Dylan tenía la vida perfecta y él era perfecto, o casi; sí nadie sabía su secreto no había problema...
Quizás si su ambiente fuera otro, sino llevara en sus hombros el peso de heredar un puesto en el gobierno, sino mantuviese su promesa, si viviese su madre... Quizás fuera libre.
<<No abandones a tu papá. >> Recordó.
Hizo sonar el claxon frente a la casa de su novia. Clarissa. La chica era hermosa, la más hermosa en todo el instituto, sus tetas eran las más voluptuosas, su trasero firme, delgada aunque quizás demasiado, alta, rubia y con ojos celestes. Era bella en resumen.
Él por su parte, bueno él no era feo de eso no había duda, alto, atleta, blanco, ojos verdes y con cabello negro ondulado; era el típico chico guapo popular que andaba con la típica chica guapa popular, una vida en general buena para muchos.
Clarissa salió de su casa con un bolso de Louis Vuitton, y su uniforme, el cual había sufrido drásticos cambios: la falda más corta, el cuello de la playera más grande; lo había rediseñado para que cualquier hombre se volvería loco.
Clarissa subió a su auto botando su bolso a la parte trasera.
- Adoro tus piernas - la saludó con un cumplido.
- Gracias - Clarissa sonrió y se acercó para darle un beso.
Después de aquello Clary se sumió en una plática acerca de ropa, esmaltes, zapatos y quién sabe que más; Dylan se desconectó.
- ¡Oh mira! - Llegados al instituto, Clary señaló con su dedo índice a una chica - ¡Tiene el mismo bolso que yo! ¡Qué vergüenza! - hizo un exagerado puchero.
- A ti se te ve mejor amor - palabras vacías e insípidas.
- Mmmm por eso te adoro - Clary le dio otro húmedo beso.
Bajaron y entraron al instituto, Dylan pasó su brazo por los hombros de Clary. Su entrada causó algunas exclamaciones, era el primer día de clases y los de primer ingreso no los habían visto. Una ridícula pareja de ensueño.
Checaron horarios y descubrió que compartiría con Clarissa más clases de las que le hubiesen gustado. Suspiró ante la expectativa.
La primera clase era Literatura; tuvo suerte, esa clase no la compartía con Clary, su novia se acercó y le estampó otro beso como despedida. Se dirigió a su clase, se sentó en un pupitre ni muy alejado ni muy cercano al pizarrón.
Dylan mantenía buenas calificaciones aunque no precisamente las mejores, pero él sentía que era parte de la promesa que le había hecho a su madre.
Dicen que somos lo que de niños nos marcó, él era el perfecto ejemplo de ello, aquella promesa no pudo olvidarla; cuando pequeño la repetía como un mantra, era su manera de acercarse a su mamá. Recordaba no haber llorado cuando comprendió que no volvería a ver a su madre nunca, sin embargo aquellas palabras: <<obedece a tu padre, lucha por lo que quieres y oculta a quien ames o te lastimarán>> quedaron en su corazón y mente, a pesar de ser un niño se guió por esas palabras. Desde entonces habían pasado 11 años.
El profesor entró, se presentó e inició la clase, Dylan prestó toda la atención que pudo; en realidad no necesitaba ser tan aplicado para destacar, pero no quería errores así que se aplicaba.
Pasaron alrededor de 30 minutos cuando el profesor se vio abruptamente interrumpido por un chico. Dylan por reflejo siguió al profesor con la mirada.
- ¿Me permite pasar? - Aquel chico estaba rojo, al parecer había estado corriendo.
- Llega media hora tarde, ¿Cree que merece pasar?
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NO OLVIDES [Gay/Yaoi]
Teen FictionDos personas con vidas completamente distintas, una se deja llevar por la corriente que siempre ha guiado su vida, la otra lucha por lo que quiere y se esfuerza. Dos mundos que chocan y se atraen, en las leyes de la física dice: Si dos objetos co...