Capítulo 18: Él es Stefan y yo Damon P.2

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N//A: Hello, hello. Solo un ligero aviso, el capítulo es corto porque es la segunda parte del anterior. Espero lo disfruten :) 

P.S: CANCIÓN QUE ME INSPIRÓ PARA EL CAPÍTULO ANTERIOR Y ESTE EN MULTIMEDIA

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          BLUE

Genial, me duele la cabeza y el mundo me da vueltas, ¿qué se supone que hice anoche?

Al sentarme sobre mi cama... esperen, esta no es mi cama. ¿Cómo llegue el hospital? En ese instante de confusión y revoltijos, veo a Jamie llorar detrás de la ventana sus ojos parecen demasiados hinchados y sus labios rojos como una cereza y no parece estar usando maquillaje, no entiendo porqué llora. Estoy bien, sano y salvo, aunque sigo sin comprender lo que me sucedió.

Los ojos rojos de Jamie me observan y de inmediato la veo correr hacia mí, abriendo pasó entre las enfermeras y algunos doctores.

—¡Blue! —exclama abrazándome un poco demasiado fuerte y se da cuenta por el gemido de dolor que suelto. —Perdón. —dice sincera. —No tienes idea de lo que mucho que me preocupaste.

Forzo una sonrisa porque realmente estoy en un estado de dolor y miro hacia mis acompañantes. Desde Liz, Drew, Fitz hasta el idiota de Dylan quien parece un tanto extraño, pero, me es indiferente.

—¡Nos diste tremendo susto! —dice Fitz. —¿Qué hacías ahí?

Trato de recordar dónde se supone que estuve, pero no recuerdo y la cabeza me palpita como si mi corazón estuviera en ese lugar y no en mi pecho. —No sé ni qué fue lo que pasó.

—No importa, lo que importa es que estés bien. —interviene Drew. A veces no lo digo en voz alta, pero, me alegra tener amigos que estén conmigo en estos momentos, bueno... y Dylan.

Jamie hace una mueca. —Claro que importa. —me mira y parece preocupada, sus mejillas siguen mojadas. —Joshua te llevo al hospital, alguien le disparo a tus llantas para que te descarriles.

¿Qué? —¿Estaba en las carreras?

—Si, dice Joshua que estabas en la delantera. —comenta Fitz.

—Ja. —digo con suficiencia. Toma eso, Fabián.

Jamie entorna los ojos y se pone seria. —Blue, te pudiste haber matado ahí. ¿En qué estabas pensando?

—Cariño, quisiera tener una respuesta para ti, pero sinceramente no me acuerdo.

—¿Blue? —pregunta alguien en la puerta. Todas nuestras miradas se dirigen hacia ella, Cass. Una sonrisa sale de mis labios como inercia y veo a Jamie arrugar su frente. —¡Blue, estás bien! —Suelta su bolsa y corre hacia mi haciendo a Jamie a un lado sin querer y me abraza. La abrazo de vuelta pero la suelto en el momento en que veo los ojos asesinos de mi novia. —Creí que te había pasado algo.

—Cassandra, te presento a Drew, Dylan y a Jamie. —digo tratando de incorporarme con demasiado dolor en el cuerpo.

Los ojos azules de mi amiga destellan y mira hacia su alrededor. —La novia. —corrige Jamie con una sonrisa demasiado falsa, lo que me hace reír.

—Lo sé, Blue habla mucho de ti. —sonríe y la abraza tomándola por sorpresa. —Eres muchísimo más bonita en persona, solo te conocía por fotos. —Jamie me mira un momento y parece sorprendida, se ve tierna celosa.

—Yo soy Drew. —saluda entrometiéndose en el camino. Cass ríe y lo saluda. —El mejor amigo.

—Oh, no. Ese sería yo. —interviene Fitz. —Pero ella ya lo sabía.

—¿Se conocen? —pregunta Lizzie arqueando una ceja, pero no soltando a su novio del brazo.

Él asiente. —La veo mucho en las carreras. —Lizzie pone los ojos en blanco y su gesto cambia de inmediato, nada contenta con la respuesta.

Después de hablar acerca de la inmortalidad del cangrejo, y de lo horrible que fue pensar lo peor. Me fijo en los ojos aliviados de Jamie, el hecho de recordar que básicamente la detestaba me causa desconcierto, ¿cómo no enamorarse de ella?

Tiene hermosas pestañas largas que hacen que sus ojos luzcan un poco más grandes y sus labios rosados parecen ser una invitación abierta para besarla todo el maldito tiempo. Lo mejor, es que ni siquiera se da cuenta de lo hermosa que es, pero yo sí.

La doctora entra a... ¿cómo se llamaría esto? ¿recamara? Bueno, el punto es que es entra hacia dónde estamos y viene con un cuaderno y lapicero.

—Pareces estar bien, Blue. —empieza por decir colocándose en el centro del lugar. —Solo tienes unas costillas rotas por el impacto, pero nada grave, te coloque una inyección de corticosteroides para reducir la inflamación. —¿en qué momento me puso una inyección?

—¿Tiene que ir a recuperación o algo así? —pregunta Jamie mirando detenidamente a la Doctora.

Ella niega con la cabeza. —No realmente, como decía no es nada muy grave. Mayormente las costillas se recuperan solas en uno o dos meses si se cuida, como no hacer ejercicio o movimientos bruscos, tomar sus antinflamatorios y colocarse hielo por los primeros dos días unos veinte minutos.

—¿Dolerá mucho? —cuestiona Drew, aunque por la ambigüedad en su gesto, no sé bien si lo pregunta preocupado o interesado.

—Pues al fin y al cabo es un hueso fracturado, pero para eso te recetaré unos analgésicos. —dice de forma suave. —Estará bien, podrá hacer su rutina normal siempre y cuando se cuide de lo del ejercicio. —eso me reconforta, por lo menos estoy vivo.

Después de acabar con el protocolo del hospital, Fitz me ayuda a caminar hacia su auto debido a que el mío quedo completamente destrozado. Mi pobre, Roger.

Siento que estoy demasiado calmado para ser un hombre que acaba de sufrir un accidente, creo que me dieron calmantes.

—Bien, nos vemos en la casa de Blue. —habla Dylan.

—Qué raro... —digo y todos me miran con extrañeza. —No recuerdo haberte invitado. —sonrío de forma inocente, pero Dylan solo se despide mostrándome su dedo amigable. —¡Hablo en serio! —Repito por si no me había escuchado.

Jamie se sienta atrás conmigo, me sostiene la mano y me mira de forma inusual, por lo que arrugo la frente un tanto confundido.

—¿Estás bien? —le pregunto por lo que ella forza una sonrisa, como si quisiera llorar. —¿Cariño? ¿Te hicieron algo?

Ella niega con la cabeza y se relame los labios ahora con una lagrima resbalando su mejilla. ¿Entonces qué carajo pasó?

—Realmente creí que te había pasado algo... —empieza por decir antes de que se le quebrara la voz. —y yo... Dios... —se seca las lágrimas con el dorso de su mano. Le aprieto la mano antes de que prosiga y ella me vuelve a mirar.

—No me iré a ningún lado, Jamie.

Ella asiente y recarga su cabeza en mi hombro, me dejo llevar por el calor corporal que me brinda y veo la mirada de Fitz en el retrovisor.

  

Terrible Error © [TE #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora