—Alonzo. —No me miraba. Jugaba con sus dedos, evadiendo el contacto visual.
—¿Eh? —Apenas podía creer que quisiera arruinar un momento que era perfecto, por lo menos para mí.
—Debe de estar preocupado por ti... —Seguía sin mirarme, era como si escondiera algo en su mirada.
—No lo creo, ¿Por qué habría de estarlo? Él probablemente esté trabajando, tal vez aún ni siquiera se da cuenta. —Encogí los hombros.
—Bella... has estado dos días aquí. —Entonces me miró. Realmente me tomó por sorpresa, perdí la noción del tiempo. Me alarmé al pensar en Alonzo.
—¿Qué? ¿Y... tú no le dijiste nada?
—¿Qué iba a decirle? No sabía si él estaba enterado de lo que te pasaba, y tampoco se me ocurría algo para inventar. —Me veía con atención esperando mi respuesta, probablemente esperaba que actuara de forma agresiva por no haberle dicho nada a Alonzo, pero no. Estaba agradecida con él y esa no era forma de agradecerle lo que había hecho por mí.
—Está bien. Entiendo.
—Supongo que... tienes que ir con él, ¿No? Digo, él es tu novio y debes... debes estar con él.— Me atrevería a decir que escuchaba decepción en el tono de voz con el que me habló, pero seguramente estaba delirando.
—Sí... eso creo. —Entonces sin más, me levanté y comencé a caminar hacia la puerta, no sin antes girar para verlo. Me observaba y en cuanto sintió que yo también lo hacía giró su rostro.— Gracias por todo, Harry. —Dije. Él en cambio, se quedó ahí sin decir nada parecía estar nervioso o como si no encontrara las palabras para despedirse o tal vez sólo no quería hacerlo. Salí.
El cuerpo y la cabeza aún me dolían, no subiría la escaleras ni loca.
No dejaba de pensar en todo lo que había pasado en sólo unos minutos. Y aún así, me resignaba a olvidarlo. Parecía que Harry no le había tomado importancia al beso y aunque no quisiera me dolía el hecho de pensar que sólo a mí me había importado; por otro lado, cuando lo besé sentí algo diferente en él, no era el mismo Harry de siempre. Era extraño... y hasta ahora caía en la cuenta que las formalidades entre nosotros se habían esfumado por completo, de pronto sentía que estaba más en confianza con él. Al lado de Harry me sentía en una zona de confort que nunca antes había sentido, era como si con él toda la tristeza, problemas, enojos se alejaran... tal vez estaba exagerando pero eso y más sentía cuando estaba con él. Pero a pesar de eso, tenía que meterme en la cabeza que; sólo había sido un beso. Un simple beso, algo que dos personas maduras no considerarían importante.
Las puertas del elevador se abrieron y comencé a caminar por el pasillo hasta llegar al departamento de Alonzo alejando cualquier pensamiento de mi cabeza. Abrí la puerta y casi caigo al suelo cuando vi... eso.
Alonzo, inhalaba un polvo blanco de la mesa de centro.
Mierda.
¿Estaba viendo mal, no?
Me observó, y fue tan rápido que ni siquiera lo vi venir. Su mirada era tan... peligrosa, con bastante coraje cargado en ella. Me dio mucho miedo.
Se levantó y caminó con pasos grandes y rápidos. Intenté retroceder pero la puerta se interpuso en mi camino. Estaba a unos pasos de mí, no decía nada y eso me ponía más nerviosa. Lo siguiente, casi podía jurar que lo vi en cámara lenta. Su mano, conectó con mi mejilla haciendo que mi rostro girara.
Comenzó a arderme la cara.
—¿Qué haces? —Dije, con un nudo en la garganta mientras masajeaba el golpe con mi mano, me intentaba tragar las lágrimas, pero no podía ya salían solas.
—¿Dónde estabas? —Me aterrorizó la naturalidad con la me habló.
—¿Que-é estabas haciendo? —Dije, refiriéndome a lo que inhalaba en la mesa. Odiaba que la voz me temblara y que las lágrimas no dejaran de salir.
—¡¿Dónde mierda estabas?! —Ignoró por completo mi pregunta. Su tono era fuerte, pero no gritaba. Me paralice. Él, comenzó a doblar las mangas de su camisa y al terminar me miró de nuevo.— No lo volveré a repetir... ¿Dónde estabas? —No podía responderle, estaba aterrorizada.
Todo pasó tan rápido. De un momento a otro, estaba en el piso siendo atacada por Alonzo. La fuerza con la que sus golpes conectaba con mi cuerpo, me hacían soltar pequeños gritos, le suplicaba que se detuviera pero no lo hacía. Seguía golpeándome sin compasión. Todo esto ya lo había vivido antes, sólo que con una persona distinta.
Me gritaba cosas, algunas no las entendía del todo pues sus golpes me aturdía. Gritó algo que escuché con mucha claridad, y lo repitió varias veces: —¡TÚ ERES MÍA! ¡YO TE COMPRÉ!
De la nada, los golpes cesaron. Abrí los ojos y aún con lágrimas en ellos pude ver a Alonzo subir las escaleras.
Otra vez. Otra vez la misma historia de mierda, no podía ser posible, ¿Qué había hecho mal para que la vida me tratara así? ¿Por qué cada persona que se topaba en mi camino me hacía sufrir? ¡¿QUÉ MIERDA LES HE HECHO YO PARA QUE ME TRATEN COMO BASURA?!
Las palabras de él no dejaban de dar vueltas en mi cabeza, ¿A qué se refería con que él "me compró"?
Como pude, me arrodillé. No podía levantarme, las golpizas se habían acumulado mi cuerpo no podía soportar tantos golpes, sin mencionar que la cabeza me dolía más. Arrodillada, me arrastré hasta el sofá; no llegaría más lejos, me recosté en él y comencé a llorar. Ya no podía cargar con tanta mierda, todo esto me estaba cansando. Me estaba ahogando en mi dolor físico y emocional.
Por alguna razón, fije mi vista en la mesa y ahí seguía algo del polvo blanco que Alonzo estaba inhalando. Sabía lo que era ya había visto a otras personas hacerlo. Ni siquiera pensé mi acto siguiente, sólo lo hice.
Me incliné hacia la pequeña mesa, dude un segundo pero aún así, inhalé el polvo restante. Y sabía que esto era el inicio de algo que probablemente no iba a tener fin.
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Inmarcesible. | Harry Styles. TERMINADA -corrigiendo-
Fiksi Penggemar"La destrozaron y ella no podía entender porque la encerraban en un sótano lleno de hombres." -Mami... no quiero. -Dijo la pequeña Bella, mientras su madre la jalaba del brazo a la pequeña habitación del motel. -Bella. -Se detuvo. Se puso a la altu...