Día 6
Parece que el estudio individual se prolongará un día más, pues su entrenadora no falla en recalcar que es lo que más necesita nuestro espadachín.
–Makishima, parece que ése es tu límite –Verónica, volaba a su lado. Habían hecho la misma coreografía del suelo y el agua, ahora en el aire. La pelea fue casi tan elaborada como la que habían visto hacer a Gabriel y Miguel en días anteriores, aunque necesitaba contenerse un poco en cierto punto pues no quería lastimar a Verónica, ella no perdía oportunidad de buscar el triunfo por esa ventaja.
– ¿De qué hablas?
–No tengo más que enseñarte –continuó–, debes buscar ahora por ti mismo. Tómate el resto del día y mañana para hacerlo.
–De acuerdo, pero no sé qué más hacer –decía la verdad, escéptico de su propia capacidad.
Ella se apiado.
–De acuerdo, acompáñame en mi enteramiento personal –no parecía querer dar especificaciones. La costumbre le hizo seguirla sin pensarlo mucho.
Sus alas ya estaban fuera, así que solamente fue deber de ambos informar que se ausentaban por unas horas o todo el día (pues apenas y amanecía). No faltó quien quisiera acompañarles, y eso que seguían sin decir a donde iban exactamente. Fue así como una salida de dos se convirtió en una excursión de más de treinta Divinos. Verónica no paró de quejarse en ningún momento, ¡este era un entrenamiento solitario! Cuando llegaran al lugar debían tomar distancia entre ellos.
Era un buen plan, entrenaban las alas de Makishima, su estabilidad, equilibrio y permitía a los jóvenes adentrarse más en la personalidad de su líder, e igual se entrenaban. Era el día de palomear muchas tareas atrasadas. Incluso los Divinos aún sin alas o elemento fueron cargados por sus compañeros para esta improvisada excursión.
–Verónica –comenzó Makishima. Ya en el aire era difícil mantener una conversación, pues se llevaba sus palabras y por eso habían permanecido en silencio, pero de verdad que tenía una duda.
–Dime –contestó sin dejar de mirar hacia al frente.
–Me duele cuando me toco aquí –dijo mientras presionaba su abdomen.
–Pues no te toques.
–Gracias.
–Hagamos algo –Verónica se giró ante los que les seguían–. Quiero que lleguen lo más rápido posible a nuestro destino, así que usen todo el poder de sus alas –luego le susurró a Makishima–. Esto también va para ti, tienes seis alas, si alguien llega antes que tú te haré escalar un monte diez veces seguidas sin ayuda–. El chico tragó–. Y dice ¡uno!, ¡dos! Y ¡Tres!
Fin de la interacción. Pues ya había sido amonestado de la probabilidad de alimentarse de un insecto si abría la boca mientras volaban. Además, si se entretenía y perdía, tendría que cumplir el terrible desafío.
Con un poco de paciencia, consiguió llegar tres segundos antes que su entrenadora, no recibió ninguna palabras de felicitación que no fuera: "Era tu deber".
Describiremos un poco la ubicación. Era un lugar pacífico perdido en Turquía, conocido como el monte Ararat. Nevado de manera que parecía pintado, la nieve era suave y por eso los Divinos pudieron estar sobre ella cómodamente.
Cada uno se fue por su lado, mientras más alto fueran se demandaba más concentración, diligencia, paciencia y precaución. A cambio, los elementos recompensan a quienes llegaban a la cima con un una plática personal de cómo mejorar, utilizar la razón y desarrollar inteligencia. A veces solo necesitamos un poco de reinvención, literalmente cambiar de aires por unos más naturales. Demostrar la debilidad para obtener ayuda.
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Ashes [Hijos Divinos] |•COMPLETA
Spiritüel¿Cómo justificas a un asesino? Así es como comienza esta historia, para justificar a los "Hijos Divinos", los asesinos de criaturas conocidas como "Libros": quiénes provocan catástrofes para alimentarse de los sentimientos negativos de los humanos. ...