Perdonen mi retraso, amigos, amigas, compañeros, compañeras, coleguitas.
Creo que ya les dije a que se debió en mi otra historia, El Príncipe de Slytherin, falta de inspiración con mucha pereza.
Pronto tendrán El Hijo de Hestia, equivalente al Hijo del Olimpo.
También, el Poder del Norte, equivalente a Los Dioses de Alaska.
¿Algo mas?
Ah, si, disfruten.
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Perseo conto hasta diez para no matar a nadie, ¡Uh!, como quisiera clavarle su lanza a unos cuantos Titanes. Más debía mantener las apariencias.
Hacía más de dos meses que había decidido finalmente tomar caras en el asunto de Kronos. Para ello, había ideado un plan: Se disfrazó de bufón y entretuvo a los Titanes día y noche, durante semanas. Y, finalmente llego el día, todos los Titanes y Titanides partidarios de Kronos estaban reunidos en el Salón de Tronos. Finalmente haría su movimiento.
Mientras los Titanes reían y bailaban en la sala, Perseo se había deslizado hacia las cocinas, donde estaban las bebidas. Con un chasquido de dedos todos los sirvientes cayeron dormidos, sonriendo, se acercó a una bandeja, con varias copas de plata y una sola copa de oro. Saco varios viales naranjas de sus bolsillos y los vertió en todas las copas, incluyendo la dorada. Saco un último vial de color purpura y la vertió en la copa dorada.
Los viales habían sido hechos por la misma Gaia, y se suponía que los naranjas pondrían a todos los Titanes a dormir, mientras que el purpura pondría a Kronos a regurgitar a sus hijos.
Volvió a la Sala de Tronos, y rodo los ojos ante el estado de embriaguez de todos los Titanes. Se puso en medio de la sala y grito;
-¡BEBIDAS!.
Todos los Titanes aullaron de risa y se precipitaron tomar una copa, Perseo se dio cuenta de que Kronos venia de último y se, se inclinó y hablo:
-Mi rey, ¿Una bebida?.
Kronos se cacareo, y Atlas que estaba a su lado quiso tomar la copa dorada, sin embargo, Perseo le dio una plateada.
-El dorado es color del rey-se explicó ante la mirada furibunda de Atlas.
-Sí, Atlas... el dorado es... mi... color-escupió Kronos, quien apenas si se le entendía lo que decía.
Atlas se fue molesto. Perseo se retiró a una esquina del salón, viendo como uno a uno todos los Titanes se quedaban dormidos, hasta que solo quedo Kronos en pie, cosa que no duro mucho. Kronos se sentó en su trono y cayó en un profundo sueño. Perseo tuvo que apartar la vista ante la imagen que se mostraba, Kronos regurgitando a todos sus hijos, en orden inversa... Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Hades finalmente Hestia.
Decir que los seis dioses estaban desorientados era decir poco. Estaban cubiertos con fluidos estomacales de Kronos, un olor horrible, y veían a todos lados aterrorizados, casi como si esperasen que alguien viniese por ellos a devolverlos al estómago de Kronos.
Perseo suspiro y salió de la esquina entre la que estaba.
-Hola, es bueno al fin conocerlos.
Los seis dioses se voltearon rápidamente y vieron a Perseo, quien les sonreía afablemente, pero eso no calmo a los dioses.
-¿Quién eres?-cuestiono Hestia, siendo la mayor hablo por sus hermanos y hermanas. Su voz no tembló un solo segundo, sin embargo estaba nerviosa.
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El Retorno del Rey.
FanfictionLa confianza es una cosa frágil, Perseo la supo siempre. Se necesitan años para construir una confianza firme, y solo una acción para destruirla. Perseo lo sabe. Él lo sabe. Pero ahora, viendo como los puentes de la confianza que el mismo construyo...