Inmarcesible. | Harry Styles. TERMINADA -corrigiendo-

Capítulo 6.

Me quedé inmóvil.

Su mirada verdosa y la mía se encontraron. Sus ojos entrecerrados me miraban con firmeza.

Por unos minutos, nadie dijo nada. Ambos nos veíamos sin articular palabra. No era necesario. No cuando con una simple mirada se decían tantas cosas.

El tenue sonido de algo vibrando, inundó la habitación haciendo que el lenguaje no verbal que había formado con Harry, se desvaneciera.

Ni siquiera dije nada; sólo bajé la mirada, salí de la habitación dirigiéndome a la sala para contestar el celular.

—¿Sí? —Esperé unos segundos y no obtuve respuesta. —, ¿Hola?

—¡Bella! —Su voz entusiasmada salió del aparato.

—¿Alonzo?

—Lamento si soy imprudente al llamarte, sólo quería saludarte y saber si habías recibido el ramo de rosas.

—Oh, claro... ¡Me encantaron! Fue un lindo detalle. —Escuché una risita proveniente del otro lado del teléfono.

—Me alegra que te gustaran.

—Si... —Apenas dije. "¿Debería preguntar?" — ¿Alonzo?

—¿Sí?

—Puedo preguntar, ¿Cómo conseguiste mi número?

Hubo silencio y por un momento creí que mi pregunta quizá rompió el momento, tal vez no debí hacerla. Comenzó a ponerme nerviosa, apenada.

Suspiró, y respondió: —Cuando alguien me interesa hago lo posible por saber de esa persona, además tengo muchos contactos, conseguí tu teléfono con alguien... ¡No pienses que soy un acosador o algo así! —Se apresuró en decir.

—Qué alivio saberlo, estaba apunto de salir corriendo de mi casa para mudarme a otro país. —Bromeé y él carcajeó.

—Que ocurrente. Bien, también llamaba para preguntarte como estabas.

—¿Entonces?

—¿Entonces, qué?

—¿No vas a preguntar?

—¡Oh! Claro, —Rió.— ¿Cómo estas?

—Genial, y ¿Tú? —Reí.

—Del mismo modo, gracias.

—Me alegra saberlo, señor Dineratti. —Dije, con un acento británico y elegante. Pésimo por cierto.

—Lo mismo digo, señorita Bella. —Imitó el mismo acento, reímos al mismo tiempo. Hizo una pequeña pausa para después decir: —¿Bella?

—¿Sí?

—Me preguntaba si... —Noté el nerviosismo en su voz.— tal vez tú... no sé, querrías salir conmigo, ¿Quieres?

—¿Salir? Para eso tendrías que contactar a mi madre y...

—No, no. Creo que no me expliqué, quiero que salgas conmigo a... no sé a comprar un helado, al cine o a donde tú quieras; sin dinero de intermediario ¿Qué dices?

—¿Qué digo? —Algo dentro de mí se encendió. No sabía exactamente si era emoción o rabia.— Bien, digo que tengo un trabajo... cabe mencionar que no es bastante agradable. Para ser más directa, soy prostituta y varias personas entre ellas empresarios millonarios lo saben, así que, ¿Qué dices tú?

Por un momento, todo se quedó en silencio.

—¿Tengo que decir algo a caso? Eso lo sé, sé a lo que te dedicas y realmente no me importa, si tuviera algún problema con eso creeme que no estaríamos teniendo esta conversación, no soy una persona prejuiciosa. Me llamaste la atención, quiero conocerte.