Alessandra.
Observó detalladamente su rostro, valla que a cambiado, le queda bien ese color de pelo, se ve mas joven. Sus piernas se encuentran una arriba de la otra, tratando de tener una postura intimidante, cosa que no logra. - A que se debe tu visita Constancia. - hablo con voz neutral, mirando directamente a sus ojos, se perfectamente a que viene pero me quiero hacer un momento pendeja.
Acomoda el cuello de su saco y aclara su garganta. - Como sabrás Alessandra, hemos pasado demasiado tiempo sin el heredero del clan Nekrasov. - dice cambiando de postura, asiento de acuerdo con ella.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? - Diosa, actuó muy bien, se que mi rostro muestra confusión total. - Tiene mucho que ver contigo Alessandra, sabes que todos los que pertenecemos a la familia Nekrasov somos mujeres, y el que mi hermana mayor haya sido la primera en tener hijos, al hombre lo hacia el primogénito. - se que solo hay mujeres en esa familia, algo un poco extraño lose, pero pues así les toco.
- Prosigue. - hablo un poco desesperada por esto, me molesta que no sean directas. - Como igual sabrás, ella tuvo dos gemelos, que lastimosamente uno de ellos murió, y para mala suerte era el que seria el gran heredero, nos dolió saber que mi hermana también murió a manos de esos malditos rogues, el imbécil que tenia por mate no los supo defender. - escucho lo que dice atenta, pero me molesta al escucharla decir lo ultimo.
Me contengo en decirle algo, quiero que termine de hablar, así que en segundos lo hace. - Como decía, solo quedaba la niña, pero ella no podía serlo, por la razón de que el mas grande anhelo de mi padre era tener un nieto, pensábamos que íbamos a tener que esperar hasta que una de mis otras hermanas o yo, encontráramos a nuestra pareja y así tener un niño, pero cuando nos enteramos de que Sasha pudo dar su ultimo aliento por salvar a mi sobrino, quitamos esas opciones. - habla sonriendo un poco, la miro detenidamente, y puedo imaginarme a lo que vino.
- Sin rodeos Constancia, este tema me esta cansando. - digo tomando la copa con el liquido rojo en su interior y llevándola a mis labios. - Me llevare a mi sobrino, lo nesecitamos.
Escupo el vino en su rostro sin poder aguantarlo. - ¿¡¡Pero que estupidez acabas de decir!!? - grito parando me de mi lugar, mis pulsos se aceleran al sentir la rabia recorrer mi cuerpo, esta perra no vendrá como si nada a quitarme lo que es mío. - Cal-lma, lo que escucha-aste, lo nese-ecitamos, es el heredero. - niego enojada al escucharla.
- Es el Luno de esta manada. - digo seria tratando de no hacerle daño, ella niega con una expresión de enojo, cosa que poco me interesa. - Es mí sobrino. - dice sonriendo cruzándose de brazos, mis ojos cambian al escucharla. - Es mí mate.
Su sonrisa se borra al escucharme, empieza a negar frenéticamente parándose de su lugar al igual que yo. - Eso no puede ser posible. - susurra sorprendida negando frenéticamente.
- M-mi sobrino, n-no puede ser t-tu mate, no, eso no. - gruño al escucharla, es una estúpida.
- Es mi mate. - vuelvo a decirle y ella sube su mirada viéndome con molestia. - Tu no puedes serlo, t-tu no eres bruja. - toca su pelo desesperadamente al decir eso, respiro y aprieto mis puños por el enojo que siento.
- Sabes perfectamente que hay casos en los que los compañeros no son de la misma especie, y a mi me toco. - murmuro molesta porque se lo que esta pensando. - Nunca habrá híbridos en mi familia. - dice con asco, lo cual me hace gruñir mas fuerte, se remueve incómoda, pero trata de ocultarlo.
- No dejare que toques a mi sobrino, el debe casarse con alguien de nuestra misma raza. - le enseño mis colmillos haciéndole notar cuanto me a molestado su jodido comentario.
- ¡AIDEN ES MIO Y NO SE CASARA CON NADIE MAS QUE NO SEA YO, NI MUCHO MENOS LO TOCARA!. - Rugo con odio y enojo, si la maldita cree que lo podrá apartar de mi, esta muy equivocada.
Tiembla un poco al verme, pero trata de poner una postura relajada, cosa que falla al escucharla hablar. - ¡El ya me pertenece, lleva mi marca!. - su rostro se descompone mas al escucharme decir eso. Sus ojos se abren de sobremanera al observar mi atuendo y al olfatear. - ¡Ya lo marcaste!?, como te atreviste a tocarlo, aun es pequeño.
- No te metas en lo que no te incumbe, ahora largate de aquí. - me molesta que se meta en lo que no le incumbe, es mi mate y yo decido a quien le cuento y a quien no. - No te lo dejare fácil, es el heredero. - dice cruzando sus delgados brazos, mis piernas se mueven a la salida de mi despacho y tomo el picaporte entre mis dedos.
- Y a ti que no se te olvide a quien tienes enfrente, que no seas loba, no significa que no me debas respeto. - pasa saliva nerviosa pero trata de ocultarlo. Abro la puerta y espero a que salga. - Pelearmeos por el.
- Si quieren perder adelante, pero de una ves te aviso, Escuchame bien, sobre mi cadáver me quitas a Aiden, es mío, y ni tu ni nadie vendrá de un día para otro a querer apartarlo de mi, las personas que lo han querido hacer ya no están para contarlo. - sonrió cuando se forma una mueca de miedo en su rostro, sin decir nada mas sale de mi despacho.
Cierro la puerta de un portaso y camino al sofá sentándome colocando mis codos en mis rodillas. Esa perra ni su familia me lo quitaran, no.
Escuchó unos pasos acercándose hacia el despacho y en segundos Huelo el olor de mi beta. - Puedo pasar?. - pregunta cerrando la puerta. - Ya estas adentro. - mi voz sale un poco molesta, pero es que nunca puedo tener una mañana tranquila.
- Te lo dije, la había visto... De que hablaron, escuche un par de gritos pero no quise interrumpir. - habla mirando el piso con sorpresa.
- Hay vino tirado, que hiciste Alessandra?. - pregunta sentándose a mi lado. - Nada interesante Amanda.
- ¿Que quería esa mujer?. - cierro los ojos al escucharla. - Vino a joderme la mañana. - susurro, ella niega divertida. - Ya en cerio Alessandra. - mi cuerpo se tensa al pensar en lo que le diré.
- Tendré que convertir a Aiden para que no me lo quiten.
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Mi Mate, Solo Mio
WerewolfEn el reino de los lobos, el equilibrio entre las manadas se mantenía bajo el liderazgo de Alessandra Haynes, la Alpha de los Alphas. Temida y respetada por todos, su astucia y frialdad la habían llevado a lo más alto de la jerarquía. Alessandra, c...