Cita de trío- primera parte

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Narra Almendra:

Durante las últimas horas de clases, Gustavo se encargó de mirarme mal cada 5 segundos. Yo moría de risa por dentro, de risa y de felicidad al saber que pronto sería su peor pesadilla.

No sé en qué momento apareció una hoja llena de números en mi banco. Supuse que sería un examen sorpresa del querido profesor de Álgebra. No me gustaban los números, mucho menos las matemáticas.

A pesar de todo pronóstico, terminé rápido mi examen. Miré a Eva de reojo y estaba sacando cuentas con sus dedos aun cuando tenía la calculadora a su lado. El sol que le daba delicadamente en su rostro la hacía lucir como un ángel. Creo que ni en un millón de años ella se daría cuenta de lo hermosa que es. Su cabello de colores que aun permanecía así, estaba amarrado en una coleta y unos mechones de cabello caían a la altura de su mentón. Su belleza era sumamente natural. Jamás merecería a una mujer como ella.

Sin darme cuenta, ya había terminado la clase. Estaba lista para mi cita.

- Y bien.. A dónde vamos?- dijo Eva, creo que era la única emocionada aquí.

- A donde tu quieras- le contesté con una sonrisa.

- Podemos ir al parque temático que esta a unas calles de aquí- no sé cuál era el plan de Gustavo, pero no me gustaba nada.

- Claro, vamos allí- me apresuré a decir.

- Esta bien, pero miren que no me gusta mucho la altura- se notaba en su rostro la preocupación.

- No te preocupes, estaré allí para cuidarte- dijo Gustavo. Que chico tan básico, la llevaba a un lugar donde sabe que se asustaría y tomaría de su mano.

- Creo que puede cuidarse sola- mi enojo recién comenzaba- es una mujer muy independiente.

- Bueno chicos- Eva intentaba calmarnos- creo que podemos ir yendo.

Caminamos unas cuadras y vi que Eva estaba hablando con él así que me puse entre medio de ellos interrumpiendo por completo la conversación.

- Y cómo les fue en el examen?- rocé si querer la mano de Eva y ella la apartó rápidamente.

- Me fue bastante bien a mi.

- Qué extraño Gus! Pensé que eras un chico sin cerebro. Creí que siempre te iba mal en los cursos. No estabas a punto de repetir el año la otra vez?

Su cara estaba a punto de explotar por la rabia y eso que aun no había visto nada de lo que soy capaz de hacer.

- Creí que a ti te iba mal siempre- ja! Ni para contestar era bueno.

- No, a Almendra siempre le va bien en sus exámenes- Eva saltó en mi defensa- es mas, estaba por pedirle clases particulares.

- Por supuesto, Eva- lo miré a Gustavo- será un placer ayudarte en todo lo que necesites. Te fue bien?

- Por suerte creo que si, aunque tengo que confiar en mis cálculos manuales.

Ambas reímos y el otro acompañante nos miró sin entender de lo que hablábamos.

- Chiste privado- le digo. Aunque Eva al segundo comienza a explicarle que no usa la calculadora porque prefiere sus dedos.

Se ven muy mal juntos. Definitivamente nosotras dos nos vemos mejor.

Llegamos al parque luego de una hora y media de caminata.

- No hay que confiar en vos cuando decís que queda cerca un lugar- le dijo Eva a Gustavo riéndose.

Los dos nos quedamos un momento suspendidos en esa risa.

- No hay que confiar para nada en un sin cerebro- contesté cuando logré salir del hipnotizante momento.

Me fulminó con la mirada.

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Holaaaaaaa! Aunque suene repetitiva, muchas gracias por leerme, sin ustedes esta historia no tendría sentido. Aunque sea solo dos personas quienes lean esto, a mi no me importa, porque eso significa que dos personas creen en mi y en lo que hago. Gracias a todos!

Como verán, esta es la primera parte de una desastrosa cita. La segunda parte será narrada por Gustavo y la tercera por Eva.
Si hay algo que quieran comentar sobre la escritura o el rumbo de la historia, siéntense libres de hacerlo.
Son lo máximo.

Amor sin cara [Lésbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora