El agente especial Louis Tomlinson de treinta y cinco años de edad, pierde a su compañero en una terrible explosión que tiene lugar mientras investigaban un caso y en la que él también resulta herido.
Debido a su fuerte temperamento y otros motivos...
Louis aparcó su coche frente al edificio del ojiverde y como alma que lleva el diablo corrió hasta el portal y llamó al telefonillo del apartamento.
Estuvo timbrando unas cuantas veces mientras en su oreja tenía el móvil por el cual lo intentaba contactar pero no obtuvo respuesta.
—Maldita sea, ¿Dónde estas, Harry?, responde.
Cuando tenía la esperanza perdida, una mujer salió del edificio.
—Hola, ¿a quién busca, señor?.
—Hola señora, ¿Sabe si se encuentra Harry Styles?, vive en el segundo.
—No muchacho, él no se encuentra...el joven embarazado está en el hospital, su bebé nació.
—Gracias señora, muchas gracias—agradeció este echando a correr de nuevo hacia su coche.
En la cuidad había varios hospitales y clínicas, no tenía ni idea de en cual estaría y tonto de él se había ido tan rápido que ni le había preguntado a la mujer, así que tendría que ir uno por uno.
En el más cercano, no lo encontró, ni tampoco en el siguiente, así que preguntó en los demás, hasta que después de horas recorriendo toda la cuidad con su traje de novio puesto, llegó al hospital adecuado.
...—Señorita, me puede indicar la habitación de Harry Styles, por favor?—preguntó sofocado por la carrera.
La enfermera miró en su lista de pacientes ingresados.
—¿Es usted pariente?.—le preguntó muy seria.
—No emm...pero emm...
—Lo siento señor pero la unidad de maternidad es un área muy restringida y solo pueden pasar parientes con un pase—volvió a decirle esta igual de seria.
Louis tenía ganas de tirar algo al suelo de la impotencia que sentía pero en vez de eso mantuvo la calma y recordó que llevaba su placa en el bolsillo del chaqué, así que la sacó y se la enseñó.
—¿Cree que podré entrar ahora?.
—Oh lo siento agente, yo no sabía.... Claro pase, segunda planta, habitación 206.
Louis corrió al ascensor, dándole al botón desesperadamente pero tardaba lo que le parecía una eternidad, así que optó por las escaleras.
Subió los dos pisos a todo lo que sus zancadas daban y llegó a la segunda planta casi sin aliento, luego respiró profundo y buscó la habitación de Harry.
—...203...204...205...206, aquí es—dijo con una sonrisa.
La puerta estaba cerrada así que golpeó con los nudillos delicadamente y tras escuchar un "pase" por parte del rizado, entró.
Louis se quedó boquiabierto en la puerta como si estuviese viendo a un fantasma pero no era nada de eso, lo que tenía delante de sus ojos era la imagen más tierna y hermosa que había visto en su vida.
El ojiverde estaba sentado en un sillón con su linda bebé en sus brazos.
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