Me encontraba tomando una ducha, me encanta sentir el contacto que hace el agua con mi piel, la sensación del agua fría al caer en la espalda, agarro la crema de olores que siempre cargo conmigo, y la empiezo a frotar sobre mi piel. Una vez acabo cierro la ducha y me coloco la toalla que se encontraba en una repisa, se preguntaran donde esta Aiden, pues en la recamara lo deje viendo televisión. Una vez seco mi cuerpo me coloco mi ropa interior negra de encaje, unas mallas negras, una blusa negra de tirantes. Dejo mi cabello suelto.
Abro la puerta de la recamara y dios mio, se quedo dormido se ve tan hermoso parece un ángel, con esas cejas pobladas negras hermosas, sus pestañas tan largas y gruesas, su nariz me fascina pero simplemente sus labios. Esos labios son mi droga favorita me acabo de hacer adicta a ellos son hermosos rellenitos y rositas como me encantaría morderlos, todavía no puedo creer que tenga 15 años, juro que cuando me lo dijo me sentí una maldita pedófila, se que a de sentir raro que en menos de 5 horas ya llevamos 2 besos pero es Mi Mate simplemente no me puedo controlar, se que no es un niño pero tampoco un adulto para que este haciendo esto, pero comprendan estarlo esperando por 350 años no fue nada fácil, lo busque por mucho tiempo se preguntaran y por que no habías visitado Detroit. Claro que venia pero no entiendo porque nunca sentí su olor. Y una de las cosas de las que toda mi vida me voy a arrepentir fue no guardame para el, el celo de un lobos es muy fuerte dura 1 semana, los primeros años me encadenaba y me encerraba, pero simplemente un día Zoe y yo no nos pudimos aguantar y simplemente paso.
- Te juro que nunca te vas a librar de mí. - le digo mientras le planto un beso en la frente y le acaricio suavemente la mejilla. Me dirijo hacia donde están mis adoradas Nike y me las pongo, una ves abrocho las cintas me dirijo hacia la puerta, salgo y cierro tratando de no hacer ruido para que no se despierte mi Aiden.
Me guió hacia donde esta el olor de mi beta. - Amanda. - la nombro ya que se encuentra atrás de una puerta. - Shh.. - me calla, y ahora a esta que le pasa. - Que diablos haces ahí?. - Me estoy escondiendo de Carlos. - me responde con la voz baja. - Y quien se supone que es Carlos. - Es un no de los gemelos que viven en la casa, y estamos jugando a las escondidas, de verdad que esto es muy emocionante no se porque no lo había echo antes. - me dice con cara pensativa. - Amanda no lo haces por que ya estas grande te recuerdo que ya tienes 297 años. - le digo. - O, entonces lo voy a hacer mas seguido, no sabes la adrenalina que se siente cuando escuchas las pisadas cerca de donde estas escondido. - me dice con una sonrisa, no se que voy a hacer con ella, aveces actúa todavía como una niña, y pues no la culpo algunas veces uno se cansa de la misma rutina. - Bueno ya que te en.... - pero antes de poder terminar se escucha que tocan o mas bien golpean la puerta de la casa. Volteo a ver confundida a Amanda.
- Quien carajo toca así la puerta Amanda? . - no entiendo, la golpean como si quisieran tirarla, no mas bien la quieren tirar. - Vamos para que lo veas por ti misma.
Sale de su "escondite" y la sigo, no sin antes esconder mi olor.
Llegamos a la sala y encontramos quien creo que son los señores Steven, con dos gemelos muy lindos y la mocosa, pero ahora todos tienen una expresión de preocupación en la cara.
- Que es lo que pasa. - estoy confundida. - E-s el A-alfa, de seguro nos viene a decir cuando es que le vallamos a limpiar su mansión.
Y solo eso basto para que a paso rápido y decidido caminara hacia la puerta que le faltaba poco para que callera.
-¡Por que caraj... - grita el maldito culero del Alfa, pero me ve y se calla, poco a poco se va poniendo palido, rápidamente se inca junto con los gorilas que vienen atrás de el.
- A-alf-a qu-ue hac-e aqui?. - trata de recobrar la expresión en la que estaba antes de verme, pero falla en el intento. - Eso es lo que me gustaría saber a mi. - se que mi voz en este momento se encuentra ronca y fría.
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Mi Mate, Solo Mio
WerewolfEn el reino de los lobos, el equilibrio entre las manadas se mantenía bajo el liderazgo de Alessandra Haynes, la Alpha de los Alphas. Temida y respetada por todos, su astucia y frialdad la habían llevado a lo más alto de la jerarquía. Alessandra, c...