poder abrir las ventanas y luego sentarse de nuevo a su lado–. Solo por escucharme, te permitiré fumar... un poco.
–Que considerado –carraspeó para dar un toque dramático
*****
Para comenzar, mis padres fueron personas normales que habían logrado escapar de los Libros con sus escasas habilidades de campesinos; todo fue gracias a que vivían alejados de las ciudades, pocos viajeros visitaban sus puertas y mi padre no tenía necesidad de salir en busca de trabajo, pues todo lo que necesitaban estaba dentro de sus tierras, junto a su tranquilidad. Eran épocas de juglares y reyes, princesas, cruzadas y herejes, en pocas palabras, de muchas batallas. Creo que sería el año 100 o 400 antes o después del año 0, no recuerdo bien –miró la oscuridad en los ojos de su oyente–. No soy bueno con las fechas.
Tiempo después de que todo comenzara, fue que cayeron en cuenta de la situación. Mi padre, temiendo por el bienestar de su pequeña familia, persiguió el sueño de quienes escapaban de las grandes concentraciones de gente rumbo a otro continente, un lugar de difícil acceso para los Libros. Claramente temía por el futuro, pero lo que más le preocupaba era lo que le sucediera a su hijo que contaba con apenas tres años de edad.
Tampoco tenían en claro que era lo que sucedía y lo que hacía que tantas personas se movieran tan drásticamente. ¿De que escapaban? Con quienes se reunirían tiempo después tampoco supieron darles una respuesta clara. Los rumores eran basados en otros rumores. No se podía confiar de la información de la gente con la que se encontraban, ya que todo parecía estar siendo manipulado por la raza de los Libros. El miedo era el pan de cada día, los orillaba a comportarse fuera de lo normal, a pensar solo en el bienestar propio, a decidir que todos eran sus enemigos. Estaban paranoicos.
Mis padres caminaron por mucho tiempo, hasta que por fin lograron unirse a algunas personas en las que poder apoyarse mutuamente. No tenían una forma sencilla de reconocer a un Libro, así que dibujaban en las tiendas y en sus cosas el símbolo de cada familia, guardaban distancia con los extraños. Además de llevar diarios explícitos, se marcaban los unos a los otros y tenían coartadas de todas sus actividades, nadie podía estar solo. Su grupo solo fue aumentando y aumentando.
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Ashes [Hijos Divinos] |•COMPLETA
Espiritual¿Cómo justificas a un asesino? Así es como comienza esta historia, para justificar a los "Hijos Divinos", los asesinos de criaturas conocidas como "Libros": quiénes provocan catástrofes para alimentarse de los sentimientos negativos de los humanos. ...