Terrible Error © [TE #2]

Epílogo

Era un día cálido en Nueva York, el sol estaba en el punto perfecto. Blue había instalado una pequeña piscina en el patio trasero para que la pequeña Elisa pudiese jugar.

Blue la observaba desde la puerta corrediza de cristal con un libro en mano, Elisa saltaba hacia el agua para después salirse y volver a saltar. Había sacado la locura de su madre, aunque a diferencia de Jamie... Elisa es demasiado conversadora. Lo que a ambos les causa gracia.

—No puedo creer que ya tenga cinco años —comenta Jamie sintiendo su corazón palpitar con melancolía.

—Y Fitz nueve, ¿dónde se va el tiempo? —inquiere su esposo.

El tiempo para ellos pasaba como agua, un día es junio y en otro ya es año nuevo otra vez. La vida se pasa volando, e intentan aprovecharlo de la mejor forma.

Elisa vuelve a salir del agua escurriendo el piso de concreto que adorna el borde la alberca y mira hacia su padre con sus pequeños ojos grises y largas pestañas.

—¿Me viste, papi? ¿Me viste? —exclama la pequeña castaña, Blue la saluda y le sonríe lo que hace que Elisa corra hacia el cristal y pegue su nariz haciendo una cara un tanto graciosa. —Tengo... sed —logra decir con la cara aun pegada al cristal

—Linda, no hagas eso te vas a lastimar la cara —le dice su madre preocupada mientras que su padre pone los ojos en blanco ante la exageración de su esposa.

—La niñera llegará en cualquier momento, ¿estás lista para la cena? —pregunta Blue, mientras que Jamie sigue mirando a la pequeña con preocupación.

—Solo quiero que primero salga del agua para dejarla en su ropa para dormir antes de irnos.

Aprieta los labios, pero asiente la cabeza en comprensión. —Ya oíste a la jefa, pequeña. Vamos a bañarte —Elisa frunce el ceño cruzándose de brazos.

—¡No me quiero bañar! —exclama con los labios fruncidos.

—Elisa, entra a la casa o tendré que ir por ti —advierte su padre divertido ante el berrinche de su hija.

Ella sonríe—No me atraparías, eres muy viejo —le enseña la lengua divertida.

—¿Eso crees, eh? —con un brazo abre la puerta y de forma automática la pequeña corre gritando por todo el patio con Blue detrás suyo.

Jamie los mira y no puede evitar reírse, la escena es demasiado cómica como para no hacerlo. Blue va vestido de traje y el verlo correr por todo el césped de alguna forma le causa diversión.

Resulta que los chicos malos si se enamoran, y cuando un chico malo se enamora... se enamora de verdad.