Cuando abrió los ojos, la primera sensación que tuvo fue la de múltiples martillos golpeando su cabeza, le dolía a más no poder; ¿Acaso se había accidentado? ¡Pero si se sentía completo! Parpadeó pretendiendo diluir la neblina que envolvía su mente; cuando estuvo lo bastante lúcido, observó su entorno y descubrió que no lo conocía, no sabía dónde demonios estaba. ¿Cómo es que había llegado allí? El cuerpo le pesaba, la mente la tenia liada, y la cabeza le palpitaba como si fuera a explotar, odiaba aquello.
Se levantó de la cama sin hacer ruido, intentando ubicarse, pero el lugar en donde estaba era demasiado ostentoso y espacioso como para pertenecerle a alguno de sus allegados, y en definitiva no era su casa.
Salió de la habitación, atravesó un pequeño pasillo hasta llegar a una sala. Vio a Dylan sentado en un sofá viendo la televisión.
– ¿Dónde estoy? – Indagó mientras se sentaba a un lado del chico de ojos verdes.
– En la casa de un amigo – respondió Dylan.
– ¿Qué hora es? – Preguntó alarmado, él tenía que trabajar.
La cabeza le seguía pulsando, sus sienes palpitaban furiosas.
– Las dos de la tarde – contestó con toda tranquilidad.
Para él fue todo lo contrario, necesitaba trabajar, ¡Demonios! ¿Cómo es que había sido tan irresponsable? Se levantó del sofá y fue por su calzado a la habitación, pues no se lo había puesto.
Escuchó que alguien reía a carcajadas en la sala y, regresó hecho una furia, la cabeza comenzaba a dolerle más y más.
– Antes que me regañes, déjame decirte que David fue a cubrirte en tu trabajo – Dylan alzó las manos en señal de rendición, aunque en sus ojos aun podía verse lo divertido que le parecía aquella situación, claro, para alguien como él ¿Qué no podría resultarle divertido cuando tenía la vida resuelta?
¿Que hizo qué? No podía concebir esa imagen, ¿David cubriéndolo? Pero si el chico apenas si lo conocía, y estaba seguro que no era su persona favorita, es mas podría asegurar que ni siquiera le caía bien, entonces ¿Por qué lo hacía? Sus cavilaciones siguieron entorno a aquel hecho hasta que a la mente le llegó la imagen de cuando David los había pillado en los vestidores, un rubor ligero cubrió su rostro al rememorar aquella situación, los había descubierto besándose.
– ¿Cómo te sientes? ¿Quieres una aspirina? – Su compañero preguntó preocupado, interrumpiendo así sus recuerdos.
– Me duele la cabeza – comentó – y sí, quiero esa aspirina – respondió cortés.
El chico de ojos verdes le tendió un vaso con agua y una diminuta tableta, se los trago ambos.
– ¿Cómo llegue aquí?
– ¿No lo recuerdas? – Dylan abrió demasiado los ojos como si fuese un pecado no acordarse de lo que sea que hubiese pasado anoche.
Recordó que al salir del trabajo caminó con Dylan unos minutos, que platicaron de banalidades y por ridículo que suene; recordó que la fruta que más le agradaba a Dylan eran las uvas verdes, luego; ¿Qué pasó después?
Se frotó las sienes, le palpitaban.
Luego bebieron, rememoró.
– ¡Tienes una identificación falsa que ni siquiera tiene tu nombre real! – Exclamó al ser lo siguiente que recordó.
Intentó hacer memoria, ¿Qué más había pasado?
<< ¡Oh, no! No puede ser cierto, ¿Vomité dentro de su auto?>>

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NO OLVIDES [Gay/Yaoi]
Fiksi RemajaDos personas con vidas completamente distintas, una se deja llevar por la corriente que siempre ha guiado su vida, la otra lucha por lo que quiere y se esfuerza. Dos mundos que chocan y se atraen, en las leyes de la física dice: Si dos objetos co...