La Reunión.

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Damas y Caballeros, me complace presentar una actualización.

Me hicieron una pregunta, no me acuerdo quien, sobre le hecho de que pronto el 14 de Febrero y todos sabemos que día es ese.

Bueno, la pregunta fue: ¿Voy a hacer un maraton?.

¿Ustedes que dicen?.

Si la respuesta es 'SI' digan una de mis tres historias y ese día tendrán maraton de esa.

El Retorno del Rey, El Poder del Norte o El Hijo de Hestia.

Año 2000 d.c. NY. Manhattan, Long Island.

-¡Grover!-grito Thalía, jadeando y sudado. Se había detenido, quedándose atrás de sus amigos-. ¡Toma a Annabeth y Luke, yo los retendré!-aseguro, mientras su lanza aparecía en su mando, y su escudo comenzaba a aparecer.

Habían pasado unas siete semanas desde que se habían topado con Artemisa, y Thalía estaba furiosa ante la ayuda que les había enviado. Una cabra. Un sátiro que se había presentado como Grover Underwood, y había prometido llevarlos al Campamento Mestizo. Si Thalía era honesta consigo misma, lo dudaba, pues Grover solo tenía unas par de flautas de juncos, y una diminuta daga de bronce celestial. No parecía muy fuerte, y, en opinión de Thalía, había dado más problemas de los que ayudaba a solucionar. Era amable si, pero no era el mejor guerrero, y más de una vez había sentido la tentación de golpearlo en los cuernos.

Su padre por alguna razón había encontrado sus quejas divertidas, si la risa mental era indicación de ello. Y claro, desde que el sátiro había llegado, su padre guardaba silencio la mitad del tiempo. Antes, respondía a cada una de sus oraciones, ahora solo a la mitad de ellas.

Y como si eso no fuese suficiente, ahora estaban huyendo de lo peor que Hades tenía que ofrecer. Habían estado huyendo desde hacía más de tres días, y habían tenido un encuentro desagradable con unos Ciclopes que habían hecho un lio retrasándolos y ahora los monstruos estaban pisándole los talones. Las Tres Furias, Alecto, Tisifone y Megera habían levantado a docenas de Cancerberos y Ciclopes desde el Hades para ayudarlas en su casería y obviamente estaban deleitándose por el hecho de que su caza estaba por acabar.

A ella francamente le hubiera gustado saber porque la perseguían, pero nada. Sabía por historias de su padre que las Furias solo salían a perseguir a los más horribles pecadores, y a los más mortales enemigos de Hades, y ella dudaba encajar en una de esas categorías si era sincera consigo misma. También sabía por su padre que Hades había sido el mayor consejero de su padre, su mano derecha, quizás solo superado por Atenea, su diosa de más confianza, su mensajera, su consejera, su auriga, su favorita y demás. Y, sabía claramente que sus piernas habían comenzado a ceder, hasta detenerse y ya no poder más. Respiraba pesadamente, y sus manos temblaban luego de haber huido tres días, sin comer y con solo un par de tragos de agua. De alguna manera, ni ella o sus amigos habían caído desfallecidos, aunque sospechaba que su padre había tenido que ver en eso.

-¡Thalía, no!-exclamo Luke, deteniéndose junto a ella, y mirándola de manera incrédula. El hijo de Hermes lucia como si hubiese corrido treinta maratones seguidas, sin descanso ni bebida o comida... lo cual, en efecto, había hecho.

-¡Pelearemos juntos!-protesto Annabeth, alzando su daga. La chica se había vuelto más independiente y fuerte en esos meses que había estado con ambos. Era alguien muy vocal, que no se callaba ni se dejaba intimidar.

Thalía negó. Podía oír los sonidos de los monstruos, similares a la marcha de todo un ejército. Eran demasiados para ser contenidos por los cuatro. Sus amigos no merecían morir, ni siquiera Grover, a quien le había tomado cariño. Los monstruos estaban ahí por ella, el porqué, no lo sabía, solo sabía que ella era su objetivo.

El Retorno del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora