Albino y pelirrojo estaban sentados en uno de los sofás negros de Xavier. Bryce, con piernas y brazos cruzados, no paraba de especular sobre el comportamiento de sus antiguos compañeros: Xavier, aparentemente, se preocupaba por Jordan y quería estar a su lado. Jordan también quería estar con él en vez de poner tierra de por medio, como hace unos días tenía planeado hacer. ¿Qué estaba pasando? ¿Tanto se puede cambiar de parecer en una sola noche? Frunció el ceño y comenzó a mover el pie de la pierna que tenía sobre la otra, signos de que empezaba a molestarse notoriamente.
Claude, por su parte, prefería cavilar sobre los extraños ojos de Xavier. Ya había visto algo así antes, ¿pero dónde? ¿Y a quién le ocurrió?
Desvío la vista hacia las escaleras, donde por última vez lo había visto. Llevaban más de media hora metidos en esa habitación, y comenzaba a mosquearse, y cuando Claude se cabrea, nada bueno puede pasar.
—Tsk, ¿qué narices están haciendo? —preguntó sin esperar una respuesta—. Estoy por subir y abrir la maldita puerta de una patada.
—No te alteres, Claude — el mencionado abrió la boca para replicar, pero cuando observó que su compañero estaba más molesto que él y aún así seguía siendo paciente, la volvió a cerrar.
Claude conocía muy bien las costumbres y manías de Bryce, por eso sabía que su mente y sentimientos ahora mismo eran un huracán, pero seguía intentando mantener la calma. Él en su lugar ya habría destrozado medio barrio.
—Oye Bryce... —el albino le dirigió una mirada interrogativa, indicándole que dijese lo que cavilaba—. ¿No hemos visto ya en alguna parte algo parecido a lo que le ocurrió a Xavier? Sus ojos cambiaron de color de repente.
Bryce levantó una ceja, intentando recordar. Sí, ahora que lo mencionaba, esto ya lo habían visto antes.
Como un rayo, una imagen pasó rápidamente por su cabeza: el recuerdo de un chico de cabellos plateados y ojos grises que había jugado en el Raimon.
—¡Shawn! —al escuchar ese nombre, Claude abrió mucho los ojos.
Entonces fue cuando una idea se le vino a la mente. Decidió compartirla con Bryce:
—¿Y si a Xavier le ocurre lo mismo que vivió ese chico?
—Doble personalidad, ¿eh? —cerró los ojos y posó una mano en su mentón—. Eso explicaría muchas cosas.
Claude se levantó del sofá con los puños cerrados y un aura decisiva. Bryce se sorprendió ante este acto y alzó una ceja. Cuando observó cómo se acercaba a las escaleras, tuvo una ligera idea de qué era lo que se le había pasado por la cabeza. Rápidamente, se levantó y fue tras él, agarrándole de la muñeca cuando pisó el primer peldaño.
—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Bryce.
Claude primero le echó un vistazo a su muñeca y luego posó sus ojos en los de Bryce. Se quedó embobado durante un momento, nadando en el azul de sus orbes. Lo mismo ocurrió con el contrario, que se sumió en el reino del fuego. Claude sacudió la cabeza y ambos reaccionaron, volviendo así a la realidad.
—¿Qué voy a hacer, Bryce? ¡Subir a preguntarle directamente!
—¿Estás loco? No puedes hacer eso, ¡ten un poco de respeto! No estás en tu casa. Además, ¿qué le vas a decir? ¿Oye Xavier, me gustaría saber si tienes doble personalidad? —preguntó irónicamente. Pero aparte de las razones que estaba argumentando, tenía otra idea de lo que podía estar pasando, y no quería que su amigo interrumpiera nada.
—Bryce, puedo hacerlo y lo voy a hacer. Ya se me acabó la paciencia, llevo 30 minutos en ese jodido sofá esperando, ¿se han metido en el armario e ido a Narnia o qué? Estoy harto de esperar —con un movimiento brusco, se deshizo del agarre de Bryce y continuó subiendo los peldaños.
Cuando Claude abrió la puerta se encontró a Jordan y Xavier riendo y "jugando a los besos". Abrió mucho los ojos, la mandíbula y casi se le cayó al suelo del shock. Inmediatamente, volvió a cerrar la puerta haciendo que la pareja se sobresaltase, mientras Claude se apoyó en la puerta intentando asimilar lo que acababa de ver. Bryce, al ver la expresión de su amigo, no pudo evitar que se le escapase una risilla.
—Por eso te dije que no lo hicieras.
~*~
Jordan seguía descansando en el cuarto de Xavier. En la mesa de la cocina, se encontraba el propietario de la casa junto con sus antiguos compañeros, tomando un café. El vapor salía de las tazas, la lluvia comenzaba a golpear los cristales y Bryce trataban de asimilar el pasado de Xavier. Muchas preguntas ya tenían respuesta, sin embargo, otras nuevas ocuparon su lugar, aunque antes de formularlas le debían una respuesta a Xavier, ya que ambos se sentían terriblemente mal, al igual que Jordan cuando descubrió la verdad.
—Lo sentimos muchísimo, Xavier. No teníamos ni idea de tu accidente —se excusó Bryce por los dos, ya que sabía que Claude no lo haría aunque la culpa le carcomiese por dentro. Era demasiado orgulloso como para admitir que se había equivocado.
—No es vuestra culpa, no lo sabíais. Yo nunca mencioné nada al respecto, no espero que seáis adivinos.
—Pero, en todo este tiempo, ¿por qué es ahora cuando eres capaz de controlar a Schiller? ¿Por qué lo confiesas ahora? —preguntó Claude ahora que el momento del discurso y las disculpas había pasado.
—No os lo conté antes porque no podía, Schiller me dominaba por completo, era como estar entre la niebla: escuchaba voces, veía sombras, pero todo ello estaba tan borroso y era tan confuso... A veces ni siquiera reconocía quién era o no recordaba el pasado. Estaba en el limbo... Y respecto a por qué ahora... —miró hacía el piso de arriba, concretamente a la puerta gris tras la que se encontraba su "adorable amigo"—. Puede que sea por cierto peliverde. Las emociones de Jordan hicieron que la niebla se disipara completamente. Jamás olvidaré sus gritos ni sus lágrimas, tampoco las palabras "te odio" que me dedicó. Nada puede herirme más que esas dos palabras proviniendo de él, es desgarrador.
Volvió a mirar hacia las dos personas que tenía enfrente, observando su sorpresa. Xavier supuso a qué se debían, y sus hipótesis eran correctas: los sentimientos de Xavier, la manera en la que los expresó.
Se habían centrado en que Xavier era el "malo de la película", en que hería a Jordan a propósito, en que era una persona que solo merecía un escupitajo en la cara. Nunca se plantearon los motivos de su comportamiento, y ahora que lo sabían y escuchaban lo importante que era Jordan para él, se habían quedado un poco contrariados.
—Llegaremos al fondo de esto, Xavier. No dejaremos que Schiller vuelva a controlarte. Él es el verdadero responsable de todo el sufrimiento que habéis padecido Jordan y tú, y no se va a ir de rositas —afirmó Claude.
Xavier solo pudo sonreír y mirarlo con profundo agradecimiento. Había recuperado otras dos amistades, y su corazón latía con fuerza, toda la felicidad que sentía en esos momentos no cabía en su pecho.
—Gracias, chicos.
—No nos las des aún —sentenció el albino. Tenía los ojos cerrados mientras escuchaba las explicaciones de su antiguo compañero y la determinación de su mejor amigo, pero en ese momento los abrió para formular una incógnita a la que le había estado dando vueltas desde hace varios minutos. Al abrirlos, pareció que el invierno brotó de sus ojos, sus orbes azules eran como el hielo de la gélida estación — Todavía no hemos solucionado tu problema, así que no es momento de agradecer... Y, cambiando de tema, hay algo que me tiene intrigado desde hace un rato: ¿por qué precisamente tiene que apellidarse Schiller tu doble personalidad? ¿No te parece extraño que su nombre sea el del difunto hijo de nuestro "padre"?
Claude abrió los ojos, asombrado por la insinuación de su amigo. Xavier, sin embargo, no lució tan sorprendido, porque él también se había formulado esa pregunta en más de una ocasión.
Sí, sigo viva JAJAJAJA.
Ha pasado casi un mes, pero sigo viva XD.
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Nostalgia {HiroMido}.
Fanfiction"Estás a mi lado, te veo todos los días, pero te siento tan lejos. ¿Qué pasó con todos los años de amistad? ¿Qué pasó con todas las risas? ¿Acaso ahora soy solo tu secretario? ¿Solo somos jefe y subordinado? Echo de menos el pasado. Nuestro pasado...