Amor sin cara [Lésbico]

Intentando aparentar

Había algo que sabía a la perfección desde que llegué aquí, y era que no encajaba con el estereotipo de alumna. Por sobre todas las cosas sabía que jamás lo haría.
Busqué un asiento libre y simplemente me senté.
- Disculpa, pero estas en mi lugar- dijo uno de los chicos que recuerdo que jamás me observó cuando llegué.
- Lo... Lo siento, no tenía idea.
- Eres la chica nueva verdad?- asentí- me llamo Gustavo, un placer.
- Soy Eva- dije mientras retiraba mis cosas.
- No, no te preocupes. Ya demasiado es para ti el que sea tu primer día, no te obligaré a ir al frente del profesor.
- Muchas gracias, en verdad me hacés un gran favor.
Sonrió y se alejó hasta llegar a la primera fila del salón.
Qué chico! Qué ojos tan profundos que tiene!

Tras una hora y media de clase, finalmente llegó el break, que era unos minutos para descansar, tomar aire y juntar las fuerzas necesarias como para seguir prestando atención.
Nunca antes había estado tan nerviosa.
Las personas seguían mirándome. Tomé mi iPod, mis auriculares y me senté en una esquina.
Por primera vez me arrepentí de haber elegido un colegio. Me había gustado lo pequeño que era y la manera en que me trataron cuando me inscribí.
Analicé a cada alumno, intentando encontrar diferencias entre ellos y yo.
Sólo veía mujeres... Dónde estaban los hombres? Me paré y crucé el patio, no había ningún niño jugando con sus autitos. Qué raro.
Encontré una puerta, a dónde irá
- Quizá haya otro patio detrás- pensé, intenté abrirla y era imposible.- Disculpen, me ayudan a empujar?
Había un grupo de chicas, ellas estaban en las mismas clases que yo, las recuerdo.
- No te conviene ir allá- dijo una de ellas.
- Cállate Nath- empujándola un poco- no la asustes. Te ayudaré.
- Gracias, qué hay del otro lado?
- Simplemente hay más patio, nada fuera de lo común- dijo mientras lograba abrir la puerta.
- Vienen?
- No gracias, aquí hay más sol. Por cierto, bonito tu cabello.
Antes de poder contestar cerró la puerta.
Caminé un poco y encontré lo que faltaba, los hombres. Pero parecía que yo fuese la única mujer aquí.
Los más pequeños se asustaban con mi presencia.
Seguí caminando, intentado ignorarlos.
Alguien estaba detrás de mi.