Ángel-Demonio [KookMin]

Do not leave me alone

¡Hola! Espero que les guste este capítulo...

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Una cosa era ayudar al ángel a conseguir información, otra involucrarse tal y como JungKook lo estaba haciendo, de hecho, no entendía del todo la razón, pero en aquel momento mientras caminaba sujetando con fuerza y firmeza a JiMin, a quien le costó bastante caminar sin el peso de sus alas, pero por lo menos se sostenía, pensaba y se autocriticaba ¿cómo había llegado a eso? Los murmullos de los humanos que transitaban en la acera, a su lado frustraban aun más a Jungkook, quien se reprendió nuevamente, no había pensado bien, bueno, no es como si lo hubiera hecho en sí, más bien actuaba por instinto y ahora llevaba a un jovencito semi desnudo por las calles de Seúl, además de descalzo, razón por la cual no caminaba bien, estuvo tentado a alzarlo y ahorrarse el suplició, pero aquello llamaría aún más la atención. 

Al ver una tienda más o menos decente, JungKook apuro el paso, quería acabar lo más pronto posible con aquella tortura, aunque, no es como si antes le prestará atención a los comentarios de aquellos mortales, más sin embargo, ante el repentino cambio de ritmo a JiMin se le dificulto seguir el paso del joven, cayendo por poco de bruces, sus piernas no respondían de manera adecuada, causando de por si más irritación en el joven, quien no tenía mucha paciencia que digamos.

JungKook no le dio mucha dedicación al momento de escoger las prendas que llevaría el ángel, un conjunto parecido al suyo bastaría. JiMin observaba el lugar con curiosidad mientras intentaba entablar una conversación con el joven, pero la respuesta de esté fue tirarle un conjunto de prendas que apenas pudo atrapar antes de ser llevado a unos extraños cubículos. Dentro de estos el ángel pudo ver un curioso rectángulo que colgaba del pecho y en el cual se podía reflejar tal y como lo hacía en los ojos de los otros seres celestiales, en aquella ventana del coche y en el agua del río que recorría el paraíso, oh, el cielo, su hogar, lo extrañaba tanto, a los niños, a las felices almas, a los serafines y querubines, a sus compañeros y maestros, pero principalmente extrañaba a Miguel, temía que aquellos rumores fueran verdad y NamJoon estuviera... No pudo seguir divagando, cuando la furiosa voz de JungKook taladro en sus oídos haciéndolo saltar, termino golpeándose con una de las paredes del estrecho lugar antes de colocarse las prendas lo mejor que pudo para salir de aquel encierro. El Joven bufó mientras le quitaba al ángel la prenda superior y se la volvía a poner mientras mascullaba entre dientes palabras inentendibles.

Al finalizar, salieron de aquel sitió, mientras JungKook estaba de los nervios, el ángel no daba bien tres pasos cuando caía de bruces contra el suelo, si antes caminaba a duras penas ahora era mucho peor, por ello, caminaba a su lado sujetándolo por un brazo con firmeza, aquello seguro dejaría un morado; caminar junto a JiMin, era como ver a un gatito sin bigotes, desastroso. JiMin por su parte acusaba a las prendas que le había conseguido JungKook en aquella "prestigiosa" tienda, según él, a no ayudarlo a mantener el equilibrio, se sentía incómodo con lo que llevaba; unos ajustados vaqueros, una camiseta de mangas largas, una chaqueta parecida a la del chico, de cuero, pero corta y unas botas estilo militar, todo era negro, un color de poco agrado para el ángel, pero JungKook argumento que con el negro se podían esconder en las sobras de la ciudad, sin embargo, eso no sirvió de consuelo para él.

JungKook decidió alquilar una habitación de hotel para pasar la noche, la idea de andar bajo la luna por las calles de Seúl no se le antojaba divertido y mucho menos en compañía del último ángel sobre la tierra cuyo preció ya estaba decidido y en juego de quien lo cazara primero.

La habitación era pequeña, poseía dos camas gemelas, una mesa con dos sillas y un televisor se última tecnología pegado a la pared, junto a una cómoda estaba la puerta del baño. JungKook había pedido unas pizzas y se sentó en la mesa con ellas y dos latas de refresco, le pidió al ángel que se sentara también con un movimiento de mano.