El Ruhk carmin

corona

Atravesó la puerta rapidamente, quedando petrificado al hallarse con los cadáveres de dos soldado en el suelo.

- Banquero- chillo el rey Ahmad- parece que los soldados del imperio Kou son unos inútiles.
- eso parece su alteza
- en fin... Matenlos
- vengo aquí para acabar con esto- grito furioso el legítimo príncipe de Baldadd- como príncipe de Baldadd... Te ordenó que dejes el trono
- callate- chillo el cerdo mientras alzaba su baculo en su dirección- matenlo
- no lo permitiré- dijo el rubio descansando la espada- no quiero pelear contra ustedes, que son mi pueblo por el que peleó Ahmad deja el trono de forma pacífica
- que no oyen matenlo

Los soldados empuñaron sus lanzas contra el menor, inmovilizandolo.

- basta- grito Sadmahad mientras daba órdenes de que soltaran a su hermano, temblando de miedo.
- ¿Que crees que estás haciendo?
- lo siento hermano... Pero no podemos continuar con esto- dijo tembloroso- te lo suplico deja el trono.
- Esto es un golpe de estado- grito el regordete rey- arrestenlos arrestenlos y matenlos a todos
- que nadie se mueva- ordenó con voz temblorosa el rey sustituto- si siguen sus órdenes las personas de Baldadd se convertiran en esclavos y eso les afectará también a ustedes
- silencio tu que sabes... Tu que eres un cobarde que ayuda a un montón de ladrones- dijo el más bajo, mientras le daba el baculo- no tienes idea de lo que es ser el rey, que todos te miren esperando tus órdenes.

El pelinegro miro a los soldados, sus piernas temblaron incapaces de soportar su propio peso, finalmente colapso al suelo con lágrimas en los ojos.

- vez... Eres un cobarde inútil
- basta- ordeno Alibaba interponiendose entre ambos hermanos
- fuera de mi vista basura- su espada se desenvaino y dió un tajo con sorpresa, pero Alibaba sostuvo la espada entre sus manos quitandosela al rey para después darle una bofetada.

- tu- tembló el rey en el piso- como te atreves... Ni siquiera padre... Rápido matenlo...

Los murmullos llenaron la sala, los soldados miraban en todas direcciones, hasta que la cabeza del ejército se decidio a hablar.

- no lo haremos, esas personas que mataste eran mis subordinados y amigos- dijo mientras tiraba las armas al suelo, seguido de los demás.
- pero que hacen

Unos pasos amortiguados llegaron desde atrás de el, solo pudo ver la tela blanca manchada de sangre oscura.

- aquel soberano que abandona a su pueblo, no tiene derecho a llamarse asi- dijo con frialdad la voz femenina- el olvido será el primero de tus castigos...

El regordete rey quedó petrificado ante la pequeña multitud que le rodeaba, llorando adolorido mientras aquellos rojisos ojos le hacían temblar, era como estar en la presencia de un enorme tigre que estaba apunto de devorarlo.

- Momo-san- llamo preocupado el rubio.
- no se preocupe Alibaba-ko- dijo tranquila- me disculpó por la demora, me tomo más de lo necesario.

Los cabellos blancos giraron en dirección a una de las puertas donde una figura femenina se acercaba con paso firme.

- ¿Que es este escándalo?- dijo la octava princesa del imperio Kou- vine aquí para casarme pero ignoro quien será mi esposo.
- yo soy- afirmó Ahmad, esperando ser salvado.
- no es necesario que lo sepa- dijo la peliplata, con la espada en la mano- usted tiene dos opciones viables...
- ¿Que haces aquí?- dijo la peliroja mirando a aquel demonio de forma femenina.
- he venido, siguiendo a mi señor- dijo la peliplata con frialdad...
- me disculpó pero actualmente no contamos con un rey... A si que el compromiso será canselado- intervino Alibaba.
- crees que eso importa, elijan un rey antes de mañana para terminar con esto- reclamo la dama sin tomarle importancia.
- por orden el siguiente rey debería ser el rey sustituto Sahmad- comento uno de los guardias.
- yo no puedo ser rey, soy tan culpable como mi hermano Ahmad, por no hacer nada- el más alto tembló ante la idea.

El salón se lleno de murmullos de confusión a lo que el príncipe de cabellos como el oro intervino con voz segura.

- yo tampoco seré rey- Momo le miro confundida- cause la muerte del antiguo rey y despues huí... No tengo derecho de gobernar este país...
- ¿Entonces?- preguntaron los guardias.
- Quiero abolir la monarquía de Baldadd y convertirlo en una república... La gente no quiere un nuevo rey, solo quiere ser feliz y para ello no nos necesitan- miro a la peliroja- Baldadd ya no existe como tal así que la ceremonia se cancela...
- crees que olvidaremos esto tan fácilmente- Kougya le miro- los derechos marítimos y el comercio le pertenece a el imperio Kou... Si no lo tomamos de forma pacífica mi padre enviara sus tropas a este país...
- eso no será posible- la voz del rey de los siete mares interrumpió la discusión- por qué Balddad es parte de la alianza de los siete mares
- ¿Ha?- pregunto la princesa de cabellos como el fuego.
- Sinbad-san- exclamó Alibaba.
- ire al imperio Kou, para hablar con el rey... La alianza de los siete mares no permitirá que se invada la república de Baldadd

Se hizo silencio en el palacio, Momo llevaba la mano en la empuñadura de su katana, quería cortar su cabeza, lo deseaba tanto.

- está bien- dijo al fin la de cabellos rojos mientras se daba media vuelta, su ayudante trato de detenerla pero fue inútil.

Alibaba soltó un suspiro de alivio, miro a su hermano Sabham el cual lloraba de alegría. Ambos príncipes del Baldad se acercaron al balcón, la multitud miraba al cielo en dirección al joven que alzó la voz.

- hoy el imperio de Baldadd a caído, para convertirse en una república...

Los ciudadanos murmuraban nerviosamente, la de cabellos de plata se paró sobre la orilla del balcón, los príncipes y soldados la miraron atemorizados, temiendo que cayera de esa altura.

- escuchen gente de Baldadd- llamo con voz potente que hacía que todos callarán- no es momento de flaquear, son estos momentos en los que se mira al frente pues han renacido, son un pueblo fuerte que logró sobrevivir, sigan adelante por qué aún que el camino este lleno de pesares valdrá cada paso.

Sus ojos rojisos centellaron.

- vamos surjan de las cenizas como bellas aves escarlatas- grito con fuerza y a sus gritos se sumó el júbilo de la gente.

Los ojos de Alibaba y Sabham brillaron.

Ella bajo de su lugar para colocarse detrás de los príncipes pero su brazo fue retenido y su cuerpo rodeado en un abrazo, el rubio murmuró junto a su oido:

Gracias

Hace demasiado tiempo que nadie la tocaba de esa manera, cuando el de cabellos dorados sé separó algo sonrojado ella sostuvo su muñeca.

- esto no a acabado... Lo peor vendrá en un momento- dijo con la llama del infierno en sus pupilas- no te dejes arrastrar por la oscuridad de otros.