Alessandra.Camino hacia la entrada de la casa y abro la puerta silenciosamente, aviento las llaves de mi carro a un mueble, para después dirigirme hacia la cocina. Observó el pequeño cuerpo de mi nana dándome la espalda.
- Hola. - hablo y noto como se sobresalta, se voltea con una mano en su pecho y una expresión de miedo en su rostro. - Mi niña... Me asustaste. - niego divertida y camino hasta ella, para después besar su suave mejilla.
- Lo siento, y cuentame que estabas haciendo. - ladeó mi rostro y observo bastante comida. - Oh, una pequeña botana que les hacia a Aiden y su hermana, los convencí de que se metieran a la piscina a darse un chapuzón. - sonrió al escuchar el hermoso nombre de mi mate, joder, que noche la de anoche, me hubiese gustado poder despertar a su lado, pero tuve que salir a una de las empresas a resolver algunos asuntos que tenía pendiente.
- Que bien y donde esta Amanda, en la mañana quiso acompañarme, pero la deje durmiendo. - preguntó, se me hace raro no verla aquí, se la vive en la cocina. - ella ríe volviendo a retomar lo que hacia antes de que llegara. - Hace unos minutos vino por comida, la noto un poco extraña, algo triste. - Frunzo el ceño al escucharla decir eso.
- Triste, ¿Amanda?, como es eso posible... Iré a hablar con ella. - sin perder tiempo salgo de la cocina y rápidamente subo las grandes escaleras, esto es extraño, Amanda no es así. Me dirijo hacia el pasillo que da a su recamara, me paro en una puerta amarilla, gustos de ella.
- Amanda... - hablo dando suaves golpes a la llamativa puerta, Frunzo el ceño al no escuchar respuesta. - Amanda, estas ahí? - mi voz sale un poco mas fuerte y sin perder tiempo, abro la puerta. Observo como sale del baño con su rostro un poco pálido, y sus ojos hinchados.
- Iba a abrirte. - su voz sale un poco ronca, pero se la aclara, llega a su cama y se deja caer. - Te encuentras bien? - camino hacia donde esta ella y me siento en el borde de su cama.
Sus ojos se abren de golpe al escucharme y veo como se le llenan de lágrimas. - No. - para este momento se encuentra nadando en un mar de lágrimas, me preocupo al instante al verla así, debe de ser algo muy importante para que ella este así, me acerco y sin saber que hacer doy leves masajes en su hombro tratando de darle ánimos, no soy de esas personas que dan abrazos, ni muestras de cariño, al único con el que hago eso es a mi Aiden. En toda mi vida solo le e dado un abrazo, no se me da mucho eso de ser tan cariñosa.
Salgo de mis pensamientos cuando veo su cuerpo enderezarse, y sin dejar de llorar me mira fijamente. - Alessandra... - yo la miro atenta y le sigo sobando su hombro. - Quiero un mate. - termina de hablar y sus sollozos vuelven a escucharse, sus ojos parecen una cascada en este momento, yo la observó con atención sin parpadear, es encerio?.
- Quiero a mi mate yaa!...- abro mis ojos de sobremanera cuando se echa a mis brazos y empieza a llorar con mas fuerza, le Sobo su cabellera y poco a poco le correspondo al abrazo, que dramatismo. - Lo necesito, ya todo encontraron al suyo y yo no, hasta tu, pensé que te tardarias otro siglo en encontrarlo, hay diosa, porque me haces esto, llevó mucho sin sexo. - susurra lo ultimo y sin poder aguantarlo mas suelto una carcajada.
- Alessandra. - habla separándose de mi con rostro serio, sus ojos se llenan de lágrimas otra vez y cierra los ojos. - Es algo serio Alessandra, no sabes lo que es llevar mas de... Ya hasta perdí la cuenta, siento como se va formando la telaraña haya abajo. - me sorprendo por las fuerzas en las que llora, hay Amanda.
- Se lo que se siente Amanda, pero debes de aprender a esperar, recuerda que todo lo bueno tarda en llegar, y veras que a tu lado llegara una persona magnifica, que te dará mucho amor y veras que sexo también. - digo lo ultimo divertida, diosa, Amanda y el drama vienen juntos de la mano.
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Mi Mate, Solo Mio
WerewolfEn el reino de los lobos, el equilibrio entre las manadas se mantenía bajo el liderazgo de Alessandra Haynes, la Alpha de los Alphas. Temida y respetada por todos, su astucia y frialdad la habían llevado a lo más alto de la jerarquía. Alessandra, c...