Entre Obscuridad Y Sombras

"Tú eres el camino y yo soy tu camino"

Layla había saltado el rio y ahora abrazaba a la chica que minutos antes la había hecho palidecer, ambas reían, aunque ninguna dijo nada, eso me hacía pensar que hablaban sin hablar, pero como, no percibía la esencia de vampirismo, oigan aguarden un momento Layla no tenía esencia de vampirismo, ya no mas como rayos era eso posible, tenía poderes pero...

Me puse de pie, jale a Mara tras un grupo de arboles

-¿Qué le has hecho a Layla? ¿Le diste el antídoto?

-yo no la he tocado, hemos estado tan nerviosos que ni siquiera había pensado en ello ¿Por qué?-pregunto ella un tanto nerviosa

Yo fruncí el ceño-Layla ya no es un vampiro

-¡Qué! ¿Pero cómo? ¿Cómo lo sabes?

-los vampiros podemos sentir a los nuestros y yo no siento a otro vampiro cerca aun cuando se supone que Layla es uno, antes la sentía cuando estaba cerca pero ahora...

-hace cuanto que paso esto

-la verdad no lo sé, no lo había notado hasta ahora

-no entiendo como paso

-yo tampoco... pero planeo averiguarlo

Jale a mara y fuimos a donde se encontraba Layla y aquella chica misteriosa pero al llegar, ellas ya no estaban

Gire la cabeza hacia un lado y al otro pero no las vi, cuando en ello una mano se posó en mi hombro me sobresalte y grite, Luis volvió a verme nervioso

-¿Qué, buscaban a alguien?-pregunto la pelirroja, que estaba parada tras nosotros junto con Layla ella me miraba seria, la chica se rio, Layla la aniquilo con la mirada y negó, la sonrisa se borró de su rostro

-chicos ella es Aylwin mi...amiga

La mire con sospecha, porque Layla dudaba al decir aquello quien era realmente esta chica

-mmm hola soy Mara

-mucho gusto.-dijo Aylwin sonriendo luego volteo a verme-y supongo que tú eres Luis el chico de Layla

Yo solo asentí y continúe observándola, Layla tenía sus manos en los bolsillos y la mirada baja, la cogí del brazo y me aleje con ella

Fuimos a la orilla del rio, me quite los zapatos y metí los pies en el agua estaba helada, comencé a temblar Luis se quitó su sudadera y me la puso, era la primera vez que estábamos solos desde aquel incidente

-¿Qué sucede amor?

Lo mire confundida, no sabía que responder a eso por un momento me sentí tentada a contarle todo, pero al instante saque la idea de mi cabeza, de todos modos que iba a decirle oye amor que crees resulta que no soy humana nunca lo fui, pero tampoco soy mutante, soy un ser que emana luz por cierto Aylwin es mi protectora aun que ni siquiera sé qué rayos es eso como vez estoy de maravilla amor, no claro que no

-nada, solo estoy un poco cansada.-apoye mi cabeza en su hombro, el comenzó a juguetear con mi cabello

-no te oigo muy convencida

-tranquilo, estoy bien.-intente sonar lo más convincente posible, pero no lo conseguí mis ojos ardían y las lágrimas amenazaban con salir, tenía un nudo en la garganta

-está bien, pero si hay algo que quieras decirme, recuerda que puedes confiar en mi

Lo abrace con fuerza, una lagrima resbalo por mi mejilla, pero él no lo noto y si lo hizo no dijo nada

Estuvimos durante un buen rato abrazados sin decir nada, detestaba verla llorar pero no podía obligarla a decirme que le ocurría, cuando estuviera lista lo haría o al menos eso era lo que yo esperaba

Cuando por fin dejo de llorar ambos nos pusimos en pie, ella se sacudió la tierra y sonrió como si nada hubiese ocurrido aunque claro que había pasado

Yo la mire algo sorprendido y solo le seguí la corriente, luego se alejó y se fue con aquella chica, la cual no me inspiraba mucha confianza

-Hola Aylwin

-hola, como va todo

La fulmine con la mirada, obviamente las cosas iban mal, yo me asustaría si fuera de otra forma, mi mundo se había vuelto de cabeza y había llegado el momento de enderezarlo un poco

-¿Cuál es tu trabajo como protector....-no me dejo terminar, Aylwin puso una mano en mi boca y me miro aterrada

-no lo digas en voz alta, el viento tiene oídos

-¿pero qu....

-shh.-me callo de nuevo, señalo mi frente, al principio no comprendí, pero luego caí en la cuenta, cerré con fuerza los ojos y deje mi mente en blanco, abrí los ojos ambas estábamos sentadas en una banca a la orilla de un lago, un lago en medio del bosque.

El cielo pintado de tonos naranjas, amarillos y morados, el viento golpeando nuestro cabello alborotándolo un poco, el croar de las ranas, aleteo de pájaros, cientos de sonidos llenos de vida, la luz cayendo poco a poco, hasta que el sol se oculta tras las montañas.

-vaya sí que es hermoso

-lo es, pero no estamos aquí para contemplar el atardecer

-cierto, cierto, por donde quieres empezar

-¿Qué quiere decir que seas mi protectora?

-tú eres la luz que alumbrael camino, yo como protectora resguardo esa luz, te cuido, te vigilo me encargode que nada malo te pase, pero sobre todo soy tu faro, así como tú eres elcamino yo soy tu camino 

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