Amigos

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- mi Djin es inmortal

Reclamo el moreno entre risas segundos antes de sentir como en su mente se aglomeraban recuerdos siniestros de un pasado olvidado.

- que...- se toco la cabeza apretandolas entre sus manos mientras negaba una  y otra vez con la cabeza- que es lo que me has hecho

Sus orbes rojos se clavaron en los del menor quien tenía una mirada despejada y valiente, mirando al Djin.

- sé que Alibaba-san lo hará bien... Momo-san hay que ganarle tiempo

La peliplata solo afirmó con la cabeza mientras se ponía en posición de combate con los ojos incrustados en su presa, apuntando directamente a su cuello como lo haría cualquier animal salvaje.

...

Sin duda aquello que sucedía afuera era algo delicado, pero la oscuridad que rodeaba al príncipe no era de menor importancia.

Era como si todo el mundo viera quedado atrapado en las tinieblas, sentía que si daba un solo paso al frente caería en un precipicio sin fin, solo miraba al frente, si es que se podría decir que existía uno, hasta que diviso la familiar figura de cabellos de ébano y ojos de oro.

- Kassim...
- ¿Que haces aquí?
- Kassim tengo que hablar con...
- ¡no tengo nada que hablar contigo!
- pero...
- que no te das cuenta de que te odio... Siempre te e odiado, siempre... Siempre...

Los orbes de oro se abrieron sorprendidos, mirando a la figura que se presentaba ante sus ojos.

- por que soy el único que tiene que ser escoria... No importa cuántas veces lo intentaba... Esa vez, esa otra... Nunca pude apagar tu luz, fracaso tras fracaso nada más...

Murmuró el ladrón mientras sus mirada era cargada de una irá ciega y sombría que lo arrastraba cada segundo más y más al abismo.

- tu y yo somos tan diferentes...

Dijo el ladrón mirándolo detenidamente, por tus venas corre la sangre real y la de una madre amable mientras yo soy escoria...

Su voz parecía temblar de irá, como la pequeña llama de una vela que se negaba a apagarse.

- es injusto...

La palabra quedó suspendida en el aire.

- es tan injusto que nuestros destinos hayan sido elegidos desde antes de que naciera... Si las cosas son así... Yo tomare venganza de ese destino...

La tiniebla se volvía tan espesa a su alrededor que hacía imposible ver, el cuerpo del rubio fue atravesado por el ladrón de ojos de oro.

- siempre observamos desde abajo como las personas como tú reían mientras nosotros moriamos... Yo... Yo quería ser tan deslumbrante como ellos, quería que las personas vieran en lo que me convertía...

Las lágrimas fluían de sus ojos cayendo al suelo haciendo que cada rincón de oscuridad fuera iluminado por completo hasta volverse en una sala de color blanco.

- Perdón...

Dijo la voz del rubio mientras sus propios ojos se llenaban de lágrimas...

- perdón por no darme cuenta...

Se sentía tan lamentable por haber negado esa diferencia por tanto tiempo.

- pero si todos fueran diferentes... Sería muy triste para mí... ¿Como podría hacer que todos sonrieran?

Ambas miradas se encontraron sin duda las lágrimas que derramaban eran iguales.

- creo que aún que vivamos en lugares distintos... Ambos podríamos vivir nuestras vidas al máximo...

El Ruhk carminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora