Capitulo 12.

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Tan pronto como la probé en mis labios, me incliné más cerca, entonces su lengua se abrió paso para encontrarse con la mía.

Me besó lentamente, más profundo que nunca.

Cuando su mano levantó mi camisa y se apoyó en mi estómago desnudo, tiré de golpe mi cabeza hacia atrás y tragué duro.

Podía sentir el temblor de la mano de Any contra mi piel.

La miré a los ojos, y mi corazón dio un vuelco.

—Anymin —susurré y pasé la mano por su brazo desnudo—. ¿Qué estás haciendo?

Any movió su mano hacia arriba hasta que su mano estaba en mi pecho, y mi voz se detuvo por la espesura en mi garganta.

—¿Christian? —susurró Any mientras inclinaba su cabeza para colocar cuidadosamente un solo beso en la parte inferior de mi garganta.

Mis ojos se cerraron
mientras su boca cálida tocó mi piel.

Any habló contra mi cuello—. Yo... te deseo...

El tiempo se detuvo.

Mis ojos se abrieron de golpe.

Any retrocedió unos
centímetros y levantó la cabeza hasta que sus ojos azules se encontraron con los míos.

—Any, no —protesté, sacudiendo la cabeza, pero ella puso sus dedos sobre mis labios.

—No puedo... —Ella se quedó en silencio, luego, se recompuso y continuó—: No puedo permitir que me dejes y nunca saber lo que se siente estar contigo. —Hizo una pausa—. Te amo, Christian. Tanto. Espero que lo sepas.

Mi corazón golpeo con un nuevo ritmo, uno que sabía que tenía el amor de su otra mitad.

Era más fuerte y más rápido.

Era infinitamente más fuerte que el de antes.

—Any —susurré, completamente sorprendido por sus palabras.

Sabía que me amaba, porque yo la amaba.

Pero esta era la primera vez que lo habíamos dicho en voz alta.

Ella me ama…

Any esperó en silencio.

Sin saber cómo responder de cualquier otra manera, pasé la punta de mi nariz por su mejilla, retrocediendo sólo una fracción para mirarla a los ojos.

—Deg Jeg elsker.

Any tragó, luego sonrió.

Le devolví la sonrisa.

—Te amo —lo traduje al inglés, sólo para asegurarme que entendía por completo.

Su rostro se puso serio, una vez más, y se movió para sentarse en medio de la cama.

Estirándose por mi mano, me jaló para sentarme frente a ella.

Sus manos cayeron a la parte inferior de mi camisa.

Tomando una respiración temblorosa, la llevó arriba y sobre mi cabeza.

Cerré los ojos y sentí un cálido beso en mi pecho.

Abrí los ojos de nuevo para ver a Any dándome
una sonrisa tímida.

Me derretí ante la mirada nerviosa en su cara.

Ella nunca se había visto tan hermosa.

Tratando de luchar a través de mis propios nervios, puse mi mano en su mejilla.

—No tenemos que hacer esto, any. Solo porque me voy, no necesitas hacer esto
por mí. Voy a volver; me aseguraré de ello. Quiero esperar hasta que estés lista.

—Estoy lista, Christian—dijo, con voz clara y firme.

—¿Crees que somos demasiado jóvenes…?

—Tendremos dieciséis pronto.

Sonreí, al oír el fuego en su voz.

—La mayoría de la gente todavía piensa que eso es demasiado joven.

—Romeo y Julieta tenían alrededor de nuestra edad —argumentó.

No podía dejar de reír.

Dejé de reír cuando se acercó más y pasó la mano por mi pecho

—.Christian —susurró—,
he estado lista desde hace algún tiempo, pero estaba feliz de esperar porque teníamos todo el tiempo del mundo. No había prisa. Ahora no tenemos ese lujo. Nuestro tiempo, esta vez,
es limitado. Sólo tenemos horas. Te amo. Te amo más de lo que nadie podría creer. Y... y creo que sientes lo mismo por mí.

—Ja —respondí al instante—. Te amo.

—Por siempre y para siempre —dijo Any en un suspiro, luego se alejó de mí. Sin retirar sus ojos de los míos, llevó la mano al tirante del camisón y lo empujó hacia abajo.

Hizo lo mismo con el otro tirante, y el camisón cayó a sus caderas.

Me quedé congelado.

Un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora