Azules. Catleen se concentró en las batas azules de los doctores, no quería ni imaginar lo que dirían. Mínimo si supiera que habían sido unos raspones, moratones y golpes leves, estaría más tranquila, pero en vista de las advertencias de la enfermera, la chica esperaba algo más que grave. Catleen sentía las manos de Julián en su cintura e intentaba pensar que él bastaría para sujetarla si el mundo se le venía encima y sin importar el veredicto de los médicos.
—¿Familiares de Axel Rosal?—. Preguntó uno de ellos, inmediatamente sus padres se acercaron. —Bien, Axel ha sufrido una caída y se ha golpeado la cabeza, ya realizamos los estudios adecuados para el momento y se encontró un daño menor, su cerebro está inflamado, únicamente hay que esperar a que se desinflame mediante algunos analgésicos que hemos administrado, aunque yo sugeriría que mañana se le haga otra radiografía para verificar su estado—.
—¿Va a estar bien del todo? ¿Se recuperará?—. Preguntó Juan Esteban.
—Sí, con suerte en tres o cuatro semanas estará haciendo sus actividades normales—. Al escuchar al médico, todos soltaron el aire que estaban conteniendo en sus pulmones y aunque no pudieron pasar a ver al niño, se mantuvieron fuera del hospital a la expectativa, la única que permaneció dentro fue Liliana.
Fuera, recargados en el auto de Julián, Ángel y Catleen miraban a su padre, entre enojados, consternados, orgullosos y todos los sentimientos que habían ocultado esos dos años. No podían creer que luego de ese tiempo sin llamarlos, sin preguntar por su salud o interesarse en la culminación de sus estudios, se apareciera como si nada hubiera sucedido.
—No puedo creerlo... solo cuando ocurren cosas malas las personas cobran sentido, ¿Por qué tiene que pasar esto para que recuerde que tiene 3 hijos?—. Preguntó Ángel. Catleen veía más tristeza que rabia en los ojos de su hermano y eso la hizo sentir culpable, porque a comparación de su hermano, ella sentía la rabia recorrerle del pecho a cada parte de su cuerpo.
—Todos cometemos errores, recuérdalo, Ángel. Y tu no estás exento de cometer algunos—. Exclamó Julián y su amigo asintió. La chica miró a Julián y entonces una luz apareció en sus ojos, recordó que ya no eran novios, se disculpó con ellos argumentando que iba a comprar un poco de agua; tan absorta estaba en sus pensamientos que el primer lugar que encontró para sentarse, lo tomó. La cabeza le daba vueltas, intentaba pensar positivo y no nublar su vista con malos ratos, quería pensar que si su padre había regresado, quizá todo sería mejor, pero no podía. Inundada de pensamientos, pudo abrir los ojos hasta que sintió una mano en su hombro, al girarse vio a su padre.
—Isa ¿Podemos hablar?—. Preguntó él y ella mirándolo fijamente asintió. —Solo quiero pedirte perdón, sé que no he hecho nada bien desde hace 3 años, pero quiero recuperar el tiempo perdido y sé que será difícil, pero quiero ganar tu confianza de nuevo ¿Recuerdas cómo antes nos sentábamos en la sala de la casa a mirar televisión y conversábamos de nuestros planes macabros contra tu mamá? No he olvidado eso y cómo la hacíamos enojar—. Catleen lo escuchó y supo que tarde o temprano lo perdonaría y correría a abrazarlo como cuando tenía 10 años, pero su orgullo pudo más.
—Bien, que bueno papá, en verdad me alegra saber que recapacitaste, no por mí, por mis hermanos, ellos te necesitan en verdad —.
—Oye, te conozco y sé que estás enojada, sé que te cuesta más aceptar las cosas que a tus hermanos, por eso mismo pensé en hablar contigo primero— La chica asintió, pero no le nació el abrazarlo o algo por el estilo.
—Creo papá, que justo ahora, lo importante, es que Axel esté bien y se recupere pronto—. Juan Esteban asintió y guio a su hija de vuelta a la entrada del hospital, donde Liliana ya los estaba esperando.
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Un manual para disfrutar de la vida
Teen FictionCatleen es una chica "normal" de 19 años, su vida parece estar en orden y vive cosas que viven las adolescentes normales: crisis familiares, vida amorosa casi aplastada, un trío de amigas que suelen acompañarla siempre, un trío de cachorros que roba...