Después de haber perdido la cuenta de las veces que lo habían hecho, se percataron de que ya era bastante tarde.
El cansancio de haberlo hecho durante tanto tiempo, sin embargo, no les impidió que siguieran besándose mientras sus piernas se enredaban y se acariciaban con ternura.
A pesar de que ninguno había experimentado este tipo de cosas con hombres, se dieron cuenta de lo maravilloso que había sido. No solo porque era algo nuevo para los dos, sino porque sus corazones se encontraban conectados.
—Mika —llamó Yuu alejándose un poco del rubio, al tiempo en el que retiraba un par de mechones rubios de la frente de su contrario.
—¿Si? —pidió saber sonriendo con plenitud una vez sintió la caricia del moreno.
Demasiado confortable.
—Yo... —Un momento de silencio pasó mientras Yuu parecía nervioso e incluso ido, asustando a Mikaela, su corazón latía fuertemente con ansiedad por lo que pudiera llegar a decir su contrario.
Se encontraba encontrando algo de valor para decir lo que sentía en ese momento, porque aún si se daba cuenta de que era correspondido, todavía tenía miedos e inseguridades.
—. Te... Te amo, Mika —fue sincero, porque un simple te quiero, no era suficiente para describir lo que en verdad sentía por esta persona, aunque el corazón de este joven ahora era el que se encontraba como el del rubio, y el de Mika ahora se encontraba cálido y contento por tan bonitas palabras saliendo de los labios de su contrario.
Soltó una tenue risa emocionada, atrayendo a Yuu hacia sí mismo, depositando un suave beso en su frente.
—Creí que me mandarías a la mierda —admitió el más alto, obteniendo una pequeña risa por parte del más bajo—. También te amo, Yuu-chan.
Una vez más, Yuu quería sacar a relucir el tema de la novia del rubio, más el miedo le invadía, y no quería arruinar el ambiente.
Si Mika había dicho que también lo amaba, entonces probablemente no tendría que pensar demasiado en eso, era sólo que le seguía incomodando bastante.
—Gracias por esta noche —murmuró Mikaela besando la frente de Yuu—. Fue la mejor de toda.
—Gracias a ti por pasarla conmigo —sonrió el azabache, aferrándose al cuello del rubio.
—Es bastante tarde, quédate a dormir por hoy, ¿puedes?
Yuu asintió. Sus hermanos estaban bien, lo sabía.
Después de una corta plática con voces perezosas y piquitos tiernos, ambos cerraron los ojos, dejándose caer en los brazos de Morfeo.
Si eran sinceros, nunca habían dormido tan bien, tan tranquilos, con una sensación tan cálida llenando sus pechos, sin preocupaciones, sin tristezas.
~
Cuando Mikaela abrió los ojos, y recordó lo que había pasado la noche anterior, no pudo evitar sonreír como un idiota.
—Yuu-chan —llamó con la voz un poco ronca y perezosa, queriendo abrazar al mencionado aún con los ojos cerrados—. ¿huh?
En cuanto se dio cuenta de que Yuu no se encontraba a un lado suyo, una inmensa ansiedad y una tristeza palpable inundó su corazón.
Notó que la ropa del azabache ya no estaba en el suelo, por lo que se puso su propio pantalón un poco desanimado, mientras buscaba algún indicio de Yūichirō. Le habría gustado despertar viendo los preciosos y enigmáticos ojos color jade de esa persona.
Cuando salió de su habitación, se dio cuenta del ruido proveniente de la cocina, y aún si todavía sentía la traición de que Yuu le haya abandonado durante la mañana, sonrió caminando hacia el lugar en donde provenía ese sonido.
En cuanto sus ojos captaron la espalda de Yuu, sonrió sin poder evitarlo e incluso se quedó parado en la entrada de la cocina solo admirando al azabache que tarareaba una canción friendo huevos en una sartén.
Pudo observar que se encontraban un par de vegetales fritos y arroz servidos en dos platos, pero eso era lo de menos.
Aunque su estómago parecía clamar por comida, Mika tenía apetito de algo mucho más delicioso y mucho más divertido, así que como un depredador se dirigió hacia su apetitosa presa, envolviendo con sus brazos el abdomen del azabache.
—Buenos días —murmuró Yuu con una sonrisa resplandeciente sin darse cuenta de la forma en la que el rubio le miraba en ese momento.
Con un abre voraz.
—Buenos días, Yuu-chan —llamó el mencionado, con voz lujuriosa, mientras que continuó acariciando el vientre del azabache, para posterior a ello comenzar a besar su cuello.
—Ah... —Suspiró Yuu echando su cabeza hacia atrás en cuanto sintió la traviesa lengua de su contrario lamiendo su cuello, para luego pasar a su oreja—. Estoy coci... Ah... Mika...
El rubio no le dejó terminar, comenzando a frotarse por encima del pantalón de Yūichirō, siguiendo con sus besos.
—M-Mika... Se quemará... Ngh...
—Me conformo con desayunarte a ti —sonrió atrapando sus labios dando la vuelta a este de forma rápida.
Yuu apagó la estufa, y ambos regresaron a la habitación del rubio; ya más tarde comerían otras cosas. El postre se veía más apetitoso.
~
Krul le preguntaba al azabache si salía con Mika a cada oportunidad que podía porque para la niña era muy evidente lo que ambos sentían, pero este lo negaba intentando disimular su tristeza, lo que le parecía sospechoso a la de cabellos rosados, pero nunca dijo nada al respecto por respeto a su hermano.
Por su parte, Asura pensaba que su hermana solo quería molesar a Yūichirō, pero no era así; sobre todo porque él también podía notar las miradas cariñosas que ambos jóvenes se mandaban.
Aparte, los dos niños eran felices cuando el rubio jugaba con ellos.
De vez en cuando, Mika también llevaba juguetes pequeños o postres para ambos, y eso lograba que lo aceptaran aún más.
Disfrutaban de hacer sonrojar a Mikaela y su hermano insinuando verdades como que se gustaban y que eran novios.
Y sí, ambos querían ser más que amigos.
Mika sabía que Yuu odiaba ser solo eso, solo un amigo al que besaba, abrazaba, le decía que lo quería, y de vez en cuando con el que tenía relaciones.
¡Pero no mentía! En serio amaba a Yuu, no podía pasar un día sin él, se había hecho indispensable en su vida.
Así como Mika en la de Yuu.
Era solo que el tiempo de vacaciones en lo único que el rubio pensaba era en pasar tiempo con Mika. Sin preocupaciones. Sin darle importancia a nadie más.
Por otro lado, las vacaciones estaban a punto de terminar, y estaban seguros de que habían sido las mejores vacaciones de sus vidas.
Lo único malo era volver a la rutina en la que el tiempo era poco, pues la escuela, y el trabajo de Yuu, consumían mucha de su propia energía, así que Mika no quería suponer un problema para él.
De todos modos en el futuro, podrían disfrutar de este tipo de temporadas donde podían verse todos los días y donde Yuu también pudiese descansar un poco más. De eso Mika se encargaría, lo único que hacía falta era terminar con Elizabeth y comenzar algo formal con ese hermoso joven de ojos verdes y cabellos oscuros que lo enloquecía en todos los sentidos que pudieran existir.
Se me olvida actualizar, pido perdón xD
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Realidad
FanfictionDonde Mikaela se droga, y Yuu quiere ayudarlo. Portada hecha por mi Kohai @_Fkxlu ‹3