•Fucking Boarding School• {Chandler Riggs y tú}.

||Cap.34||

Narra Chandler:

La chica abrió su boca para mencionar algo, pero calló bajando la mirada hacia sus cosas. Cerré la puerta lo más rápido que pude sin voltear atrás.

-Hola- fue lo que le escuché salir de sus labios.
Levantó la vista esperanzada y me vio.

-Hola- sonreí, deje mis cosas en el suelo sin importarme nada y me acerqué con pasos sigilosos hasta ella. Alcé mis brazos para abrazarla, ella abrió aún más sus ojos y me terminó abrazando por el torso.
La sostengo fuerte en mis brazos. Ya no se irá, no la dejaré irse.

Escondió su cara en mi cuello, sé que está llorando, siento sus lágrimas empapar mi camisa y parte de mi piel.

-¿Leíste la carta?- espetó en medio de sollozos.

-Leí la carta- afirmé- No llores, por favor- levanto su rostro con una mano, mientras la otra sigue abrazándola- Yo también lo haré si sigues- se rió. Era verdad.

-¿Podrías perdonarme?- resopló.

-Tú perdóname a mí, no estuvo bien lo que hice y no sabes cuánto me arrepiento de eso.

-Pero tú...

-Yo tuve la culpa, si tan sólo no te hubiera dejado, nada de esto hubiera pasado.

-No te eches la culpa a ti solo. Fui y soy patética- en este punto seguíamos abrazados conectando nuestros ojos. Los suyos aún están rojos.

-No digas eso. Podemos estar juntos ahora- se separó de mi lado y se restableció en su lugar.

-Chandler...- ese tono me preocupo e hizo dudar- Tú puedes ser el mismísimo cielo, pero yo seguiré siendo el infierno y siempre estaremos en guerra. No soy quien tú crees- susurró- Puedo hacerte mucho daño, tanto como el que yo me hago a mí misma.

-Nos haremos daño juntos.

-¿Y sí no funciona?.  

-Entonces habrá valido la pena el intento.

Sky rió nerviosa y nos volvimos a unir en un abrazo.
Necesitábamos de esto, del uno al otro mutuamente. Necesitábamos que los abrazos, risas y palabras pusieran todo de nuevo en su lugar, incluso mejor de lo que estaba antes.

-¿Sabes?, eres una chica oscura, pero tú risa es como el sol. Desde el primer día que te vi lo creí.

Alzó su mirada y noté como lentamente se acercaba, pero luego cambió de ser un movimiento lento a uno rápido, capturando mis labios antes de que pudiera reaccionar. Trate de no alterarme y resguardar la calma en mi interior disfrutando del momento y dejándome llevar por sus labios. Mis manos subieron a su mentón y lo acariciaron tenuemente. El beso es lento y suave, sin prisa.
Sus labios son suaves y cálidos al mismo tiempo. Los suyos encajan perfectos con los míos, como si de un rompecabezas se tratara.

Me encantan las personas que no encajan con cualquiera.

Me encanta ella.

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El teléfono de Sky vibró sobre la mesa del escritorio aventando una luz blanca en cada vibración. De inmediato cogió el celular interrumpiendo que acomodara sus libros en unos estantes.