¡¡Lo admito te amo!!

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Caminaba por el pasillo cuando me tope con Mike el al verme sonrió y prácticamente corrió a donde me encontraba...

-Hola, oye perdón por la manera en la que te trate esta mañana, es solo que... bueno no importa, solo quería decir que lo siento y espero me perdones

-Te perdono, pero... ¿Por qué actuaste así?

-porque, porque.-no era capaz de decirlo el simple hecho de pensar en ello me hacia sonrojar.

-ya dilo de una vez, ni que fuera tan malo

-no es taaaan malo, pero tengo miedo de que si te digo nuestra amistad se arruine

-Eso jamás podrá pasar, no importa lo que hagas siempre te seguiré queriendo

Mike me miro, podía notar un brillo en sus ojos, suspiro...

-Lo prometes

-Claro

-bueno la verdad es que... estoy enamorado de ti

-¿Qué acabas de decir?

-Por favor no me hagas repetirlo

-es que no puedo creer lo que acabo de escuchar, porque no me habías dicho nada antes

-porque, porque ¡porque soy un cobarde!- grite eufórico -Feliz, ya lo dije, soy un cobarde, ni más ni menos.

-yo no creo que seas un cobarde, solo tenias miedo eso es normal todos tienen miedo, hasta yo tengo miedo

-¿A que le tienes miedo?

-este pues... me tengo que ir hablamos luego.-di la vuelta y comenzó a atravesar el corredor rápidamente

-¡mara, espera!-grite y corrí tras ella, cuando ella lo noto comenzó a acelerar su paso hasta que prácticamente estaba corriendo, tenía que detenerla, me dije, tenía que hablar con ella a como diera lugar.

Después de unos minutos por fin logre perder a Mike, me mezcle entre los alumnos y pude alejarme de él, tenía ganas de ir a mi habitación y estar un rato sola, llorar, desahogarme, pero no podía... estaba casi completamente segura, bueno no casi, estaba segura de que sería el primer lugar donde Mike me buscaría, decidí ir al bosque, ir al arroyo, adoraba el arroyo el sonido del agua corriendo era muy relajante, me ayudaba a despejar mi mente, la manera en que la luz refleja sobre el agua es algo simplemente...mágico, al llegar me quite los zapatos y metí mis pies en el agua, el sonido del agua corriendo calmaba mis nervios, me alejaba de la realidad, pero debía admitirlo tarde temprano aunque no me agradaba, tarde o temprano tendría que volver.

Avance lo más rápido que pude tras ella pero no fue suficiente, dio la vuelta en el corredor se mezclo entre los alumnos y la perdí, después de ello comencé a preguntar si la habían visto, pregunte una y otra vez, pero nadie supo decirme bien, algunos la vieron caminar rumbo a la sala, otros a los cuartos, ya no sabía a quién creerle, decidí ir a buscar a su alcoba, pero como lo sospechaba ella no estaba ahí, era demasiado lista como para ir al lugar más obvio... donde sabia que la encontraría, fui a la cafetería, a la biblioteca, a la sala de estar, revise cada uno de los pisos, cada una de las habitaciones pero no la halle, entonces se me ocurrió algo, seguramente había salido, así que tome dos abrigos uno para mí y otro para mara pues hacia frio y la verdad dudaba que ella se hubiera puesto algo para el frio, una vez afuera, la busque en el jardín, luego fui hacia el bosque... nada, llegue al arroyo me sentí realmente aliviado al verla ahí sentada, lanzando rocas al agua, di un paso a delante y no me percate de que había hojas secas, así que las pise, inmediatamente ella volteo, al verme suspiro, me acerque más y al ver que ella no protestaba me senté a su lado.

-te estuve buscando por todos lados

-perdón, es solo que, quería un poco de paz y tranquilidad

-no tienes nada de que disculparte, sobre lo que paso hace rato...

-ni lo menciones, no quiero hablar de eso.- negó con la cabeza, miro al suelo, cogió un puño de hojas secas y las lanzo al agua

-está bien, ¿entonces de que quieres hablar?-hacia mucho mas frio que cuando había salido, sentí una corriente de aire en mi espalda, eso me hizo recordar el abrigo que había traído para mara, así que lo tome y se lo tendí, ella dudo un poco, pero después lo tomo y se lo puso.

-gracias.-susurro

Seguimos ahí sentados lado a lado durante un rato, sin decir palabra, estaba bien con ello, siempre y cuando pudiera estar junto a ella era feliz, mara recargo su cabeza sobre mi hombro y después de un rato se quedo dormida, yo la abrace, y al final también terminé quedándome dormido, fui el último en dormirse pero también el primero en despertar, observe a mara durante un rato, era como un pequeño ángel cuando dormía, bueno no solo cuando dormía, mire a mi alrededor, la noche ya había caído y la temperatura había bajado aún más, me pregunté qué hora sería, seguramente la cena ya había terminado, pues aunque no tuviese un reloj podía deducir que era bastante tarde, no quería hacerlo pero debía despertar a mara, para que regresaramos a la academia, lo intente varias veces pero no fui capaz de despertarla, así que con cuidado la alce y la lleve cargando todo el camino... en mis brazos, llegamos a la academia, efectivamente ya era tarde pues al llegar a la academia, esta se encontraba casi desierta, entre, subí las escaleras, me encamine hacia las habitaciones, abrí con cuidado la puerta del cuarto de mara, lentamente la deposite sobre su cama, le quite los zapatos y la metí bajo las sábanas, teniendo mucho cuidado de no despertarla, la mire una última vez le di un beso en la mejilla y me fui.

¿Qué les pareció? Espero les haya gustado 

Entre Obscuridad Y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora