Capítulo 25

1.4K 207 52
                                    

Ahora que no tenía a una persona a un lado suyo que lo motivara para dejar los malos hábitos que tenía, y que no le motivara a ver por su salud mental, estuvo en varias ocasiones a volver a la misma mierda de siempre.

Pero no lo hizo.

Por él. Por Yuu. Para no dejar a un lado todos los avances que había tenido en su vida.

Si bien, deseaba acercarse a Yuu, no lo hacía por miedo.

Yuu podía llegar a ser bastante amable cuando quería, pero también sabía lastimarlo, y sabía muy bien que todo se debía a mero orgullo del precioso amor de su vida.

Alejarse de él le parecía demasiado extremo, pero admitía que fue estúpida la idea de ignorar a su ex novia mientras veía a Yuu en lugar de terminar con ella.

Pero cada vez que pensaba en hacerlo, simplemente le aburría y lo único que deseaba era ver a Yuu, así que lo pospuso sin intención.

Por esa razón, cada vez que recordaba las palabras de Yuu, lo único que deseaba hacer era llorar porque lo extrañaba como jamás pensó que podría hacerlo con alguien.

Lo único que deseaba era abrazarlo, besarlo, decirle lo importante que es para él.

Solo deseaba que Yuu volviera a él, que le perdonara por algo que no quiso que sucediera.

~

—Hombre, Mika. Ya supéralo, hay otras chicas aparte de Elizabeth —murmuró Makoto al ya tener tiempo viendo a Mika sin siquiera sonreír un poco, perdido en sus pensamientos.

En ese momento, Yuu iba pasando por allí, y escuchar que en realidad Mika estaba así por Elizabeth, le causó un sentimiento confuso lleno de poca alegría, decepción y frustración.

Al menos ahora sabía que no era su culpa el que Mila estuviese así, aunque le dolía verlo así, y sentía impotencia el saber que no podía causar en Mika sensaciones que Elizabeth sí.

—Elizabeth me vale mierda.

Aquello sorprendió a Yuu. El azabache se dirigía al baño, pero no pudo evitar querer escuchar más.

—Pero ella te terminó, y desde entonces estás así.

—Hay más mujeres, pero no me gusta ninguna.

—¿Eh?

—No es nada.

El castaño levantó los hombros.

—Entonces no estás así por amor.

—No por el amor inexistente entre Elizabeth y yo.

En ese momento Mikaela se preguntó seriamente por qué se encontraba con estos idiotas manipulables contándoles sus problemas amorosos. Probablemente porque su tristeza lo sobrepasaba y quería hablar sobre Yuu con alguien.

El problema era que no consideraba tener amigos reales. La única persona genuina dentro de su vida era Yuu, y su familia, sin contar a su padre, pero hace tiempo que no les veía y no sabía cómo abordar ese tema si desde siempre supieron que él salía solo con mujeres.

Por su lado, el castaño frunció el ceño confundido, no estaba entendiendo nada a Mikaela, pero era cotilla por defecto, así que deseaba saber por qué el rubio estaba así.

—Entonces, ¿a qué se debe tu cara larga?

Mikaela guardó silencio unos largos minutos. Sabía que a Makoto poco le importaba, pero deseaba sacar sus pesares.

—Por Yuu-ch... Yūichirō, quizás.

Entonces, el azabache se sintió peor de lo que lo hacía esos últimos días sin el rubio.

RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora