Capítulo 29

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"...algunas cosas están destinadas a suceder."

Él seguía detrás de mí, la única diferencia era que habíamos cambiado de destino, nos dirigimos al departamento. Había accedido a platicar con él y escuchar sus razones, el porqué de su acciones y no porque creyera en sus excusas, tampoco porque pensara que estaba siendo dramática o exagerada; era más bien porque en el fondo sabía que mi opinión acerca de Harry sólo estaba en el aire, no era algo de lo que estuviera un cien por ciento segura y algo que sabía más que bien era que yo sí estaba engañándolo aún si no teníamos nada formal, lucía y se sentía como un engaño, cada noche me escapaba del departamento para estar con Alonzo, para que me diera droga. En el fondo, tenía remordimiento por hacerle tanta cosa a Harry y por una parte sentía alivio de que él probablemente me estuviera haciendo lo mismo pero cualquier sensación de satisfacción era inmediatamente reemplazada por la ira, porque al final de cuentas si todo resultaba ser cierto, todo ése tiempo había sido un simple juguete, sólo me había querido para tenerme en su cama y no estaba ni cerca lo que yo pensaba de él: que era igual que todos los malditos hombres.

La piel se me erizaba por el frío de la calle y el camino cada vez se hacía más eterno. Me estremecí cuando sentí una tela rozar mis brazos, giré mi rostro y miré sobre mis hombros a Harry, su chamarra café estaba sobre mí y él sólo traía puesta una camisa blanca, su rostro tenía una expresión neutra, no me veía, prestaba atención al camino. Agradecí que me cediera su chamarra, el frío se había neutralizado un poco. Quería que me abrazara y así sentirme cálida aunque probablemente terminaría de congelarme con la frialdad de Harry.



Miraba atenta el suelo alfombrado de la sala, jugaba con mis dedos pulgares. Estaba sentada en uno de los sillones individuales y Harry en el grande de al lado. No iba a dar la primera palabra, él tenía que hacerlo, era él quién me daría la explicación pero parecía que no iba a hacerlo. Estaba como cohibido. Lo miré, su vista estaba fija en la puerta. Probablemente estaba buscando las palabras perfectas o… la excusa perfecta.

—No tengo mucho que decir.  —Por fin habló. Por fin me vio a los ojos. Parecía tan casual, como si su consciencia estuviese tranquila. Como si estuviéramos sosteniendo una platica cotidiana. Y es que así era él. Así era Harry. — O tal vez no tengo nada que decir.

—Entonces, sinceramente no sé que hacemos aquí. Si vine fue para escuchar una explicación; ya que no la hay... —Entonces me levanté y comencé a caminar decidida a la puerta.

—¿A dónde vas, Bella? —Se escuchaba como fastidiado, asustado. Entonces me giré.

—No sé, a un hotel. No sé Harry. Sólo no quiero estar aquí, quiero estar lejos de ti.

Realmente estaba fastidiada. Mis palabras parecieron herirlo pues su semblante cambió completamente. Evadió mi mirada, como si estuviese le avergonzara que lo viera a los ojos. Veía al suelo y yo a él. Juro que no pretendía herirlo pero tampoco quería ablandarme con su expresión, por primera vez tenía que ser dura. Guardó silencio por un momento.

—No me digas eso. —Quería sonar serio y sin importancia pero falló terriblemente cuando su voz se agudizó y su rostro se ablandó.

—Harry, sólo te pedí la verdad, una maldita explicación que no puedes dar porque probablemente no encuentras como excusarte y para ser franca no me quedaré aquí para que me sigas viendo la cara. —Y decidida caminé a la puerta.

—Es absurdo. -—Se apresuró a decir.— No sé que decir porque no sé de que verdad hablas. —Sentí su presencia más cerca de mí, ya estaba de pie. Di vuelta y quedamos frente a frente.

—Hablo de todo. De nosotros, de la situación, de ti saliendo en la madrugada. Por dios Harry, realmente no sé que somos y no sé que hago aquí. Estoy con un completo desconocido, no sé cuales son tus intenciones reales conmigo, si realmente quieres ayudarme o quieres tener una relación conmigo o sólo buscas un pretexto para tener a alguien calentándote la cama. Y sinceramente no sé si confiar en ti sea buena idea, no puedo confiar en alguien que se escabulle a las cuatro de la madrugada a quien-sabe-donde y con quien-sabe-quien.

Inmarcesible. | Harry Styles. TERMINADA -corrigiendo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora