Los hermanos de Yuu iniciaron su periodo de clases antes que él debido a que los universitarios en su mayoría habían entrado una semana después que los niños y adolescentes.
Los pocos días que a Yuu le quedaban de vacaciones, los aprovechaba haciendo él mismo el desayuno a sus hermanos, y llevándolos a la escuela al igual que recogerlos para pasar más tiempo con ellos antes de que su tiempo volviera a ser contado.
Mika le acompañaba. Apenas y pisaba su casa desde que había pasado la navidad.
De igual manera su padre no había llamado a su celular en ningún momento, más seguía dejando el dinero usual para sus gastos, así que para él era mejor pasar el menos tiempo posible con su padre.
Anteriormente, no sabía administrar su dinero, por lo que su papá le dejaba varios sobres para el mes, en donde etiquetaba lo que se podía gastar en una semana, pues se había hartado de que le dejara dinero y Mika le siguiese pidiendo a todo momento, y ahora que pasaba tanto tiempo con Yuu, solía ahorrar bastante su dinero, después de comenzar a dejar todos esos malos hábitos que tenía.
~
Yuu había entrado a trabajar antes del inicio del ciclo escolar, así que fue un poco pesado el primer día, más se encontraba de bastante ánimo después de las maravillosas vacaciones que había pasado.
A veces pensaba en buscar un nuevo trabajo, pero le agradaba la paga que recibía en el bar, además de que quedaba cercano a su casa.
Por otro lado, Mikaela se había propuesto dejar de posponer el culmen de su relación formal con Elizabeth. Se encontraba en la entrada de la universidad esperándola. Aunque pensó en llamarla y terminarla, no creía que fuese la manera correcta de darle fin porque aunque jamás hubo amor de por medio, sí que duraron algo se tiempo.
No pasó mucho tiempo cuando Mikaela observó a su novia ingresar con su cabello suelto y largo ondeando, caminando con movimientos elegantes y suaves, incluso llamando la atención de varios jóvenes que recién llegaban también.
Cuando la joven vio a Mikaela, dibujó un puchero enfadado, intentando aparentar ternura también, y se acercó a él.
—No me respondiste ni un solo día, no me fuiste a ver, y tampoco me enviaste mensajes o los respondiste—, se cruzó de brazos, y Mikaela rascó su nuca sin mucho remordimiento, lo que fue muy evidente para ella.
—Lo siento, estuve bastante ocupado —mintió.
—¿Tan ocupado como para no ver a tu novia?
—Elizabeth, ya te dije que lo siento —rodó los ojos, lo que la ofendió un poco porque era muy común que le dieran la razón y le rogaran, incluso Mikaela solía hacerlo.
Ella estuvo a punto de refutar y hacer un berrinche por la forma en la que estaba siendo tratada, sin embargo, al ver a sus amigas a lo lejos, sonrió con la falsedad usual al ver a Mika como si tuvieran una perfecta relación.
—Bueno... Pero tendrás que compensarlo —rió la chica con un pequeño puchero aún dibujado en su rostro, enrollando un mechón de su cabello en uno de sus dedos de forma seductora—. Te extrañé mucho, Mika~— canturreo abrazándolo y besándolo.
El rubio se sorprendió de la actitud que tuvo, más que nada porque fue muy repentino, y se encontraba pensando en su Yuu-chan en ese momento por lo que en realidad no había puesto mucha atención de su parte hacia la fémina.
Antes de poder alejarla, vio al joven que vivía noche y día en sus pensamientos a unos pocos metros de distancia observándole con ojitos sorprendidos y facciones decepcionadas, cosa que le rompió el corazón.
La separó enseguida, cosa que le molestó a Elizabeth más, claro que no diría nada, ni pelearía en ese momento; era más importante su popularidad, su reputación.
Por otra parte Mikaela no la quería terminar en ese momento, porque no deseaba ponerla en ridículo frente a todo el alumnado.
—¿Podemos hablar más tarde? —interrogó un poco impaciente.
Elizabeth asintió aún extrañada, su novio actuaba bastante raro desde hace tiempo.
Por otra parte, cuando se percató de que Yuu caminaba a pasos apresurados a su aula, fue corriendo detrás suyo.
—¡Yuu-chan! —llamó corriendo, pero el mencionado no se paró —Yuu-chan... —dijo una vez que lo alcanzó, tomando su brazo.
—¿Qué quieres, Mikaela? —interrogó jalando su propio brazo para safarse del rubio.
—Lo que viste... —inició.
—No tienes nada qué explicarme, ella es tu novia después de todo—, interrumpió como si no le importara.
Estaba molesto, triste, decepcionado. Su corazón dolía como los mil demonios; y lo peor de todo, es que sabía que eso sucedería.
—Es que no lo entiendes. Yo...
—Lo entiendo perfectamente bien. Es solo que me molestan las mentiras.
—No te he mentido en ningún momento.
—¡Claro que lo haces! —exclamó dándose la vuelta —. Pero es mi culpa, yo fui quien me metí en tu vida sin tu consentimiento.
—Yuu-chan, rayos. Escucha lo que estoy diciendo...
El azabache hizo oídos sordos, y se metió a su aula.
Mikaela suspiró con frustración alborotando su cabello rubio. Primero terminaría con su novia, y después hablaría con esta persona.
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Cuando las clases habían terminado, Mikaela sintió como si hubiera sido un día de exámenes finales porque se sentía tan cansado que incluso le dolía la cabeza un poco.
Se encontraba esperaba en la puerta de la salida a Elizabeth. Después de hablar con ella, tenía planeado pasar a ver a Yūichirō para arreglar las cosas.
Ese día de clases, después de sentir la indiferencia de Yuu por ese mal entendido tan estúpido, se dio cuenta de que las cosas permanecen en constantes cambios, incluso el bullying había disminuido, por lo menos por parte de los cuatro que alguna vez fueron buenos amigos, lo que le causaba gran orgullo por su propio avance personal y sanación.
Por esa razón no quería perder a Yuu, era la persona que lo motivaba a ser mejor persona, que siempre lo escuchaba, lo apoyaba, y lo hacía sentir amado.
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Realidad
FanfictionDonde Mikaela se droga, y Yuu quiere ayudarlo. Portada hecha por mi Kohai @_Fkxlu ‹3