•Fucking Boarding School• {Chandler Riggs y tú}.

||Cap.21||

-Bobo- lo aventé levemente, mientras ambos reíamos ante su chiste.
Cuando nos calmamos de las risas, él siguió.

-Sky- me llamó. Continuamos caminando por el instituto sin yo verlo a los ojos.

-¿Hm?.

-Tengo que hablar contigo- estiré mi mirada a él con cierto rostro de sorpresa- Tranquila, no es tan malo como piensas- reaccionó a mi cara.

-Tan malo- repetí. Entonces,  si era malo.

-Saldré del instituto por una semana- a lo que tengo entendido ningún estudiante tiene la autorización de salir del instituto a no ser por su familia o cosas relacionadas. ¿Qué...?.

-No me asustes- le advertí- ¿Qué ocurre?- pregunté. No debe ser algo grave, quiero suponer.

-Mi madre esta enferma, iré a visitarla- se apagó la chispa anterior. El ambiente cambio de repente. De uno feliz y risas a uno triste y apagado.

-Dios...¿ella...ella está bien?- me preocupé. Me detuve para mirarlo y buscar su mirada.

-Si...ella está bien- su intento de sonreír no era para nada convincente.

Sin previo aviso me incliné hacia él para abrazarlo, rodear su cuerpo con mis brazos.

-Va a estar bien- le susurré. Él asintió sin ganas. Me separé de él dejando nuestras manos unidas- Si necesitas a alguien, aquí estoy. No importa que me pidas ayuda con tu madre, con gusto ayudaré- le dije serena.

-Gracias- susurró. Sentía que en cualquier momento se voz se quebraría. Will llorando, sin duda me rompería el corazón.

Lo besé antes de que saliera la primera palabra rota de su boca. Sentí la primera lágrima resbalar por su mejilla, al mismo tiempo que también mojaba la mía. Al instante tomé sus mejillas sobre mis manos; Con mi dedo pulgar sequé aquella lagrima.

-¿Quieres hablar de ello?- sus ojos rojizos llamaban mi atención. Había comenzado a llorar. Y si, mi corazón se rompió.
Se volvió vulnerable frente a mi.
Negó a mi pregunta, no importa. Sus ojos cada vez se tornaban más y más cristalizados.

-Ven- ahora él se lanzó a mi brazos, escondió su rostro en mi hombro sollozando silenciosamente rodeándome por la cintura. Por la diferencia de altura (que no era tanta), mis pies se elevaron un poco del suelo.
Mierda, no soportaba verlo así de vulnerable, y lo peor es que si él lo es yo también lo sería.

Sky, no, mantente fuerte...por él.

-Te amo, Will- luchaba contra mi interior para no dejar que mis lagrimas caigan. No lo haré.

-Te amo, Sky- dijo en sus sollozos. Aunque estuviese llorando sabía que era sincero.

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Se tranquilizó luego de un rato de llorar y sollozar. Hablamos por susurros un rato; No quise preguntar sobre su madre, si ya estaba mal, no decidí ponerlo peor.
Se desahogó completamente, quitó todo el dolor que debió de quitar desde un principio.

Mencionó que irá con su madre el próximo lunes. Tenemos el fin de semana para pasarla juntos, y los días restantes.

Suspiré pesado en mi habitación antes de irme a la cama con mi pijama puesta.

-¿Preocupada?- Chandler. Lo miré- En serio, ¿Pasa algo?- okay, ya se preocupó.

-No, no, todo está bien- mentí.

-Hablas como si no te conociera- touché.

-En verdad, no ocurre nada- estoy apagada. Sabemos la razón.

Sin comentar ni replicar nada llegó a mi cama poniéndose en cuclillas, hicimos contacto visual.

-Nada- le dije.

-¿Segura?- esa mirada suplicante y rogarte de que contara. Lo pensé por unos segundos, que parecieron minutos. Si contaba me desahogaría de mi preocupación, pero sino, me quedaría con el dolor que se siente al estar preocupada.

-Si ocurrió algo- escupí- Estoy preocupada- admití. Fui directa en ese aspecto.

-Me estás asustando, ¿puedes contarme qué es?- mirada preocupante. No creo que a Will le moleste si le cuento, después de todo, son amigos.

-¿Qué sientes cuando la persona que creías más fuerte, se rompe, cuando sabes que las cosas están mal debido a eso, porque viste lo mal que estaba y que las cosas estaban igual de mal?. ¿Qué debo de sentir cuando esa persona se irá mal, cuando se vaya por poco tiempo, pero estoy consiente y segura de que no va feliz, que va con el corazón en puño?- enarcó una ceja, seguía su mirada penetrante y preocupante- Will se regresara con sus padres a inicio de la próxima semana; Su madre enfermó- tragué duro- No pregunte al respecto, se quebró frente a mi. No quería verlo peor. Chandler, ¿sabes cuánto aguante para que esas lágrimas no cayeran?. Ver a la persona que considero más fuerte llorando, solo me avisa que las cosas no están bien. Le mentí, dije que las cosas estaban bien para tranquilizarlo. ¡Mierda!- el no saber del porque no lloré al decir esas palabras ni yo me lo creía.

-Piensa en positivo, tú eres la que le dará las fuerzas ahora, hazlo porque lo quieres ver bien. Porque quieres que todo salga bien- su voz lenta y grave hacía que me calmara.

-Es que así no funcionan las cosas en mi, no puedo hacer eso. Puedo decirle que las cosas están bien, pero por dentro no quitaré la idea de que en verdad están mal. Me preocupa él, su madre, todo.

-No te bloquees de ese modo, si eres positiva, él verá lo bien que se puede sentirse al irse sabiendo que las cosas mejoraran. ¿Quieres un consejo?, tú igual mantente fuerte para él, no te dejes romper y piensa en lo bueno que será después y no en lo malo que es ahora- a Riggs lo vi con una cautelosa sonrisa.

-Gracias- sabía que desahogarme con él resultaría bien. Lo abracé y en medio del acto hablé- ¿Porque no estudias para ser psicológico, Riggs?, va un voto a tu favor- bromeé esfumando el silencio efímero.

-Porque tengo suficiente con los consejos que te doy- sobó mi espalda- ¿Te molesta si cuando se vaya te acompaño a darle el adiós?.

-No, claro que no. Se sentirá bien si tú también lo haces- le sonreí. Me devolvió el gesto- ¿Quieres dormir aquí?.

-No, prefiero dormir en mi cama donde no me pateen- oye...

-Hey, no soy la única que lo hace- defendí.

-Es broma, es broma- entró de prisa en las sabanas que cubrían la cama. Lo fulminé con la mirada, espero no llevarme unas patadas esta noche.

Me encogí en el edredón y me recibió en sus brazos. Yo abrazando su torso y él con su mentón arriba de mi cabeza. Susurramos "buenas noches" al mismo tiempo y cerramos los ojos.

-Te quiero, Riggs- bajé mi cabeza al creer que había caído dormido, pero luego la levanté esperanzada escuchando un:

-Yo más, Collins.