Batalla en el Monte Otrys

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Buenoooo... Puede que en este capitulo me hubiese excedido.

Como veran aqui las cosas se han puesto muy dificiles y, para que negarlo, emocioantes.

El titulo les dara una buena idea de lo que se viene en este.

Disfruten.

...

Elgrupo llego a la Presa Hoover y todos se maravillaron al verla. Era una inmensa obra de ingeniería. El dique era tan grande como un estadio de futbol. El inmenso muro de hormigón curvado saliendo desde las paredes del cañón. Las personas en lo alto parecían diminutas hormigas.

-Doscientos metros de altura. Construida entre 1931 y 1936, durante la época de la Gran Depresión. Tiene treinta y cinco mil kilómetros cúbicos de agua. Es el mayor proyecto constructivo de todo Estados Unidos-suspiro Annabeth, viendo la Presa Hoover con adoración.

-Bien, no lo olviden-musito Zoe-. Solo buscaremos durante dos horas y si no aparece nos vamos. No podemos perder más tiempo del que ya hemos perdido.

Todos asintieron concordando.

...

Tuvieron que caminar durante una media hora para encontrar el camino hacia la entrada. Salieron por el rio y fueron de regreso hacia el dique. A un lado se desencajonaba el inmenso lago entre las montañas desérticas. Al otro lado, el dique descendía doscientos metros por el rio, dándole el aspecto de ser la rampa de monopatín más peligrosa del mundo.

Se separaron, mientras Thalía, que ya había estado en la Presa Hoover, decidió empezar por el centro de visitantes. Tropezó con varios mortales, quienes frotaban los dedos de los Guardianes. Thalía se burló de ellos. Cuando la Presa Hoover fue terminada, Artemisa los había puesto ahí, consagrando ambas estatuas, así como a la Presa Hoover misma, en honor a Zeus. Si era honesta, le parecía tonto que los mortales creyesen que, si frotaban los dedos de los Guardianes, estos le darían suerte.

Iba seguir su camino al bar, pero algo le llamo su atención.

-¡Muuuuu!.

Thalía se tensó, y se dio vuelta, yendo hacia donde estaba el sonido. Estaba en el lago, nueve o diez metros más abajo, pero Thalía lo vio. Ahí, vio al ser más extraño de todos. Era un ternero bebe, con pelaje negro y un par de gran y tristes ojos saltones. Su hocico era blanco nacarado, y por detrás le salía una cola negra y marrón, con aletas en el vientre y el lomo, como una anguila marina.

-¿Qué...?-pregunto Thalía incrédula, viendo a la extraña criatura ante ella. No era como nada que hubiese leído o visto antes ni por asomo. Era una vaca-serpiente.

Los mortales no reparaban en el ser. Ni siquiera el grupo de niños que había pasado a su lado hacia menos de cinco segundos.

-El Taurofidio o Ofiotauro-dijo una voz tras ella, haciéndola saltar.

Al darse vuelta, vio a su padre haciéndola respirar de alivio. Se veía igual que siempre. Intimidante y severo, pero benevolente y justo. Llevaba una camisa azul manga larga y unos pantalones de vestir de color negro. Sus ojos dorados relucían incluso en la oscuridad que consumía al planeta Tierra.

-Padre... Tú... Yo... Esto... ¿Qué haces aquí? ¿Dónde has estado? ¿Qué es ese ser? ¿Qué sucede?-disparo pregunta tras pregunta, sin dar tiempo a nada.

Su padre alzo una mano, pidiendo silencio y ella se calló, aguardando, pues sabía que su padre le daría las respuestas que necesitaba. Si bien estaba molesta con él por haberla ignorado casi dos semanas, sabía que le tendría una buena razón.

El Retorno del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora