Xavier examinaba de arriba a abajo a su antiguo compañero. Shawn Frost, hacía demasiado tiempo que no le había visto, a pesar de que a menudo había noticias sobre él y sobre su magnífico trabajo como entrenador.
No había cambiado demasiado, tan solo en la altura. Sus ojos seguían siendo como dos lunas plateadas, del mismo color de su cabello. En cuanto a lo que carácter se refiere, Xavier destacaría que parecía más seguro de sí mismo que nunca.
Sentados en el amplio salón de la residencia, el dueño de esta se atrevió a preguntar lo que le había rondado desde que el timbre sonó:
—Y bien, Shawn, ¿a qué se debe tu visita? Soy consciente de que Jordan te ha llamado, pero no comprendo por qué.
El de cabellos plateados sonrió, feliz de volver a escuchar la voz de un antiguo amigo. Ahora era más grave, pero seguía teniendo el mismo tono amable que cuando se conocieron.
—Jordan pensó que podría ayudarte con este duro trance que estás viviendo —Xavier le lanzó una dura mirada a su amante, no le hacía ninguna gracia que difundirse su situación—. No le mires así, hombre, que lo ha hecho para ayudarte.
—¿Ayudarme?
—Shawn no solo es el entrenador del instituto Alpino, sino que también estudió psicología. Él pasó por lo mismo que tú, y como además es psicólogo... Pensé que podría ser de ayuda, ya que te entiende y es un profesional —Jordan jugaba con sus manos y miraba al suelo, intentando excusar sus actos. La mirada que le había lanzado Xavier le había dolido, no quería que dejase de confiar en él.
Xavier, consciente de los sentimientos de Jordan, se sintió culpable y soltó un suspiro. Al final, todavía no había perdido su lado infantil.
—Está bien, lo entiendo, lo siento Jordan... Pero la próxima vez avísame, ¿sí? —el mencionado asintió. No parecía que hace unos minutos hubiese estado a punto de derrumbarse al recordar la muerte de sus padres, volvía a lucir una hermosa sonrisa en el rostro.
—Jordan ya me ha dado los detalles del accidente que causó tu trastorno —al de ojos verdes no le gustó que emplease esa palabra, le hacía sentirse como un loco. Sin embargo, se calló y siguió escuchando—, así como el nombre de tu segunda personalidad. Así que... ¿me permitirías hacerte un par de preguntas?
—Claro, pregúntame lo que sea necesario.
—¿Te hablaban mucho de Schiller cuando eras pequeño? ¿Sentías que debías ser como él? —mientras Shawn formulaba estas preguntas, se dedicó a abrir una libreta azul por una de sus páginas y, lo más importante, se fijó en la expresión que adquiría el pelirrojo.
Esa pregunta le había pillado por sorpresa, no entendía la relación que podía tener lo acontecido en el orfanato con su actual situación. Había adquirido un aire triste y ya no miraba al de cabellos plateados, sino a la alfombra. Además, sus orbes habían adquirido un brillo triste. Jordan, intentando servir de apoyo para él, posicionó su cabeza en el hombro de su jefe y colocó su mano encima de la del contrario, cosa que el pelirrojo agradeció profundamente. Suspiró, supuso que debía responder a sus preguntas aunque no entendiese a qué se debían o aunque no le gustara remover el pasado.
—Sí... Padre siempre hablaba de él con sumo cariño, acariciaba sus fotos todos los días, muchas veces le he visto llorar con ellas en mano... Saber que el nombre de su difunto hijo lo tenía yo, que le recordaba tanto a él... No sé, de alguna manera sentí que había depositado el espíritu del otro Xavier en mí, que me había pasado su legado. Sentí que debía ser yo el hijo que le honrara en sustitución al suyo, yo era... Como una pieza de recambio —Jordan apretó con más fuerza la mano de Xavier—. Me obsesioné con la idea de ser el nuevo Xavier Schiller, me olvidé de quién era en realidad... Todo para que padre no sufriese más, todo para ser el mejor, para superar incluso a su hijo. Aún así yo le fallé una vez, cuando no dejé que desatase todo el potencial de la Piedra Alius para proteger a mis compañeros. Sé que padre estaba cegado, que estaba obrando mal y que él ya no me lo tiene en cuenta, pero... Durante algún tiempo, el saber que no había cumplido con sus expectativas me provocó un escozor en el pecho como a quien le escuece una herida cuando le echan limón.
Shawn, quién anotaba cada una de las palabras que salían de la boca del pelirrojo, no tardó en comprender la situación de Xavier. Era un caso más simple de lo que parecía.
—Verás, Xavier —comenzó a hablar el albino, presionando el pulsador de su bolígrafo y guardando, con él, su cuaderno en su mochila—, lo más probable es que hayas adoptado el nombre de Xavier Schiller como segunda personalidad debido a la presión que su existencia generó sobre ti desde que eras un niño —Xavier alzó una ceja y Shawn rio levemente. Intentó buscar una manera de explicarse—. No es que el fantasma de Schiller esté dentro de ti ni mucho menos —sentenció negando con la cabeza—, sino que tu subconsciente creó una personalidad de esa persona en tu interior para ayudarte a afrontar tus traumas, y la escogió precisamente por lo influenciado que estabas por ella. Desde que eras un niño intentaste "acercarte" —dobló sus dedos índice y corazón— a él lo más posible para complacer a Astram, por lo tanto tenías una fuerte conexión con esa personalidad, ya que apuesto lo que sea a que intentaste abandonar la tuya para ser como él, ¿o me equivoco?
—No... Estás en lo correcto... —le avergonzaba admitir que durante mucho tiempo intentó convertirse en otra persona, incluso le dolía. Quiso encerrar durante muchos años sus verdaderas emociones, su verdadero ser.
Jordan le lanzó una mirada suplicante al psicólogo, y este captó en seguida lo que quería decir. Shawn también era consciente de que este tema abría heridas en el pelirrojo que todavía no se habían cicatrizado del todo.
—Podemos parar si quieres, no es necesario que te fuerces.
—Tranquilo Shawn, estoy bien, continúa. Quiero resolver esto de una vez por todas, quiero ser únicamente Xavier Foster —el albino sonrió ampliamente, le agradaba la determinación que su nuevo paciente desprendía.
—Bien, entonces seguiré —Shawn tomó una bocanada de aire—. Tu doble personalidad ya había empezado a formarse en el orfanato —estas palabras provocaron, tanto en Xavier como en Jordan, que ambos quedasen estupefactos—. El querer ser como otra persona y abandonar tu propia personalidad por ello a veces puede llegar a ser como una especie de semilla para que germine otra personalidad en una persona. Aunque luego te separases de Astram y sus ideales, la herida sigue abierta todavía, nunca llegaste a superarlo. Tu accidente en el barco fue el detonante para que tu otra personalidad saliese a la luz, para que la semilla que estuviste regando durante años por fin saliera de debajo de la tierra.
La pareja que estaba frente al albino intentaba analizar toda la información. Lo comprendían, les parecía un poco complejo, pero lo comprendían.
—Está bien, ahora ya sabemos cómo surgió Schiller, pero... ¿Cómo ayudamos a Xavier a deshacerse de esa personalidad? —preguntó con un tono preocupado Jordan, sabía que su acompañante estaba pasando por un amargo trago en estos momentos, demasiada información que analizar.
—Tiene que intentar reconciliarse con Schiller, ser uno con él... Cuando yo y Aiden resolvimos nuestros conflictos, nuestra personalidad se fundió en una sola, pude ser yo de verdad. Xavier, tú tienes que hacer lo mismo, y por supuesto estaré a tu lado hasta que lo consigas.
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Lo primero: ¡FELIZ NAVIDAD! Espero que hayáis recibido muchos regalos y que os lo hayáis pasado en grande ❤️.
Lo segundo: no soy psicóloga, así que espero que se entienda bien lo que he querido explicar en este capítulo :'). De no ser así, ¡preguntad lo que queráis ^^!
Os deseo también un próspero año nuevo, que ya falta poquito para el 2018 :D (que rápido pasa el tiempo ._.). No os atragantéis con las uvas~.
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Nostalgia {HiroMido}.
Fanfiction"Estás a mi lado, te veo todos los días, pero te siento tan lejos. ¿Qué pasó con todos los años de amistad? ¿Qué pasó con todas las risas? ¿Acaso ahora soy solo tu secretario? ¿Solo somos jefe y subordinado? Echo de menos el pasado. Nuestro pasado...