la chica del libro

1.6K 131 22
                                    

Silencio...

Eso era lo que había desde hace ya varios años atrás, solo silencio, no es que el mundo acallara sus quejas, más bien que ella ya no era capaz de persivirlas, ya no oía llantos, gritos o risas... Solo ese frustante silencio. Niciquiera era conciente de su voz, hace más de... Lo había olvidado ¿Cuánto tiempo había pasado ya? ¿Cuando fue la última vez que hablo? ¿Que lloro? ¿Que río? No lo podría recordar.

Solo silencio...

Como si fuera un páramo extenso, gris y desolado que le servía de jaula y hogar, se sentía como si no hubiera un adelante, pero si dejaba de moverse...
¿Que pasaría?

Alzó la vista al cielo, el azul era tragado por el rojo de un sol moribundo, la sangre que se derramaba cada día al morir este y cada mañana al nacer, se tapo la cara con esa retorcida máscara.

Un paso...
Otro paso...
Y regresar la vista para ver cómo se desvanecian sus huellas...
Un lado y otro...
Y nada...

Los recuerdos emergian en su mente rapidamente, agitó sus cabeza como si con tal gesto infantil todo se borrara, y los pasos se volvieron una carrera hasta que...

Mar...

Se detuvo en seco al percatarse de aquel inconfundible olor de agua salada, aquellas aves de blanco, negro y rojo la empujaba hacia aquella dirección.

- basta- murmuró con calmada voz, una voz gangosa de tantos años sin abrir la boca más que para comer.

Las aves subieron al cielo hasta perderse de vista, pero ella no se movió, sabía que debía ir en esa dirección pero también sabía que algo terrible iba a pasar.

Miro el libro que llevaba en manos, un viejo tomo de pasta negra y gastada con un símbolo grabado en ella, flexióno las piernas y corrió en aquella dirección.

...

Cuándo sus ojos sé posaron en la silueta de una ciudad, se detuvo olfateando el aire, el silencio se había desvanecido y sus oídos se llenaban de lamentos que la hacían flaquear.

Vio fuego en la ciudad, vio sangre y una sombra siniestra que la engullia completamente.

Y como una polilla ante la luz, se sentía atraída por la desgracia, se interno por sus callejuelas sigilosamente.

Su hombro chocó contra el de un Joven de cabellos de ébano y ojos como el ámbar, que al mirarla se detuvo.

- ¿Quien eres?
- nadie...- murmuró ella sin volver la vista.

El de cabellos negros se acerco, posando su mano en su hombro y obligandola a girarse, pero la soltó de inmediato por la máscara de demonio que poseía.

- vaya... Pero que susto- se rio.
- ¿miedo?
- pero que tipa más extraña- dijo alejándose un poco para verla- tu ropa parece muy fina...
- si aún estás interesado en mi nombre te lo diré...
- ¿He?
- me llamo Momo Torahime...
- ¿Momo Torahime?

La mencionada se separó de su máscara y ahora el joven retrocedió asombrado por aquella chica, una sensación de miedo y sorpresa le invadió, toda ella despedía una esencia de muerte.

Pero al fin de cuentas era una niña y por lo que el veía era rica.

- hey... Me regalas tu ropa
- no
- lo repetire de nuevo- dijo poniendo una daga en su cuello- me darías tu ropa...
- no...
- que agal...

El dolor invadió su espalda, en algún momento la vista de su cara se había vuelto el firmamento, tardo unos minutos en reaccionar que estaba en el suelo, que había sido elevado y tirado en un abrir y cerrar de ojos, movió su cabeza para ver la figura alejarse, la daga estaba rota, lo escucho...

Las campanas que se alejaban junto a ella, sonrió.

...

Las olas golpeaban contra el muelle, ya pasaba de media noche y las calles estaban vacias, los barcos se mesian con el oleaje y sus ojos miraban el horizonte oscuro donde se unía cielo y mar.

- ho...hola...
- ...- no se giro.
- disculpa- dijo nuevamente poniéndose a su lado.
- ...
- queria disculparme por lo que mi amigo te hizo... ¿Estás herida?
- no...
- que bien...
-...

Los nervios consumian al recién llegado, que jugaba con sus manos, a estas alturas creía que hablar con mujeres se le daba fatal.

- sabes... Este era un buen lugar...
- ...
- próspero gracias al comercio... El antiguo rey era increíble... Aún que yo vivi en la zona pobre
- lo sé...

- ¿He?- la miro al rostro y quedó paralisado, la luz de luna les servía de lampara; era más baja que el, pero daba la sensación de que era más fuerte, tenía el cabello blanco enredado y la piel de un tono pálido, era delgada, pero eran aquellos ojos que más le sorprendía pues poseían un rojo tan intenso que no lograba identificar.
-

me temo que debo negarme a tu petición... No estoy aquí para entrar a un grupo de ladrones... Sería una deshonra para mí señor...
- ¿Como?
- además tu amigo es muy debil- dijo mientras aquella ardiente mirada se clavada en el, se sentía como el fuego por un momento la respiración del chico se detuvo.
- pero...
- ¿Solucionas algo con todos esos robos?
- ¿Que?- no podía decir mas de una palabra.
- no te dejes arrastrar por su debilidad- Momo se puso la máscara y se alejo.

El traje de color negro y el cabello de un blanco puro como si fuera una estrella fugas.

- me... Me llamo... Alibaba Saluja...
- lo sé- dijo sin mirarlo
- puedo llamarte Momo...

No hubo respuesta, el rubio abrió los ojos de par en par al percatarse de lo que cargaba ella, dos espadas en su cintura, y un libro que poseía la estrella de Salomón.

- acaso... Hey...- la llamo pero en un solo segundo su figura se había perdido por completo- acaso... ¿Eres una conquistadora de calabozos?

La pregunta se quedó en la costa, flotando sin dirección.

Al fin subí el primer capítulo.
Perdón por la espera

espero que lo disfruten

El Ruhk carminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora