•Fucking Boarding School• {Chandler Riggs y tú}.

||Cap.31||

Narra Chandler:

Dos días más; esté día y otro más para "ser libres", como algunos lo llamarán.
Siendo honestos, yo sí me quiero ir; quiero pasar tiempo con mi familia y...Derek también, vendrá conmigo a pasar los días restantes para la Navidad. De hecho, estoy buscándolo desde hace media hora por todo el instituto. Ni una huella de él.

Cruzo la puerta para el comedor en donde la mayoría aún tomaba le desayuno, volteo a todos lados cuestionándome dónde está, luego lo veo sentado al fondo en una mesa con Alex y Sky.
Los observo unos momentos mirando como hablan entre sí, pero Sky es lo único en lo que mis ojos no logran desengancharse y apartar la mirada de ella. Una pequeña línea curva se asoma en sus labios. Una sonrisa. Hace tiempo que no veía venir una de su parte. Berek la hace sonreír, o por lo menos eso intenta; Sky sigue con la mirada baja en su comida oyendo como Derek habla y a veces Alex también.

Me giro de mi posición sin gesto y me devuelvo al pasillo para ir a clases cuando oigo la campaña sonar. De inmediato muchos alumnos invaden el espacio del amplio pasillo dificultando caminar cómodamente, pero no me detengo y sigo con mi mochila en mano al salón.

Busco a mis costados a mi compañero de asiento en esta clase. Derek llega justo a tiempo antes de preguntarme dónde estaría. Suspira, se acomoda en su asiento, mientras también acomoda su mochila y me mira alegre.

-Hola, no te vi en el desayuno- me dice.

-¿Eh?.

-No te vi en el almuerzo, ¿se te hizo tarde?- repitió y preguntó.

-Oh, no. Es que estuve buscando unos libros que olvidé en el laboratorio, es todo- me excusé.

-Mmm...-silencio efímero- ¿Los encontraste?.

-¿Qué cosa?.

-Los libros. ¿Los encontraste?- se recargó con los codos en la mesa.

-Si, si, los encontré. Claro...

-Hoy hablé con Sky- mencionó de repente.

-Ehh, ¿y qué pasa?- le resté importancia hurgando en mi mochila tratando de encontrar mis libros de geometría.

-Está mejorando, no mucho, es apenas notorio, pero lo está haciendo- no respondí a tal comentario- ¿No te importa?.

-¿Porque debería?- sonreí burlón.

-No sé, quizá porque la amas e ideamos un plan para "conquistarla", ¿recuerdas?- imitó las comillas con sus manos.

-Si, bueno...ese plan se va a la basura. Ya no más.

-Oh, vamos...

-A la basura- dije cortante.

-Eres irremediable- se quejó bufando.

-Te recuerdo que pasarás el resto de los días en mi casa-me reí. Hizo una mueca y viró los ojos.

-Touché- llegó la maestra antes de que riéramos juntos, interrumpiendo a cualquiera que estuviera hablando.

-Buenos días. Chicos, abran su libro en la página 119...

Narra Sky:

Me sobresalté al ver y escuchar mi casillero cerrándose enfrente mío fuertemente. Por suerte para mi, pude apartar mis manos antes de que fueran machucadas.

-Ey, perra- lanzó la chica rubia con sus amigas a su lado. Una en cada costado de ella.
Ahora traía su ropa casual en vez del uniforme de gimnasia, y me percaté de que su ropa en sí, no era del todo casual. Llevaba consigo un conjunto muy llamativo y a la moda que atraía los ojos de más de uno, o de una- Deja de causarme problemas con los profesores, ¿escuchaste?. Sino me encargaré de hacerte la vida más imposible, supongo que no querrás eso; ya tienes una mala reputación, así que...

-Tu te buscas los problemas- le dije indiferente y algo temerosa.

Cogió mi cabello con suficiente fuerza como para quejarme. Me movía para salir de su agarre, pero era en vano provocando que me lastimase más yo misma.

-Cuidado con lo que dices, Sky. Ya me escuchaste- Sky...sabe mi nombre, yo no conozco el suyo. Y abrió su mano así liberándome, los ojos ya me lloraban; no precisamente por la necesidad de llorar y ser débil, no, pues es más por el dolor que siento ahora mismo en mi cráneo, o el que sentía. La primera lágrima cayó, pero deje de derramar, porque sabría que si la primera caía, vendrían todas las demás.
Apreté mis ojos y volví a abrir mi casillero frustrada y molesta. Saqué lo que tenía que sacar y tomé rumbo a mi siguiente clase.

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Alex decidió acompañarme a mi habitación, haríamos tarea juntas y después saldríamos o haríamos otra cosa. En verdad que esta chica quería subirme los ánimos a como diera lugar. Aunque intenta siempre estar conmigo y salir, lo cierto es que no ayuda mucho.

-No entiendo porque la Señorita Hunter deja tanta tarea para hoy en día- gruñó. No respondí.

La manija de la puerta sonó al abrirse, captando así, la atención de ambas.

-Hola, Chandler- saludó Alex mirándolo por un microsegundo y después continuando con su tarea.

-Hola, Alex- respondió el castaño con pereza, dirigiendo su mirada solo a ella.

Mi vista la aparté de Riggs y escribí algo en mi cuaderno sabiendo que no me miraría ni me saludaría.
Alex se extrañó al no notar amabilidad hacia mi por parte del chico, frunció su ceño y me miró, después a Chandler. Yo lo único que hacía era verla de reojo sin dejar mi vista del cuaderno.

Chandler aventó sus cosas a su cama y entró al baño.

-¿Está enfadado?- me preguntó de inmediato mi amiga. Aún no le contaría lo que pasó con Chandler; pensaría que soy patética, incluso más de lo que ya soy.

-N-No sé de seguro tuvo un mal día- contesté un tanto nerviosa.
No quiso darle más vueltas al asunto y ya mejor no preguntó ni mencionó algo al respecto; siguió en lo suyo.

En un par de minutos después salió Riggs del baño y se situó en su cama para hacer (al igual que nosotras) tarea.

Mi teléfono vibró en mis pantalones, lo saqué y como ya era costumbre, varias notificaciones de malos comentarios en mis redes sociales. Otra vez, apreté los ojos y luché contra mí por no inundar este lugar en lágrimas.