•Fucking Boarding School• {Chandler Riggs y tú}.

||Cap.12||

Fue raro estar con Will esta tarde, pero me gustó de alguna manera.

Me sentí insegura e incómoda cuando tocó mi mano, lo peor es que, no me aparté. La deje ahí, ¿porque lo hice?, no lo sé.
Lo único que sé, es que no quería apartarla de la suya.

Un bombardeo de imágenes de Washington vinieron a mi cabeza, tomados de la mano, caminando juntos, hablando, saliendo, riendo, jugando, era tan estúpidamente hermoso; Por un instante recuperé la esperanza, pero como siempre hay algo malo, también recordé lo que no me hacía tener esperanzas, las burlas, la vergüenza, el temor, la tristeza. Todo eso en cuestión de segundos.

Pero quería preocuparme por alguien que no fuera yo. Sino por Alex.

Después de Will, corrí (literalmente) a su habitación, tardé en recordar el número y edificio que era, pero lo logré.

Me sentí horrible. Su compañera le hacía compañía, mientras Alex lloraba en su hombro, ese hombro debió ser mío.
Me disculpe tanto con ella, ella al primer perdón me dijo que "estaba bien", que no quería arruinar mi salida con Will y que por eso colgó y apagó su celular.

Según lo que contaba, sufrió una ataque de pánico de la nada. También recordó su pasado.

Esos inútiles recuerdos ya me tienen harta.
Me dolió verla así. No tengo manera de describirlo.

Su padre la golpeaba, desde pequeña. Su madre no hacía nada para impedirlo, dejaba que él la golpeara.
Alex tuvo depresión en noveno grado, todos los días iba a psicología en la escuela.

Antidepresivos, era lo que tomaba. Constantemente veía sus pastillas.

Después de noveno grado ya no tocó el tema, prometió no hacerlo nunca.
En universidad llegó aquí siendo feliz, sin una familia...mala. Llegó aquí a construir su nueva vida.

Por eso me dolía verla así ahora, cuando ya lo había "dejado atrás".
Lloró...y mucho. Yo y su compañera...¿Lía?, la tranquilizamos, y calló dormida.
Proseguí a regresar aquí, a mi habitación.

Todo esta apagado, Chandler duerme, debo hacerlo igual.

12:40, no creo poder dormir.

Me levanté de mi cama y fui a la de Riggs. Me metí a su lado en la cobija.
Me acerqué a sentir su cuerpo. Me aferré a su brazo y cerré los ojos.

No duraron mucho cerrados cuando sentí como se acomodaba para quedar en mejor posición conmigo.
Los volví a cerrar.

Colocó una mano en mi mejilla, no los abrí.

Tic, tic, tic, tic. ¡Te odio despertador!.
Me estiré de a poco y la mano de Chandler la hundí en mi pecho.

-Hola- susurré. No respondió.

-Hola- respondió luego de un rato. Tallé mis ojos, bostecé y me senté en la cama.

Le di un vistazo al chico y entré al baño para alistarme.

Al salir él iba a entrar.
Antes de que lo hiciera, tomé su brazo y paró.

-Chandler...- traté de rogar.

-No estoy molesto Sky- lo dijo con un toque de aburrimiento en su voz.

Nos miramos por un rato a los ojos; Solté su brazo. Él entró.

Camino al desayuno el silencio seguía con nosotros.
No puedo seguir con esto.

-Riggs háblame- no lo hizo. Mantuvo su mirada al frente- ¡Si quieres grítame, insúltale, pero haz algo!- no me miró- Eres patético- me adelanté susurrando lo último. No di ni dos pasos y sentí su mano en mi brazo.

-¿Desayunaras conmigo?- esta vez sonrió.

-Ya sabes que si- le devolví la sonrisa, pero cansada.

Nos formamos en la fila para el desayuno, luego nos sentamos en alguna mesa del comedor.

-No entiendo porque estabas molesto- metí un pedazo de pepino en trozo a mi boca.

-Ya te dije que no lo estaba- ¿En serio?. Le mandé una mirada obvia.

-¿Quieres seguir con este juego?. Ambos sabemos que lo estabas. Admítelo.

-No lo estaba Sky- ¿se rió?, ¿O lo imaginé?.

-¡Hola chicos!- los dos pegamos un brinco al oír su charola pegar contra la mesa.

-Hola Berek- se está acostumbrando a que lo llamemos así, o ya lo estaba. No lo sé.

-¡Hola chicos!- otro brinco.

-Hola Alex- saludamos.

Visualicé a Will a lo lejos con su charola, tal vez buscándome.
Alcé la mano esperando a que la viera. Todos me miraron en nuestra mesa.

Mostró su sonrisa al verme, pero dudo en ir por los chicos.
Moví mi mano en una señal de que viniera.

-Hola- saludó- ¿Puedo sentarme?- asentimos. Se posicionó al lado mío.

Chandler me miró. Le rogué con nos ojos a que no dijera nada fuera de lugar.