La experiencia era nueva, diferente. Jamás en mi vida había sentido tal cosa, de pronto, el dolor ya no era tan importante, había pasado a segundo plano y si hablamos de lo emocional era como si de pronto la tristeza, el coraje y todos esos sentimientos negativos fueran reemplazados por euforia total. Me sentía más enérgica. Era todo tan extraño. Sabía que no estaba bien y que con ésto no disminuían mis problemas, de hecho sólo sumaba uno más, pero por lo menos desaparecían aunque sólo por 15 o 30 minutos.
No me quería mover, sentía que si en cualquier momento me levantaba de ahí el dolor regresaría. Sólo cerré los ojos y en cuestión de minutos me quedé dormida.
*
—Hey... Bella... -—Escuchaba a lo lejos.— despierta...
Poco a poco, abrí los ojos y lo primero que vi fue el rostro de Alonzo. No me pasó desapercibido que el tono con el que me habló no era dulce. Era serio, al igual que su rostro. Traté de incorporarme, pero no pude; el dormir en el sofá me había causado aún más dolor del que ya tenía.
—¿Qué hiciste? —Lucía molesto, y no pude evitar sentirme asustada, pero traté de quitar ese sentimiento y centrar mi atención en él.
—¿A qué te refieres? —Dije, más confundida aún.
—¡No te hagas estúpida, por favor! —Gritó. Su rostro se transformó.
—N-no sé de que hablas. —Hablé en un hilo de voz. Juro que no mentía, no sabía. Pero mi maldito nerviosismo, cobardía e inseguridad no me ayudaban.
Suspiró y agachó la cabeza como si intentara relajarse; me tomó con fuerza de los brazos e hizo que me sentara.
—¡¿Te metiste lo que estaba en la mesa?! —Me aterrorizó la forma en la que me habló. La sangré se me fue del cuerpo. No dije nada, pero sabía que mi mirada era más que suficiente para delatarme.— ¡Eres una... ¡Mierda, Bella! ¿POR QUÉ... —Me soltó. Las lágrimas comenzaron a salir. Él gritaba y eso me asustaba. La forma en la que me hablaba.— Maldita sea. —Frotó su cara con la mano.
—Yo sólo... —Hablé entre lágrimas. Se acercó a mí, me tomó de los brazos, pero ésta vez su tacto no era brusco; y él parecía ya no estar enojado.
—Bella, perdoname, perdoname. —Susurró.— por favor, prometeme. No, JÚRAME que no lo volverás a hacer. —Me quedé en silencio.— ¡Juramelo! —Me obligó.
—Lo juro... —Apenas dije. Él, me soltó y sin decir más, salió.
*2:30 p.m.*
—Señorita, ¿Puedo recoger su cuarto? —La encargada de la limpieza, se asomó por la puerta de mi habitación, era una persona de no más de 60 años, de estatura baja y un poco robusta; nunca había entablado conversación con ella desde que había llegado aquí. Yo estaba sentada frente al tocador observando mi rostro con detenimiento. Tenía moretones y golpes por toda la cara. — ¿Señorita?
—Claro, pase. —Y así lo hizo.
—Disculpe que me meta —Habló después de un tiempo.— pero ¿Está usted bien? Eso de su rostro se lo hizo Alonzo, ¿Verdad? —Me veía por el espejo al igual que yo a ella. No dije nada.— No me sorprendería. —Dijo para sí misma y continúo recogiendo el cuarto.
"No me sorprendería." ¿Qué intentaba decir con eso?
—¿Usted tiene mucho conociéndolo? —Aludí, tímida.
—¡Uy, si yo le contará! Tengo bastantes años trabajando aquí y me ha tocado ver tantas cosas, que bueno, ya nada me sorprende de él.
—¿C-cómo que cosas? —Cuestioné cohibida. Me miró.
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Inmarcesible. | Harry Styles. TERMINADA -corrigiendo-
Fanfiction"La destrozaron y ella no podía entender porque la encerraban en un sótano lleno de hombres." -Mami... no quiero. -Dijo la pequeña Bella, mientras su madre la jalaba del brazo a la pequeña habitación del motel. -Bella. -Se detuvo. Se puso a la altu...