Sin Amor por los Olímpicos.

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Bien, bien. Aquí vamos. Disfruten, y díganme que opinan.

Quisiera comenzar a hacerles una pregunta de ahora en adelante.

¿Película y serie favorita?.

Mi seria favorita en Once Upon a Time, la amo y la recomiendo.

Y mi película favorita es... Me debato entre La Orden del Fénix y Coco.

...

Thalía se miró en un espejo y suspiro con desgana y desagrado. Se veía horrible, en su opinión. Llevaba un vestido blanco de estilo griego sin mangas y con un escote ajustado circular. Alrededor de su cintura tenía un cinturón metálico de oro puro. Tenía unas sandalias de correas doradas. Su cabello estaba arreglado con un moño trenzado, con una corona de laureles dorados en ella, que tenía distintos diamantes organizados por toda la corona. En sus brazos había un par de brazaletes de oro, con muchos diamantes y zafiros, todos muy ligeros. Tenía un collar típico de la Antigua Grecia –una fina tira de cuero negro de donde brotaban varias hojas de oro-, además de un par de aretes de diamantes. Las ninfas que la habían preparado le habían untado el cuerpo con una variedad de cremas y lociones, que habían dejado su piel de un tono brillante y acaramelado. Le habían aplicado un maquillaje muy suave: una base, un poco de rubor y brillo labial.

Con todo eso, Thalía parecía una princesa, y lo odiaba.

Mucho.

Pero, su padre les había ordenado a las ninfas que le arreglasen tal cual como a una princesa, y Thalía sabía que las órdenes de su padre eran incuestionables. Se veía hermosa, pero no era su estilo. Ella prefería las chaquetas de cuero, maquillaje en tonos oscuros y su pelo suelto. No le gustaba parecerse a una muñequita de porcelana, por muy hermosa que se viera. Las ninfas habían replicado que, como hija del Rey de Reyes, Thalía debía aparentar ser una princesa, la Princesa de Princesas.

Suspirando, salió de su habitación, que resultó ser un complejo de lujo, con tecnología de punta, sabanas de la más fina seda, almohadas y colchones de lo mejor y todo tipo de cosas de la más alta calidad. Se encontraban en Hawái, donde su padre tenía una mansión fuertemente protegida, donde ella se quedaría. A ella se le unirían Luke, así como las tres cazadoras, y de vez en cuando los DiAngelo podrán venir a pasar el rato. Pero, más allá de ellos, su padre había asegurado que nadie podría entrar en esa casa sin su permiso.

Mientras bajaba por las escaleras no pudo evitar pensar en todos los eventos que habían tenido lugar. Hacia solo una hora ella había estado en la fortaleza de los Titanes, luchando codo a codo al lado de su padre. Hacia solo una hora, ella había asesinado a Ceo, Titán de la Inteligencia, y a Artemisa, Diosa de la Luna. Mentiría si dijese que se sentía culpable, pues no lo hacía. Estaban en una guerra, y no se podía mostrar cuartel. En la guerra no había lugar para arrepentimientos ni para la culpa. En la guerra, cuando batallaban, tú dejabas que tu furia se hiciese cargo de ti. No reaccionabas ante nada, pues era tu vida o la de tu enemigo. Muchos no lo creerían, pero cuando se peleaba en un campo de batalla, quitar una vida resultaba tan fácil como respirar. Era un simple reflejo, y siempre te dirías: 'Es mi vida o la de ellos'. Y Thalía no tenía intenciones de morir, no señor.

Luego de aquello, habían llegado a donde estaban, y para su deleite, un gigantesco banquete les esperaba. Había comido y bebido como nunca, deleitándose con la más maravillosa comida que hubiese probado jamás. A las ninfas no les había tomado mucho arreglarla, no más de cuarenta minutos, para sorpresa de Thalía, que sabía que arreglarse como lo había hecho podría tomar horas y horas.

El Retorno del Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora