Rojo

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Había salido un momento a tomar aire, se conocía lo suficientemente bien para saber que si permanecía ahí alguien moriría, al salir de la habitación el grupo de Sinbad la miraron sorprendidos.

- ...
- buenas noches Momo-chan- dijo el pelivioleta sonriendo.
- espiar está mal
- no estamos espiando... Solo hay ratones
- consigan un gato- ella los paso de largo mientras se colocaba la máscara sobre su rostro, pero el ruhk del lugar se había vuelto violento como si algo terrible estuviera apunto de pasar, se detuvo y volvió sobre sus pasos al abrir la puerta de la habitación vio a la tropa de la niebla.

- vine a rescatarte Alibaba- dijo el de ojos dorados.

Momo se puso entre la tropa y los tres amigos empuñando su katana mientras su sangre herbia.

- Alibaba-san...- la voz de ella sonaba tan tranquila como siempre- en mi país de origen la traición se paga con la muerte... No sé que significa Kassim para ti pero se lo que significas para el
- Momo-san- llamo el peliazul.
- siento a tu "ejército" Kassim... Para tratarse de un rescate es algo exagerado...
- quien se llevó a Alibaba tiene habilidades increíbles... No puedo permitir que sea tan sencillo derrotarnos- dijo este sonriendo.
- es una lastima... Por qué e acabado con más personas yo sola- dijo ella mientras que se preparaba para el ataque.
- espera Momo-san- intervino Aladdin- el es el preciado amigo de Alibaba...
- ...- ella movió los labios pero ningún sonido salió de su boca- aquí hay personas que no han hecho nada... ¿Por qué las atacas?
- Kassim- grito el rubio.

El de cabellos negros se presipito hacia las escaleras seguido por su amigo.

- vamos... Morgiana...
- ¿He?
- rescatemos a Alibaba-san de su pasado- ambas mujeres los siguieron y al salir a la superficie se encontraron con la tropa de la niebla que ocupaba gran parte del hotel.

El ruhk al rededor de Momo se volvía de color rojo como el fuego, se despidio de la parte superior de su vestimenta cubriendo solo sus pechos con unas vendas.

- Momo-san- dijo el de cabellos azules.
- firme como una montaña, veloz como el viento, silenciosa como el bosque, letal como el fuego- dijo ella mientras su espada se movía de una manera hipnótica en algún momento ella había acabado con gran parte de la tropa y se hallaba detrás de Hassan, quien intento derretir la espada con su niebla pero fue inútil cada estocada era en vano.

- pareciera que Momo-san este bailando- dijo Morgiana asombrada por los cortes de la mayor.
- ataques- ordenó el de orbes dorados.
- yo también lo hare- dijo la Fanalis preparándose a atacar pero en ese instante el suelos se rompió mientras el grupo de Sindria hacia acto de presencia.
- ¿Quiénes son ustedes?
- pensé que era tu objetivo...
- eres Sinbad- dijo el líder de los ladrones.
- así es... Ves te lo dije Jafar que lograria capturarlos...
- concentrate- ordenó el más bajo.
- ataquenlos- dijo esté mientras su niebla se arremolinaba alrededor de Sinbad y Momo- si hacen algo ellos morirán...
- esto no tiene efecto en mi- dijo mientras el magoi lo rodeaba desvaneciendo las sombras, Momo lo miro e hizo lo propio.
- no sabía que también podías hacerlo...
- acabo de aprender- dijo está mientras preparaba otro ataque.

El de cabellos violacios aprisiono a Kassim tirandolo al suelo mientras miraba al joven de cabellos dorados.

- te parece... Alibaba el hombre maravilla solucionar esto entre los dos líderes...

Alibaba se limitó a apretar los dientes lleno de impotencia mientras daba una veloz estocada contra su desafiante, Morgiana dió un paso adelante pero la de cabellos blancos se interpuso en si trayectoria, Sinbad esquivaba con mayor facilidad sus ataques, mientras el joven príncipe de Baldadd se esforzaba hasta que de un solo ataque todo su magoi desapareció.

- Alibaba-san- dijo la Fanalis.

Los murmullos de la tropa de la niebla invadieron el ambiente, mientras los espíritus flaquear como una vieja torre que se mece ante la tormenta hasta caer en ruinas, rápidamente todo quedó reducido a escombros.

- tu tropa de la niebla a desaparecido- dijo el rey de sindria mientras Kassim lo miraba molesto- acaso eres idiota... Eres demasiado débil como para poder ir contra el gobierno.
- Tsk...
- pero si realmente quieres vencer... Te prestarselo mi poder.
- ¿Que?- grito el de caballos blancos.
- quiero unirme a la tropa de la niebla- dijo con una sonrisa en la cara.
- ¿Por qué?- cuestionó Alibaba mientras se levantaba tambaleante del suelo
- por qué no puedo permitir que algo así pase... Que los niños mueran de hambre y las mujeres se vean obligadas a tomar armas... Por eso quiero ayudar...
- no se dejen engañar- grito Kassim- el que sabe... Solo quiere aprovecharse de nosotros como todos los demás... Lo único que quiere es vivir de lujos.
- tu no sabes por lo que Sinbad paso- dijo con frialdad el de cabellos blancos dispuesto a asestar un golpe mortal, las navajas se incrustaron en la piel y gota a gota la sangre callo al suelo.

- basta Jafar- dijo tranquilo mientras sonreía- vamos juntos Alibaba-kun...
- ¿Que?
- vamos al palacio para hablar con el rey Ahmad... Como tenías planeado, ahora cuentas con el poder necesario y el pleno apoyo de Sindria
- hagámoslo Alibaba-kun- sonrió con inocencia Aladdin.
- pero...
- lo harás bien Alibaba-kun

La oscura noche se deshizo como si un papel fuera quemado por una llama, rápido, muy rápido la voz de había corrido y una multitud aguardaba frente al palacio, Momo miraba todo desde uno de los altos pilares de este, viendo como un ruhk blanco y brillante subía hasta el cielo.

- son sus esperanzas, Alibaba-san- dijo al viento, con el libro en su regazo con una sola palabra escrita:

Tragedia

Como si se tratase de un prefacio los ojos de Momo sabian el desenlace de eso, sentía la guerra como si fuera una enorme espada sobre el país, cerro los ojos intentando no ver pero fue inútil una caricia fría tocó su mano.

Al ver se trataba de un poco de Ruhk, pero no era como el amable Ruhk de Aladdin o su apasionado ruhk, era oscuro, siniestro, triste, era el Ruhk de la devastación.

Localizo a su propietario un joven de cabello de ébano que caminaba entre la multitud sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.

Y la palabra del libro cambio:

Guerra

El Ruhk carminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora